El corrimiento de la edad en la infección por SARS-CoV-2 en Cuba. Una mirada al grupo de 15-29 años.

El boletín Infopob, elaborado por especialistas del Centro de Estudios Demográficos (CEDEM) de la Universidad de La Habana, enfocado en la temática de la COVID-19, publica análisis estadísticos de lo que acontece sobre la evolución y los efectos de la pandemia a nivel mundial, en América Latina y el Caribe y, por supuesto, en Cuba. El número más reciente (número 10 – septiembre 2020), se centra en el corrimiento de la edad en la infección por SARS-CoV-2 que se observa en nuestro país.

Hasta el 5 de septiembre de 2020, el mundo reportaba un total de 26 941 918 personas contagiadas por SARS-CoV-2, de ellas 881 295 fallecidas. La región de las Américas es hoy el epicentro de esta pandemia, con Estados Unidos y Brasil como los países más afectados.

Resulta evidente que el perfil de los casos en todo el mundo ha ido cambiado, en la medida en que fue evolucionando la pandemia y se aproximó la temporada veraniega: la media de la edad de los casos ha disminuido con relación al inicio. Así lo han confirmados los datos y las autoridades sanitarias y se divulga en artículos periodísticos que siguen el comportamiento de esta contagiosa y persistente enfermedad.

«La pandemia está cambiando … Y las personas de 20, 30 y 40 años están ahora impulsando con más frecuencia la propagación… Muchos de ellos sin saber que están contagiados», declaró Takeshi Kasai, director regional para el Pacífico Occidental de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Según el Instituto de Salud Carlos III, que analiza la situación desde el 10 de mayo, de los nuevos contagios que se han detectado en España a partir de esa fecha, el tramo de edad con mayor número de afectados se concentra entre los 15 y los 29 años. Le sigue de cerca la población entre 40 y 49 años, y entre los 30 y 39 años.

Cuba no es la excepción, también la media de edad de la población contagiada con la COVID-19, ha disminuido. Si se analizan las medidas de tendencia central de la edad de los casos positivos, se evidencia que la media de la edad, desde comienzo de la pandemia en Cuba hasta el 2 de julio (últimos casos diagnosticados antes de pasar la última provincia, La Habana, a la fase 1), era de aproximadamente 44 años.

Este valor, después del 3 de julio y hasta el inicio de septiembre, es de aproximadamente 40 años. Se constata un rejuvenecimiento del perfil de los enfermos de 4 años menos en el segundo período, es decir, en el rebrote acontecido en los meses de julio y agosto. De manera que la media actual de la COVID-19 en Cuba hasta el 2 de septiembre es de 42,5 años de edad.

Teniendo en cuenta la heterogeneidad de la juventud, es importante conocer que ella representa el 18,88 % de la población. O sea, aproximadamente una quinta parte de la población cubana pertenece a este grupo de edad, entre 15 y 29 años, donde, además, hay más hombres que mujeres, con un diferencial del 3 %. En esta etapa una gran parte de los jóvenes aún permanece estudiando, otros se han insertado en su vida laboral, otros se encuentran buscando trabajo y una parte menor no están insertados socialmente, ni al estudio ni al trabajo.

Una parte de ellos puede tener entre sus proyectos la formación de una familia, mientras otros ya la han formado. Las condiciones de vida para los jóvenes también son diversas y forman parte de todo el contexto en que se desarrolla su vida.

Volviendo al descenso de la edad en el contagio por el virus SARS-CoV-2, existen datos que nos pueden ubicar en el comportamiento de los diferentes grupos de edades durante este periodo de la COVID-19 en Cuba, particularizando en los jóvenes. Al analizar las tasas de incidencia de los grupos poblacionales los datos muestran que, desde el comienzo de la enfermedad el 11 de marzo, hasta el 2 de septiembre, el grupo de mayor tasa de incidencia es el de 30-44 años, seguido por el de los jóvenes (15-29 años) y, en tercer lugar, el grupo de 45-59 años.

La tasa de incidencia del grupo de 15 a 29 años es aproximadamente de 43 por 100 000, es decir, se enferman 43 jóvenes por cada 100 000 habitantes de este grupo de edad. Cuando se caracteriza por la edad a las personas enfermas por COVID-19 se muestra que el 28,86 % pertenecen al grupo de 45-59 años; el 23,56 %, al grupo de 30-44 años y una proporción cercana a la quinta parte de los enfermos corresponden al grupo de 15-29 años (21,86 %). Hasta la actualidad se constata el desplazamiento de la pandemia hacia las edades menores de 60 años.

Un análisis por sexo describe que el grupo poblacional de los hombres se enferma más que el de las mujeres; así lo confirman las tasas de incidencia más elevadas de los hombres y una relación de masculinidad de 105 hombres por 100 mujeres.

Sin embargo, el resultado no es el mismo por grupos de edad. Los hombres son mayoritarios en los grupos de 0-14 años, 30-44 años, 60-74 años y 75-84 años. Mientras, en los grupos de 15-29 años, 45-59 años y más de 85 años, son las mujeres las que más se contagian.

Varias pueden ser las hipótesis para explicar este comportamiento. Entre ellas, los roles que asumen las mujeres en el cuidado de niños y ancianos -estereotipados y patriarcales-, el aumentode las mujeres en la jefatura del hogar, todo lo cual implica una movilidad mayor para la búsqueda de alimentación y otros medios y recursos para el cuidado.

Otra posible hipótesis está relacionada con una alta participaciónde la mujer en tareas relacionada con los sectores imprescindibles, lo cual conlleva movilidad y contacto sistemático. Y por último, al ser una sociedad matricéntrica, la mujer se convierte en centro de contacto, siendo una cadena importante de la transmisión del virus. Solo un estudio con enfoque de género puede aproximarnos a algunas de estas hipótesis o develar otras.

Vea la información ampliada en el boletín.

Fuente: Boletín Infopob – Edición Especial COVID-19 No. 10 10/09/2020

 

 

 

 

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