En apoyo a la Semana Mundial de la sensibilización sobre la sal “Menos sal más salud”, del 12 al 18 de este mes, la Biblioteca Virtual en Salud BVS-Cuba propone la lectura del artículo El consumo de sal ¿Riesgo o necesidad? que aparece en la Revista Finlay y a la que usted puede acceder directamente en nuestra colección de Revistas Cubanas.
La sal común o sal de mesa, conocida popularmente como sal, es el cloruro sódico (o cloruro de sodio), cuya fórmula química es NaCl.
La ausencia total de sal en la dieta es perjudicial para la salud; es necesaria una pequeña dosis de sal para mantener ciertas actividades del organismo como la respiración y la digestión. La deficiencia de sal genera en el organismo una deficiencia de sodio denominada hiponatremia, la cuál hace que el paciente tenga síntomas de apatía, debilidad, desvanecimiento, anorexia, baja presión arterial, colapso circulatorio, estado de choque y, finalmente, la muerte.
El consumo excesivo de sal contribuye a la presión arterial alta que constituye el principal factor de riesgo de muerte por ataque cardíaco, accidente cerebrovascular e insuficiencia renal. El consumo de más de 5 gramos de sal por día aumenta los riesgos, pero es difícil darse cuenta de cuánta sal está comiendo una persona, ya que los alimentos procesados suelen tener un alto contenido de sal.
La OMS ha identificado cuatro estrategias para reducir la ingesta de sal/sodio en la población, a través de:
– Reformulación de productos alimenticios para que contengan menos sal y fijando niveles objetivo de contenido de sal en los alimentos y las comidas.
– La creación de un entorno propicio en instituciones públicas, tales como hospitales, escuelas, lugares de trabajo y residencias para que puedan proponerse opciones con menos contenido de sodio.
– Campañas en los medios de comunicación que insten a un cambio de comportamiento.
– La instauración de un etiquetado frontal en los envases para ayudar a los consumidores a identificar productos con un alto contenido de sal.