En este artículo, publicado en la revista Trends in Microbiology en diciembre del 2020, los autores exponen los aspectos básicos de las manifestaciones clínicas y la inmunopatología del síndrome inflamatorio multisistémico en los niños y los adolescentes que fueron infectados por el virus causante de la COVID-19.
A principios de la pandemia de la COVID-19 los datos epidemiológicos ofrecían pruebas tranquilizadoras de que los niños se libraban en gran medida de las graves secuelas del SARS-CoV-2. Aunque eso sigue siendo cierto, el “síndrome inflamatorio multisistémico en los niños” (multisystem inflammatory syndrome in children, MIS-C su sigla en inglés) se produce en un número estimado de dos por cada 100 000 niños, sobre la base de las cifras del Estado de Nueva York, y afecta principalmente a los niños en edad escolar aproximadamente de 4 a 6 semanas después del pico del total de casos de la COVID-19 en una región determinada.
El MIS-C se caracteriza por la aparición de la fiebre y la disfunción multiorgánica (gastrointestinal, cardiovascular, cutánea, neurológica, respiratoria, nefrológica y hepatológica), con la necesidad de hospitalización en una unidad de cuidados intensivos en hasta el 80 % de los pacientes y una tasa de mortalidad del 2 %. La mayoría de los niños responden bien a los medicamentos antiinflamatorios (esteroides, inmunoglobulina intravenosa y diversos productos biológicos) y a la terapia de apoyo, aunque en la actualidad falta una evaluación sistemática de los mejores tratamientos. Hasta la fecha, la fisiopatología de este síndrome sigue siendo enigmática.
Debido a la presentación común con sarpullido, compromiso miocárdico y aneurismas coronarios, el MIS-C se ha comparado ampliamente con la enfermedad de Kawasaki (KD). No obstante, este síndrome es distinto de la enfermedad de Kawasaki en varios importantes aspectos epidemiológicos y clínicos.
En comparación con la KD los pacientes con el MIS-C son generalmente mayores (mediana de 8 a 11 años para el MIS-C y 3 años para la KD), predominantemente hispanos/latinos o negros (mientras que la KD se manifiesta con mayor frecuencia en los pacientes de ascendencia asiática), y presentan síntomas abdominales más pronunciados, leucopenia y valores elevados del péptido natriurético de tipo B, troponina, proteína C reactiva y ferritina.
Al igual que en el caso de la enfermedad de Kawasaki, se cree que el MIS-C es un episodio inflamatorio posinfeccioso del que no se sabe que se repita, y no se ha informado de ningún caso de este síndrome en varios niños de una misma familia. El desarrollo imprevisible del síndrome inflamatorio multisistémico en niños, por lo demás sanos, sigue sin comprenderse bien y se necesita con urgencia una mayor investigación al respecto.
Los autores plantean que la nueva literatura en evolución está dilucidando rápidamente los fenotipos séricos y celulares correlacionados con la inflamación sistémica en el MIS-C. No obstante, opinan que aún se desconoce mucho acerca de los factores de susceptibilidad, los factores desencadenantes y los mecanismos de la enfermedad en esta grave complicación retardada de la infección por el SARS-CoV-2 en los niños y los adolescentes. Queda por determinar si existe un único mecanismo fisiopatológico o múltiples subtipos del MIS-C con diferentes factores desencadenantes y resultados. Es imprescindible seguir investigando para comprender la patogénesis de esta enfermedad y, a su vez, ayudar a orientar su tratamiento y prevención a medida que la pandemia de la COVID-19 continúe con nuevas olas en el horizonte.
Referencia bibliográfica: Brodsky NN, Ramaswamy A, Lucas CL. The Mystery of MIS-C Post-SARS-CoV-2 Infection. Trends in Microbiology [Internet]. 2020 [citado 24 Dic 2020];28(12):956-8. Disponible en: https://doi.org/10.1016/j.tim.2020.10.004