La Historia y el pueblo de Cuba se encargó de otorgarle un sitial de honor a los ocho estudiantes de Medicina fusilados por la metrópolis. Se recuerda con dolor aun cada nombre: Alonso Francisco Álvarez, Anacleto Pablo Bermúdez y González de la Piñera, José Ramón Emilio de Marcos y Medina, Juan Pascual Rodríguez y Pérez, Ángel José Eduardo Laborde y Perera, Eladio Francisco González y Toledo, Carlos Augusto de la Torre y Madrigal y Carlos de Jesús Verdugo y Martínez.
Cada 27 de noviembre es preciso recordar la valía de jóvenes como aquellos, una cualidad casi inherente a los que son y serán profesionales cubanos de la Salud. La profesora, doctora e historiadora María del Carmen Amaro recuerda ser muy pequeña cuando en su natal Matanzas escuchó hablar sobre el trágico suceso, porque, además de la injusticia, un hijo de la Atenas de Cuba, Carlos de Jesús Verdugo y Martínez, de solo 16 años, contaba entre los condenados a muerte y quien además no se encontraba tan siquiera en la capital cuando ocurrieron los hechos.
Para adentrarnos en los relatos sobre el enjuiciamiento de los estudiantes, la doctora Amaro recuerda que hay que ubicarse bien en el contexto histórico. “Transcurrían solo tres años del inicio de las luchas independentistas y la colonia española se vengaba, por así decirlo, de la heroicidad de los mambises con la represión en las zonas urbanas”, relata.
“Soy martiana desde los diez años – comenta María del Carmen Amaro- y el poema “A mis hermanos” que escribió Martí en 1972, es uno de los actos más hermosos y sentidos del Héroe, amigo por demás de Fermín Valdés Domínguez, uno de los condenados a pasar años en prisión y no así con la pena máxima”, comenta.
Cadáveres amados, los que un día
Ensueños fuisteis de la patria mía,
¡Arrojad, arrojad sobre mi frente
Polvos de vuestros huesos carcomidos!
¡Tocad mi corazón con vuestras manos!
¡Gemid a mis oídos!
Cada uno ha de ser de mis gemidos
Lágrimas de uno más de los tiranos![…] ¡Y más que un mundo más! Cuando se muere
En brazos de la patria agradecida
La muerte acaba, la prisión se rompe;
Empieza, al fin, con el morir, la vida!José Martí
Buscando algunas curiosidades sobre la fecha, la Doctora María del Carmen marca como una coincidencia histórica que, en el año 1946, un joven oriental había matriculado Derecho en la Universidad de La Habana: Fidel Castro Ruz. “A pocos meses de su ingreso en la casa de altos estudios, se va a celebrar el acto de conmemoración del fusilamiento de los ocho estudiantes de Medicina y Fidel es elegido como orador…este se convertiría en su primer ejercicio como orador frente a un público”.
“Algunos, como siempre digo, en todas las sociedades, en todas las generaciones, hay gente que tiene precio de compra y de venta, pero son los menos, porque los cientos de miles de nuestros doctores que pasan de un lado para otro por el mundo, regresan…y han colocado muy en alto el prestigio de la Medicina cubana. Por esto, es inadmisible lo que ha pretendido el presidente recién electo en Brasil, en primer lugar es calumnioso…habla de incompetencia de los médicos cubanos y resulta incoherente a la vez porque si son incompetentes por qué quiere dejarlos en Brasil. Duda de sin son médicos o no porque no han revalidado su título en ese país aun sabiendo que no estaba en el contrato inicial. Los médicos cubanos han demostrado tener los conocimientos y las aptitudes necesarias, para mejorar la Salud de esa población”.
Como esos jóvenes que recién comenzaban su vida en el camino de la Medicina, nuestros médicos tienen amén de la profesionalidad, grandes baluartes: las aptitudes y los valores. Por eso recordamos la fecha, por eso y porque la vida vuelve a colocar coincidencias históricas en este noviembre, todas para recordar el gran sentido humanista de nuestro pueblo y sus galenos.
Entrevista concedida a Cubadebate por la Dra. Maria del Carmen Amaro, Vice-Presidenta de la Sociedad Cubana Historia de la Medicina.