La hepatitis viral causa cada año 1,45 millones de muertes. En el mundo 240 millones de personas padecen infección crónica por el virus de la hepatitis B. Solo el 5 % de quienes viven con hepatitis crónica saben que están infectados. El 90 % de los casos de infección por el virus de la hepatitis C pueden ser curados con antivíricos. Estas son solo algunas estadísticas agrupadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que bien reflejan los daños a causa de este virus, afección que todos podemos prevenir.
Cada 28 de julio se celebra el Día Mundial contra la Hepatitis. Este año la campaña está dirigida al conocimiento de la enfermedad y a las acciones que pueden hacer los diferentes estados en la prevención y el tratamiento de una dolencia que causa más muertes al año que el sida, la tuberculosis y la malaria.
La hepatitis es una inflamación del hígado causada generalmente por una infección vírica. Se conocen cinco tipos principales de virus de la hepatitis, denominados A, B, C, D y E. Estos son los que más preocupan debido a la gran morbilidad y mortalidad que provocan y a su potencial para causar brotes y propagarse de forma epidémica.
La 69 Asamblea Mundial de la Salud aprobó en mayo de 2016 la aplicación de la primera Estrategia Mundial del Sector de la Salud contra las Hepatitis Víricas para 2016-2021. Este proyecto estudia la viabilidad de erradicar las hepatitis B y C, y una de sus metas es eliminar el riesgo importante para la salud pública asociado a las hepatitis víricas para 2030 y contribuir así a ampliar la cobertura de los servicios sanitarios en el mundo.
Asimismo el máximo organismo internacional estableció el Programa Mundial contra la Hepatitis con objetivos específicos que responden al propio llamado para fomentar la toma de conciencia sobre las hepatitis virales y las enfermedades que causan y difundir conocimientos sobre ellas.
Según la OMS, la enfermedad es considerada una epidemia silenciosa. En el Marco para la Acción Mundial se expresa que la comunidad internacional no ha prestado la atención debida a las hepatitis virales. A pesar de que la tasa de morbilidad es muy elevada, el problema no ha sido seriamente abordado. De manera que prevén cuatro temas fundamentales para que las regiones y los países elaboren estrategias y planes eficaces de acuerdo con la presencia del virus y los desafíos específicos.
Cabe mencionar que la sensibilización, el fomento de las alianzas y la movilización de recursos, la política basada en datos probatorios y datos para la acción, la prevención de la transmisión y la detección, la atención y el tratamiento describen las cuatro líneas en las que se enfoca la OMS para lograr erradicar la enfermedad.
Seamos conscientes entonces de que es un mal peligroso, alarmante. Las cifras que nos muestran los datos han de hacer que todos lleguemos a multiplicar por cero una dolencia en aumento que ha quitado la vida a tantos seres humanos. Como sugiere la campaña… ¡A la hepatitis conócela y actúa ya!