Partir después de un gran legado es quedarse para siempre. De los días tristes se escribe mucho, pero de la fuerza que hay que tener para afrontarlos solo puede hablar quien lo vive.
El 6 de noviembre de 2020 será una fecha que el personal de la salud espirituana revivirá con gran dolor: las ciencias médicas perdieron, físicamente, a una de sus hijas más ilustres, la Dra. Sila Tomasa Castellón Mortera.
Nació el 20 de noviembre de 1946, y desde siempre procuró ejercer la tradición familiar: el magisterio. A los 14 años decidió empezar el bachillerato por 5 años en el Instituto de Segunda Enseñanza. Al culminar optó por la carrera de Medicina, a la que dedicó 48 años de su vida, y a la que continuó adorando hasta el final de sus días, “mi vocación se inició al entrar a la primera clase en Victoria de Girón”.
El sentir humilde que la formó, primero como maestra y luego como doctora, permitió que desde el año 1979 la Dirección Sectorial de Salud destacara su trabajo en la educación para la salud.
Su actividad incesante la colmó de méritos. Recibió la medalla de Alfabetizadora, se destacó como mejor trabajadora a nivel de sección sindical y del municipio en la categoría docente-asistencial. Además, fue seleccionada como mejor trabajadora a nivel provincial en la categoría de investigador en el año 1985. Al siguiente año sería Vanguardia Nacional del Sindicato de la Salud y Delegada a la Asamblea Provincial del Poder Popular.
En el Hospital Provincial “Camilo Cienfuegos”, siempre figuró como investigadora destacada y como educadora ejemplar. En el año 1994 fue Destacada del Sindicato de la Ciencia en esa institución. Y en el año 1995, obtuvo mención al premio Anual de la Salud.
Para el año 1997, la Sociedad Cubana de Medicina Familiar (SOCUMEFA) le otorgó méritos por su dedicación al desarrollo de las Sociedades Científicas en la Provincia.
En 1998, la Facultad de Ciencias Médicas la reconoció por ser fundadora de la Docencia Médica Superior en la provincia, por su trabajo eficiente y
sostenido en la investigación científica, presidiendo durante 20
años el Consejo Provincial de Sociedades Científicas.
En el año 2000 se le reconoció, en el Hospital General Provincial “Camilo Cienfuegos”, por la dedicación a la profesión médica durante 30
años, y 18 años después, continuó consagrándose a la Medicina Interna como especialista de segundo grado.
La Distinción al servicio de la vida del Hospital General Provincial “Camilo Cienfuegos” de Sancti Spíritus (2007), la Distinción Mérito al profesor de Ciencias Médicas (2008) y la Distinción Maestra de la Clínica otorgada por la Filial Científica Provincial de Villa Clara (2009), retribuyeron el acervo científico de la Dra. Sila.
Alcanzó títulos de relevante notoriedad, el primero y más importante, Dr. en Medicina, graduada en la Universidad de la Habana en el año 1970; también Especialista de Primer Grado en Medicina Interna en el Hospital Provincial de Las Villas en el Año 1975 y Especialista de Segundo Grado en Medicina Interna en el Año 1987, y por último para el año 2007 recibió el de Master en Longevidad Satisfactoria.
Para el 2018, se galardonó como Miembro de Honor y Titular de la Sociedad Cubana de Medicina Interna y fue reconocida con la Distinción por la Educación Cubana y con la Condición de Mérito al profesor por su labor de referencia en la docencia médica espirituana.
Se asoció a los Capítulos Provinciales de las Sociedades Cubanas de Cardiología, Neurociencias y Neumología, Inmunología y Geriatría. Fue numeraria de la Sociedad Cubana de Educadores en Ciencias de la Salud. Perteneció de los años 1978-1996 y 2006-2010 al Consejo Provincial de Sociedades Científicas de Sancti Spíritus, y desde al año 1992 hasta su deceso fue miembro de la CONCIEN del Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos de Sancti Spíritus.
Exigente e intransigente con lo mal hecho, apasionada con todo -su trabajo, su familia, sus amistades, sus estudiantes-, mencionar a la Dra. Sila Tomasa Castellón Mortera será recordar tantos años de sacrificio al pie de la medicina cubana y espirituana. Será valorar la ardua labor de quien hizo tanto con poco, como se produjo en 1986, al inaugurarse el Hospital General Provincial “Camilo Cienfuegos”, donde ella se desempeñaba como Vicedirectora Clínica y existía un marcado déficit del personal de enfermería. Como solución inmediata, hasta que se produjera una graduación, se le ocurrió crear el Batallón de trabajo voluntario “Mariana Grajales” con el personal de enfermería que laboraba en esos momentos, y la respuesta fue tan positiva que quedaron solucionadas las dificultades que motivaron su decisión. Por la obra de la vida, la Dra. Sila constituirá un símbolo de la medicina en Sancti Spíritus.