Desde el pasado 12 de mayo, como ya se ha venido informando en los diferentes medios de comunicación, el Ministerio de Salud Pública (Minsap) desarrolla un estudio de seroprevalencia (anticuerpos) y de prevalencia de la COVID-19, en el que participa una muestra representativa de toda la población cubana.
La investigación, primera de su tipo en la región de las Américas, parte de recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en aras de continuar profundizando sobre la capacidad de propagación del virus SARS-CoV-2, sus características seroepidemiológicas y la amplitud de la enfermedad que causa, detectada por primera vez en la ciudad china de Wuhan, en diciembre de 2019.
Pero, ¿en qué consiste este estudio? ¿Cuáles son sus propósitos? ¿Qué importancia tiene para Cuba, en la lucha contra la epidemia? Estas y otras interrogantes nos responde y ayuda a comprender el Dr.C. Luis Carlos Silva Ayçaguer, experto en técnicas de muestreo, quien integró el grupo multidisciplinario que concibió y diseñó la investigación.
Con el estudio de seroprevalencia − explica − se trata de aquilatar el grado en que ha circulado el virus en la población, se mide la presencia de anticuerpos generados por el organismo una vez que es atacado por el patógeno.
Aunque el grado de presencia de anticuerpos implica que se ha conferido inmunidad, esto aún es una incógnita, afirma el experto. Hay esperanzas en ese sentido, pues con otros virus similares se ha probado una condición inmunitaria duradera, derivada de la infección previa.
En tanto, el de prevalencia identifica el grado en que los sujetos tienen la enfermedad en el momento de la medición o la han tenido en los 14 días previos a su aparición en el organismo.
Aunque se desarrollan en las fases agudas de la epidemia, preferiblemente, este es un recurso que vale para cualquier momento, asegura, sobre todo si, como es nuestro caso, se va a repetir periódicamente a los mismos sujetos.
¿Cómo se realizará el estudio en Cuba?
Las mediciones se realizarán en una muestra representativa de toda la población. Resultaron elegidas casi 4000 personas, residentes en 1300 viviendas seleccionadas con técnicas aleatorias en 263 consultorios de todo el país, precisa Silva Ayçaguer, quien tuvo a su cargo el diseño de esta muestra.
Se hará una indagación exhaustiva de los rasgos, factores de riesgo, posibles síntomas, percepción de riesgo y condiciones de la vivienda de los individuos seleccionados, especifica.
La toma de muestras biológicas se extenderá durante 63 días a partir de su comienzo, el 12 de mayo, y se va a repetir periódicamente a los mismos sujetos, cada 21 días, en otras tres ocasiones. El seguimiento se cerrará el 24 de julio de 2020.
Sin embargo, destaca el experto, contar con una “línea de base” invita a que se puedan realizar ejercicios de monitorización en el futuro, para determinar los cambios que se han producido o se vayan produciendo.
La estructura para su puesta en práctica se concentra en torno al sistema de atención primaria de salud, con la participación de profesionales del sector de 70 municipios del país.
En el primer corte se está empleando la prueba de diagnóstico PCR, siglas en inglés, (reacción en cadena de la polimerasa) en tiempo real, uno de los métodos de laboratorio más precisos −y uno de los más utilizados en el mundo en crisis relacionadas con enfermedades infecciosas− para detectar si una persona está infectada por el virus o no. En los sucesivos, también se harán pruebas serológicas.
Que la población participe y coopere es crucial, subraya Silva Ayçaguer, pues estaría haciendo un aporte esencial para el diseño de políticas en el bien de todos.
No es una pesquisa para hallar casos ocultos
Luis Carlos Silva enfatiza que el propósito del estudio “no es hacer una pesquisa para hallar casos ocultos”; no obstante, de identificarse, estos tendrán una atención acorde a los protocolos existentes para cualquier enfermo o sospechoso.
Explica que el número de casos detectados con COVID-19, sean muchos o pocos, no es un criterio que determinaría el éxito del estudio. “Si no encontráramos un solo caso, igual sería un estudio exitoso, pues nos estaría dando un elemento poblacional que no conocemos ahora”.
Concluidos los sucesivos cortes valorativos, se tendrán elementos para realizar estimaciones sobre el estado inmunológico de la población, tanto en personas con síntomas como asintomáticos, y sobre los cambios en el tiempo de la seropositividad y la dinámica de la infección por SARS-Cov2.
También posibilitará la identificación de los grupos más vulnerables a la infección y la obtención de conocimientos sobre la transmisión intra-hogar. Así mismo, facilitará la configuración de una “línea de base” que permitirá monitorizar la evolución del fenómeno (en materia de morbilidad y en lo que concierne a factores de riesgo, expresiones de la conducta y conocimiento) a nivel poblacional, tanto a corto como a largo plazo.
Se conseguiría información que facilite la construcción de modelos pronósticos y la planificación de servicios de salud, además de elementos para el diseño de políticas seguras y ordenadas de relajación de las medidas preventivas adoptadas, cuando se den las condiciones propicias.
De aquí se desprende la importancia de los resultados para conocer la verdadera dimensión de la enfermedad, estimar oportunamente la gravedad del virus y cimentar las respuestas de salud pública, también fuera de nuestras fronteras, pues los datos se pueden compartir su análisis en diferentes contextos.
Una particularidad importante, señala Silva Ayçaguer, es que un estudio con estos rasgos y este alcance solo se puede hacer en muy pocos países.
“En efecto, Cuba es uno de los contados países del mundo −y quizás el único en la región− que pudiera hacer un estudio nacional, en primer lugar, por la fortaleza de su red de atención primaria y en general de las instituciones de salud; en segundo término, por la experiencia acumulada en materia de encuestas nacionales y, en tercer lugar, porque contamos con una población que confía en el Minsap y tiene suficiente sentido de responsabilidad como para responder a un reclamo de esta naturaleza”, afirma.
Luis Carlos Silva, también investigador titular y profesor consultante de la Escuela Nacional de Salud Pública de Cuba, considera que, en el caso de nuestro país, la lucha contra la epidemia obviamente desborda este estudio en particular, que tiene una importancia sanitaria pero también política.
“Nuestro sistema privilegia la salud de la gente por encima de todo y puede actuar sin sentir las presiones de empresarios codiciosos que fundamentalmente piensan en los réditos de sus negocios, enfatiza. Si nosotros conseguimos salir de esta contingencia sin haber tenido que pagar un precio alto en términos de deterioro de la salud, estaremos dando otro ejemplo del principio que establece que la salud es un derecho del pueblo”.
Para conocer y facilitar información sobre el virus
Nuestra propuesta fue acogida inmediatamente por las autoridades sanitarias, indica Silva Ayçaguer. Además, cuenta con la colaboración de la Organización Panamericana de la Salud, que recientemente donó cien mil pruebas moleculares de PCR en tiempo real para fortalecer las acciones de respuesta frente a la COVID-19 en el país.
La OMS, en colaboración con los asociados técnicos, ha elaborado protocolos de vigilancia mejorados -todos disponibles en su página web- para facilitar la transmisión de información detallada sobre las características epidemiológicas de la enfermedad que causa el nuevo coronavirus.
El protocolo de esta investigación es resultado de un esfuerzo colectivo, en el que participaron epidemiólogos, estadísticos, virólogos, informáticos y otros especialistas, bajo la coordinación general del Dr. C. Pedro Más Bermejo, vicepresidente de la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología, y bajo la conducción de la Dra. Vivian Noriega Bravo.