En la mañana del pasado 1o de junio de 2019, falleció la inolvidable Maestra, Revolucionaria, Doctora, Psiquiatra, Madre, Compañera, Amiga y Extraordinario Ser Humano, la DraC. Elsa Gutiérrez Baró.
Las mayúsculas con las que se han escrito sus atributos corresponden al nivel alcanzado en cada uno de ellos por esta destacada hija de la tierra del Mayor.
Nació el 21 de octubre de 1928, en la finca "El Quemado", en Esmeralda, Camagüey. Siendo muy pequeña, su familia se trasladó para La Habana, residiendo en el barrio de El Pilar. A los 9 años quedó huérfana de padre. Estudió Bachillerato en los Institutos de la Víbora y La Habana, graduándose en este último.
En el año 1948 matriculó medicina en la Universidad de La Habana, graduándose en 1956. Allí recibió la influencia del estudiantado universitario de la época, unido a la de su hermana Dora, que la vinculó al Partido Ortodoxo y más tarde al Movimiento 26 de Julio, como luchadora clandestina.
Desde 1956 hasta 1959 trabajó en varios centros de salud, sin lograr plaza fija en ninguno de ellos. Durante esos años, en plena agudización de la lucha contra la dictadura batistiana, y como resultado de la influencia familiar, se vinculó al grupo revolucionario de Machaco Ameijeiras.
Al triunfo de la Revolución, en 1959, inició sus labores como médico en el Hospital de la Policía Nacional Revolucionaria. Como luchadora social, asumió la Presidencia de la organización Unidad Femenina Revolucionaria y, al año siguiente, al fundarse la Federación de Mujeres Cubanas, ocupó su primera Vice-Presidencia hasta 1962.
Desde esa nueva responsabilidad, se le encomendó la tarea de dirigir el Plan de Escuelas Campesinas "Ana Betancourt", que se fundó en el año 1961. En 1962 pasó a trabajar al Ministerio de Salud Pública para dirigir la atención médica pediátrica de los Círculos Infantiles, recién creados. En esta labor permaneció hasta el año 1967, en que solicitó autorización para cursar la especialidad de Psiquiatría Infantil y de la Adolescencia, logrando recibir su título de especialista en el año 1971. Desde esa fecha, asumió la Jefatura del Servicio de Psiquiatría Infantil del Hospital Pediátrico del Cerro.
Desde 1963 recibió varios cursos post-grado en la antigua URSS y también otros organizados por la OPS/OMS para profesionales de América Latina y el Caribe. Paralelamente, y sin abandonar su responsabilidad en el Hospital Pediátrico del Cerro, asumió la atención especial al Círculo Infantil "Zunzún" en el año 1975, que había sido creado para la atención a niños con necesidades especiales. Ese mismo año, simultaneando esas responsabilidades, comenzó su labor como Directora Fundadora de la Clínica del Adolescente, hacia donde se trasladó a trabajar a tiempo completo en el año 1979.
En 1975 fue electa Presidenta de la Sociedad Cubana de Psiquiatría, cargo que desempeñó hasta 1980. Simultáneamente, desde 1975 hasta 1977, fue la Secretaria de la Asociación de Psiquiatría de América Latina. Esta agitada década la vio subir a diversas aeronaves del mundo en múltiples ocasiones, que la llevaron a la URSS, Rumanía, Hungría, Venezuela, Panamá, Uruguay, México, Argentina, Brasil y EUA.
La incansable científica y revolucionaria también asumió responsabilidades como Miembro de la Comisión Nacional de Investigaciones Sociales de la Unión de Jóvenes Comunistas, Miembro del Grupo Asesor de las Revistas "Muchachas" y "Mujeres" y Miembro del Consejo de Colaboración de la Federación de Mujeres Cubanas.
Su permanente espíritu de superación profesional se vio expresado en la obtención del Segundo Grado de su especialidad en 1984, la obtención de la categoría científica de Doctora en Ciencias Médicas en 1985 y la categoría de Profesora Titular de la especialidad en 1986.
En el plano de la divulgación de las ideas científicas y sociales, además de sus publicaciones estrictamente científicas, recibió también tres Premios de Literatura.
Militante del Partido Comunista de Cuba desde 1972, recibió la Medalla de Combatiente de la Lucha Clandestina en 1981. En el año 2001 fue propuesta como Heroína del Trabajo y, al año siguiente, se le entregó una Placa-Homenaje "Por los años de entrega, dedicación, sacrificio y amor por los adolescentes".
A sabiendas de que el Amor constituye el corazón de la ética martiana, intentamos pagar la deuda de gratitud que tenemos con la vida y obra de esta extraordinaria mujer, recordándola siempre y siendo fieles a su legado.
A sus hijas, nietos y demás familiares, a sus compañeros y amigos, a sus estudiantes de ayer y de siempre, nuestras más sentidas condolencias.
Colaboración de la Profesora Consultante María del Carmen Amaro Cano, Vicepresidenta de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina
Edición: MSc. Dra. Patricia Alonso Galbán