Llamamiento a nuestro pueblo

Como es conocido por nuestro pueblo, la Orga­nización Mun­dial de la Sa­lud ha alertado sobre la rápida propagación del virus Zi­ka, que afecta a 32 países en nuestro continente, de­clarándola como una emergencia sanitaria de alcance internacional.

Aunque no se ha de­mostrado con evidencias científicas que la infección por el virus Zi­ka en el embarazo sea la causante de todos los casos de mi­crocefalia reportados en los países afectados, sí se ha encontrado un im­por­tante vínculo con el incremento de este de­fecto con­génito.

La afección se trasmite por los mosquitos del gé­nero Aedes. En la actualidad no hay va­cu­­­­nas ni tratamientos para dicha en­fer­me­dad, por tal razón la mejor forma de prevenirla es la eliminación o disminución de la presencia del vector y la protección frente a las picaduras de estos insectos.

Hasta el momento no se ha detectado ningún caso en nuestro país, aunque se vigilan y es­tudian todos los síndromes febriles inespecíficos para identificar tem­pranamente su presencia y se intensifica el control sa­nitario internacional. De manifestarse al­gún enfermo, exis­ten todas las con­di­ciones para brindarle una asistencia médica calificada.

Cuba ha desarrollado un trabajo intenso para disminuir la presencia del vector, con el objetivo de mantenerlo en niveles que no ofrezcan peligro. Sin em­bargo, factores relacionados con la ina­decuada calidad técnica del trabajo an­tivectorial, el deficiente sa­neamiento ambiental y con­­­diciones climatológicas adversas, pro­­­­­­pician el riesgo de que se propaguen en­fer­medades.

Ante esta situación, la Di­rec­ción del Partido y del Gobier­no ha adoptado un plan de acción, bajo la conducción del Minis­terio de Salud Pú­blica, para el en­frentamiento al virus Zika y por consiguiente al dengue y al Chikun­gunya.

Una vez más el verdadero protagonismo en la lu­cha contra las amenazas de epidemias le co­rres­ponde a todo nuestro pueblo, pues para alcanzar el éxito en esta importante y necesaria tarea es imprescindible contar con su participación consciente.

Urge acometer un programa de saneamiento in­tensivo en los centros laborales, en las zonas residenciales y dentro de las propias viviendas, con la colaboración ac­tiva de los or­ganismos, or­gani­za­ciones de masas y la co­muni­dad. Es necesario que ca­da cu­bana y cada cubano asu­­­­­­ma es­te combate como un asunto per­sonal, un problema que le atañe, sobre to­do por la responsabilidad que ad­­quiere, en primer lu­gar, con su familia.

Como parte del plan de acción aprobado, las Fuer­zas Armadas Revo­lucio­narias destinarán más de 9 mil efectivos, entre ellos ofi­ciales permanentes y de la reserva, así como me­dios técnicos pa­ra reforzar las labores antivectoriales y de saneamiento, con el apoyo adicional de 200 oficiales de la Policía Nacio­nal Revolu­cio­naria.

En esta coyuntura, se hace ne­cesario que to­dos los ciudadanos y entidades cumplan es­trictamente las normas sanitarias y las me­­didas que garanticen el en­frentamiento al vector, pa­­ra no contribuir a la propagación de epidemias y otras conductas que la fa­vorez­can o constituyan un peligro para la salud pública.

Posterior a la etapa intensiva, se debe implementar un plan de sostenibilidad en el tiempo, que no se convierta en una campaña más, de manera que ga­rantice ín­dices de infestación mínimos.

Al igual que en otras ocasiones, nuestro pueblo sa­brá de­mos­trar la capacidad de organización pa­ra mantener los niveles de salud al­can­zados por la Re­vo­lución y evitar así su­fri­mien­­tos a nuestras familias. Co­mo nun­ca antes en tareas similares se im­pone ser más disciplinados y exigentes.

Raúl Castro Ruz

  • Categorías

  • Archivos