Apenas dos meses antes de cumplir 82 años, en la noche de ayer, 27 de febrero de este año 2021, los trabajadores de la salud cubanos hemos enfrentado el doloroso momento de la desaparición física de un destacado médico, salubrista, excelente directivo, que supo siempre poner en primer lugar a las personas que recibían los servicios de salud de la institución que dirigía, ofreciendo también atención a sus familiares, y, en segundo lugar, a los trabajadores que debían garantizar la mejor calidad de esa atención a las personas, familias y comunidad.
Pedro Llerena nació en el Barrio de Cojímar, Guanabacoa, el 29 de Abril de 1939. Graduado de Doctor en Medicina, en 1965; en el Pico Turquino, apenas en 1969 ya integraba las filas del Partido Comunista de Cuba. Licenciado en Ciencias Sociales, en la Escuela Ñico López, en 1984; Máster en Salud Pública, en México, en 1970 y Especialista 1er Grado en Administración de Salud, en 1975.
Comenzó el Servicio Médico Rural en el Hospital del Central Guatemala (antiguo Preston) en la provincia de Oriente, y a los 3 meses fue nombrado Sub-Director del Hospital y dos meses más tarde sustituyó al Director. En febrero del año 1967 fue trasladado como Director del Hospital y del Policlínico de Puerto Padre. Al año siguiente, fue promovido a Director Regional de Tunas-Puerto Padre. En febrero de 1970 lo envían a cursar la Maestría en Salud Pública, en México, y a su regreso, un año después, fue ubicado en la provincia de Camagüey como Sub-Director de Asistencia Médica y Social y poco después promovido a Director Provincial.
En febrero de 1981 el Ministerio lo ubica como Sub-Director de la provincia de Ciudad Habana, cargo que ocupa un año, siendo promovido a Director Provincial hasta noviembre de 1984, en que es nuevamente promovido, esta vez a Viceministro. En 1988 fue liberado por problemas de salud. Luego de su recuperación fue designado al servicio diplomático como Primer Secretario de la Embajada de Cuba en la República de Checoslovaquia, hasta finales del año 1990, cuando fue cerrada esa oficina por la situación política existente y por la suspensión de la colaboración con Cuba por parte de los checos.
En enero de 1991 se incorporó como Decano de la Facultad de Salud Pública hasta 1995, en que se le asignó la tarea de asumir la puesta en marcha del Centro Internacional de Salud “La Pradera”, en el que, al año siguiente, fue nombrado Director General, cargo que ocupó hasta enero del año 2015, en que fue liberado por renovación y pasó a Profesor en la ENSAP, su último centro laboral.
En los diversos cargos y responsabilidades asumidas se destacó siempre por su disciplina, honestidad y honradez, recibiendo merecidos reconocimientos, entre los cuales destacan:
- – Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Salud Pública.
- – Medalla 28 de Septiembre.
- – Medalla Servicios distinguidos de la FAR.
- – Medalla de Fundador de las Milicias Nacionales Revolucionarias en el Municipio Guanabacoa.
- – Reconocimiento de la Fundación Osvaldo Cruz de Brasil.
- – Medalla Juan Tomás Roig.
- – Honor al mérito del fondo Intergubernamental para la descentralización (FIDES).
- – Orden Gran Cruz Obispo Mariano Talavera, Estado de Falcón, Venezuela.
- – Medalla Manuel Fajardo, más de 25 años en el Sector de la Salud
- – Hijo adoptivo de la ciudad de Camagüey.
- – Reconocimientos del MINTUR y de la República Bolivariana de Venezuela.
POR: Profesora Consultante María del Carmen Amaro Cano
Sociedades Cubanas de Salud Pública e Historia de la Medicina