Si el sistema de salud fuese distinto, el incendio que se reportó en horas de la madrugada de este martes en el hospital matancero Faustino Pérez, cuando colapsó un grupo electrógeno y obligó a activar el sistema de emergencia de Salud Pública por la magnitud del incidente, hubiese cuando menos dejado unas horas muy amargas y otra historia sería la de la institución y los pacientes para los cuales el fluido eléctrico era vital.
Pero otra es la historia. La vida fue preservada, cuando con total agilidad algunos de estos pacientes fueron reevacuados en otras instituciones de la provincia, el resto atendidos allí, y el hospital clínico quirúrgico, luego de horas de esfuerzo continuo de sus trabajadores y el Consejo de Defensa Provincial, vuelve a tener vitalidad.
Sin embargo, no es fortuito, y así lo ratificó a la prensa el doctor José Ernesto Betancourt Lavastida, director de Defensa y Defensa Civil del Ministerio de Salud Pública, quien mencionó que el trabajo integrado de las instituciones del sistema sanitario es una de sus principales fortalezas, y ello ha quedado demostrado ante el paso del huracán Irma por buena parte del territorio nacional.
Pese a las cuantiosas afectaciones que el evento meteorológico ocasionó en el país, incluyendo daños en la infraestructura de numerosas instituciones de los tres niveles de atención, el sistema nacional de salud ha mantenido la vitalidad antes, durante y después del paso del huracán, aseguraron las autoridades sanitarias en conferencia de prensa.
«Como parte del Sistema Nacional de la Defensa Civil, el sector tomó un conjunto de medidas para organizar la respuesta ante Irma, comenzando por la protección del personal y de los pacientes, sus acompañantes, los pacientes en zonas de riesgo, los recursos y medios materiales de que disponía el sistema, con el propósito de mantener la vitalidad de todas las instituciones de salud en el proceso de respuesta y, sobre todo, que estuviesen listas para poder enfrentar la etapa de recuperación», precisó Betancourt Lavastida.
Subrayó la importancia de la colaboración ciudadana para la reubicación de instituciones de salud, como consultorios, policlínicos y farmacias, pues, en el caso de estas últimas, precisó que más de 240 se reubicaron en otras instituciones de salud, de la comunidad e incluso algunas en casas de vecinos solidarios cuyas viviendas podían soportar el embate de los vientos. Se logró proteger prácticamente el 100 % de los medicamentos que estaban en esas farmacias y no contaban con infraestructura física segura para soportar el paso del huracán, dijo.
El ingeniero Jorge Omar Pordieguez Rodríguez, director de Inversiones, Mantenimiento y Sistemas Ingenieros ratificó a la prensa que en general, las principales afectaciones que han sido reportadas en las provincias y territorios corresponden a techos, cubiertas ligeras, derrumbes de cercas perimetrales, paredes que no son de carga y no interrumpen la prestación de los servicios en nuestras instituciones, falsos techos, cristalerías, ventanas y daños por las inundaciones costeras.
«Hemos estado trabajando en la vitalidad de los servicios, que en el caso de las instituciones de salud tiene dos elementos fundamentales: electricidad y agua, y nosotros como concepto hemos priorizado los grupos electrógenos.
Existen afectaciones, pero la vitalidad se mantiene. La decisión no es solo la de recuperarnos, sino de mejorar lo que ya teníamos, tenemos la voluntad de los trabajadores que han mantenido funcionando todos los servicios; y de las brigadas de apoyo con compañeros preparados y listos para la recuperación», refirió.
Para Betancourt Lavastida, son las medidas higiénico-sanitarias y de prevención de brotes epidémicos las que ahora requieren la máxima atención, así como el restablecimiento de algunos servicios, y en ello se trabaja intensamente.
Al respecto, Yanaris López Almaguer, directora nacional de Salud Ambiental, explicó que hasta este momento no se han reportado en el país brotes de enfermedades transmisibles por alimentos o agua.
Refirió que todos los centros de evacuados que se activaron fueron inspeccionados y certificada su calidad, en cuanto a que cumplían con las condiciones para recibir a las personas, y subrayó que aquellos que se mantienen activos, deben continuar cumpliendo las medidas para evitar la aparición de brotes.
En el caso particular del agua, comentó que se está realizando la evaluación de la calidad de este líquido para el consumo, distribuido a la población; y que en todos los puntos de llenado de las pipas hay un inspector sanitario estatal que se encarga de vigilar la calidad del agua y la salida con el cloro que está establecido, para que llegue de forma segura a las personas.
En aquellos lugares donde el agua se restableció porque ya existe el bombeo, se está realizando la vigilancia en los puntos clave de la red para asegurarnos de que el agua que llega es de calidad, agregó López Almaguer.
No obstante –insistió– recomendamos a la población la compra del hipoclorito de sodio, que se encuentra disponible en todas las farmacias del país en cantidades suficientes. En aquellos lugares donde se produjeron inundaciones o intensas lluvias cabe la posibilidad de que se hayan contaminado pozos, cisternas, tanques elevados, por lo cual en lo que sea posible se debe realizar limpieza de estos depósitos y tratamiento, tanto en el sector estatal como el residencial, comentó.
Para la especialista, se trata de que la población consuma un agua segura, de modo que evitemos la aparición de enfermedades diarreicas agudas. En el caso de los alimentos, mencionó, la inspección sanitaria estatal mantiene la fiscalización de todos los centros de elaboración, así como centros de elaboración social colectiva, trabajadores por cuenta propia y centros de evacuados que se mantienen activos, así como en las escuelas que ya comienzan a funcionar y las instituciones de salud.
En aquellos lugares donde aún se mantiene el déficit de fluido eléctrico, la doctora explicó que si no se pueden garantizar las condiciones de refrigeración, fundamentalmente en los cárnicos, debe tratarse de realizar la cocción de las mismas por encima de los 70 grados Celsius, para poder eliminar la mayoría de las bacterias y evitar las enfermedades de transmisión alimentaria. Además, dejar los alimentos enlatados como última opción porque duran más tiempo y se pueden utilizar más tardíamente, y los alimentos, luego de elaborados, es preciso consumirlos antes de las cuatro a seis horas.
Del mismo modo, las autoridades de salud llamaron a la población a que se incorpore a las labores de saneamiento, no solo dentro sino alrededor del hogar, en la recogida de escombros, árboles, en la limpieza de su medio, de sus patios, «porque solo de esta manera podremos también entrar nosotros a realizar la desratización, las acciones vectoriales, necesarias para evitar la aparición de enfermedades. Estamos seguros de que con la colaboración del pueblo se podrá», subrayó.
El doctor Lorenzo Somarriba López, director de Vigilancia en salud, explicó que desde el Centro de Dirección del Minsap se procesa oportunamente la información, y ello ha permitido tomar las decisiones oportunas y el seguimiento a las medidas en todas las fases. «Ahora en la fase recuperativa estamos enfrascados en la tarea fundamental que es la evaluación de los daños, pues con esa información se van estableciendo las prioridades. Del mismo modo es una prioridad el seguimiento al cumplimiento de las medidas antiepidémicas, muchas de las cuales se ejecutan por la población y son vitales. En esas hay que seguir insistiendo», remarcó.
Y por supuesto, devolverle la vitalidad total a los servicios, que no se han detenido, y no lo harán, porque es una cuestión de salud y bienestar.
Fuente: Granma