Son tiempos difíciles para la salud del planeta, de la región y de nuestra Isla; momentos impostergables para resaltar el valor de quienes preservan el más valioso tesoro de la humanidad, la salud, y de manera particular de los que aseguran la de los niños.
Como nos enseñó Fidel, y nos convoca con insistencia la máxima dirección del país: "…Nosotros, en cambio, hablamos siempre y hablamos mucho de cosas humanas y hacemos cosas humanas mil veces más humanas que las que aquellos dominadores del mundo hacen por el hombre".
En nombre de la Junta de Gobierno de la Sociedad Cubana de Pediatría queremos hacer llegar un reconocimiento a toda la membresía de la Sociedad, integrada en cada uno de los capítulos.
Hemos disfrutado las sonrisas de los primeros niños de alta médica; la felicidad de sus familias y la sencillez palpable en las entrevistas a los jóvenes de rostros cubiertos por el nasobuco que han alcanzado esos triunfos. Martí lo dijo, "los niños ríen y se abren los cielos".
Un aplauso desde el corazón para aquellos que están en la primera trinchera de combate con los enfermos de la COVID-19, también a los que continúan desde sus puestos de trabajo cuidando a los pequeños que padecen de otras afecciones; a los profesionales y estudiantes que en la atención primaria promueven la salud desarrollando la pesquisa activa; a los que han elaborado los protocolos y capacitado a los recursos humanos para enfrentar esta nueva enfermedad. De igual forma, desde la distancia, a los que hoy se crecen sanando niños bajo otros cielos.
Llegue este reconocimiento al personal de enfermería, eterno baluarte de la atención infantil, que no solo acompaña, sino que completa y enriquece las buenas prácticas pediátricas en el país; a los técnicos y al excelente personal de apoyo que contribuye con su quehacer a la calidad de esta difícil tarea.
Cuídense mucho, los niños necesitan de todos.
¡Nada es más importante que niño!
Junta de Gobierno de la Sociedad Cubana de Pediatría