Ante la duplicación de los casos de COVID-19 en la región de las Américas en las últimas semanas, reforzar la localización de contactos y la gestión de datos es clave, cuando muchos países están reabriendo sus actividades.
El número de nuevas infecciones por COVID-19 reportado en las Américas se ha más que duplicado, pasando de 5,3 millones el 1o de julio a más de 12 millones de casos actualmente. "La atención primaria de salud debe estar en el centro de la respuesta: detectando los casos, actuando para contener la transmisión y brindando atención oportuna en la comunidad", afirmó la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, durante una conferencia de prensa.
"Las autoridades sanitarias locales tienen un papel central que desempeñar en la generación y análisis de datos para ajustar las medidas de salud pública a la realidad en cada ámbito", indicó.
Observando que en las últimas seis semanas las muertes en la región se han duplicado, Etienne dijo: "No podemos detener la transmisión por completo, pero si los países se mantienen atentos y amplían las pruebas y la vigilancia, pueden detectar mejor los picos en el número de casos y actuar rápidamente para contenerlos antes de que se descontrole la situación".
Pese al aumento de los casos, los países han relajado gradualmente las restricciones, han reanudado el comercio y algunos se están preparando para volver a la escuela. "En demasiados lugares, parece haber una desconexión entre las políticas que se están implementando y lo que nos dicen las curvas epidemiológicas. Esto no es una buena señal. Desear que el virus desaparezca no funcionará, y esto sólo dará lugar a más casos, como hemos visto en estas últimas seis semanas", sostuvo.
"Hoy en día contamos con buenas herramientas: datos que muestran dónde están las zonas con mayor incidencia, protocolos de localización de contactos para que la transmisión sea menor y medidas de salud pública para reducir el riesgo de exposición. Tendremos herramientas aún mejores en el futuro: pruebas mejoradas, tratamientos más efectivos e incluso vacunas. Los gobiernos locales y nacionales deben usar de manera estratégica estas herramientas, tanto las antiguas como las nuevas, para lograr el impacto deseado", remarcó.
Incidencia de la COVID-19 en personas jóvenes
Los datos de todas las Américas muestran que la mayoría de los casos se reportan en personas de entre 20 y 59 años, pero casi el 70 % de las muertes se reportan en personas mayores de 60 años.
"Esto indica que las personas más jóvenes están impulsando principalmente la propagación de la enfermedad en nuestra Región. Es posible que muchos jóvenes que contraen el virus no se enfermen ni necesiten una cama en la UCI, pero pueden contagiar a otros que sí se encuentren en esa situación. Este es un claro recordatorio de que derrotar a la COVID-19 es una responsabilidad compartida, no solo entre los países y las regiones, sino también entre las personas, los vecinos y las comunidades", explicó Etienne. "Si no tomamos todos las medidas adecuadas para mantenernos a salvo, estamos poniendo a otros en peligro", advirtió.