En 1999, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud, siguiendo las recomendaciones de la Conferencia Mundial de Ministros de la Juventud (Lisboa, 1998). Se trata de una celebración anual que busca promover el papel de los jóvenes como actores esenciales en los procesos de cambio, así como crear un espacio para generar conciencia sobre los desafíos y problemas a los que ellos se enfrentan.
Este año, el Día se celebra bajo el lema "El compromiso de los jóvenes por una acción global", con el propósito de destacar las maneras en las que la participación de los jóvenes a nivel local, nacional y mundial puede enriquecer los procesos y las instituciones nacionales y multilaterales.
La pandemia de la COVID-19 ha tenido graves repercusiones económicas y sociales en todo el mundo. Los jóvenes, que son particularmente vulnerables a la crisis causada por la pandemia, constituirán un elemento fundamental en una recuperación inclusiva y en el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En este contexto, la educación en temas de salud, la promoción de la salud pública y la información basada en pruebas son fundamentales para combatir la propagación y los efectos de la COVID-19, sobre todo la propagación de la desinformación en la red. El papel de los gobiernos, las organizaciones juveniles y los grupos de la comunidad es esencial para garantizar la difusión de información fiable sobre la salud pública. Los propios jóvenes utilizan las nuevas tecnologías de manera creativa, con este propósito.
Una juventud innovadora está dando respuesta al virus. Se están desarrollando iniciativas para fomentar y aprovechar los esfuerzos de los jóvenes por generar y ayudar a las poblaciones en situación de riesgo o afectadas por la pandemia.
La Biblioteca Virtual en Salud (BVS-Cuba) le propone revisar el artículo Algunas desigualdades sociales en la juventud en los ámbitos de la educación y empleo en el municipio Plaza de la Revolución, Cuba.