
El Día Mundial del Prematuro, que se celebra cada 17 de noviembre, es una oportunidad excepcional para concienciar sobre los desafíos y la carga que representa el nacimiento prematuro en todo el mundo. El día fue propuesto por la Fundación Europea para el Cuidado de los Recién Nacidos (EFCNI en inglés) y las organizaciones europeas de padres asociadas en el año 2008. Algunos países ya extienden esta iniciativa a toda una semana.
El lema de este 2020 es: Juntos por los niños que nacen demasiado pronto, preocupados por su futuro.
La tendedera de medias o calcetines con un par de color púrpura más pequeño y las luces del mismo color se han convertido en símbolos del Día Mundial del Prematuro en todo el planeta. El color púrpura es la identidad visual y significa sensibilidad y excepcionalidad.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que cada año nacen unos 15 millones de niños prematuros (antes de que se cumplan las 37 semanas de gestación) y esa cifra está aumentando. Las complicaciones relacionadas con la prematuridad, principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, provocaron en 2015 cerca de un millón de muertes. Tres cuartas partes de esas muertes podrían evitarse con intervenciones oportunas, eficaces y poco onerosas.
Si bien más del 60 % de los nacimientos prematuros se producen en África y Asia meridional, se trata de un verdadero problema mundial. En los países de ingresos bajos, una media del 12 % de los niños nace antes de tiempo, frente al 9 % en los países de ingresos más altos. Dentro de un mismo país, las familias más pobres corren un mayor riesgo de parto prematuro.