Con un llamado a la acción de todos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) desarrolla del 18 al 22 de noviembre la Semana Mundial de Concienciación sobre el Uso de los Antibióticos, iniciativa que busca fomentar mejores prácticas para evitar que la resistencia a los antimicrobianos siga propagándose.
De acuerdo con el ente internacional, el persistente uso excesivo e indebido de esos fármacos está acelerando este fenómeno natural a niveles peligrosos, por lo que actualmente constituye una de las mayores amenazas para la salud mundial, la seguridad alimentaria y el desarrollo.
Si no se toman medidas urgentes –alerta la OMS– el mundo está abocado a una era post-antibióticos en la que muchas infecciones comunes y lesiones menores volverán a ser potencialmente mortales. A medida que los antibióticos pierden eficacia, la neumonía, la tuberculosis, la septicemia, la gonorrea o las enfermedades de transmisión alimentaria son cada vez más difíciles de tratar.
El Sistema Mundial de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos emitió el pasado año un reporte, en el que ratificó que algunas de las infecciones más frecuentes y peligrosas son farmacorresistentes. El informe mostró, por ejemplo, que la resistencia a la penicilina, el antibiótico más usado en el mundo para tratar la neumonía, osciló entre 0 % y 51 %.
En 2015 se aprobó un Plan de Acción Mundial para hacer frente a esta problemática, en el que se perfilan cinco objetivos estratégicos: mejorar la concienciación y la comprensión de este fenómeno, reforzar los conocimientos a través de la vigilancia y la investigación, reducir la incidencia de las infecciones, utilizar de forma óptima los fármacos y asegurar que se realicen inversiones sostenibles que tenga en cuenta las necesidades de todos los países.
¿Qué podemos hacer para prevenir la resistencia a los antibióticos?
En todos los niveles de la sociedad se pueden adoptar medidas para reducir el impacto de este fenómeno y limitar su difusión. Son claves en esta lucha el trabajo multisectorial y que la población conozca la dimensión de esta problemática, que se evidencia también en la veterinaria y la agricultura.
Para los profesionales de la salud, la OMS recomienda evitar las infecciones velando por la limpieza de las manos, el instrumental y el entorno, prescribir y dispensar antibióticos solo cuando sean necesarios e informar a los pacientes sobre cómo tomarlos correctamente y los peligros de su uso indebido.
Además, recomienda al sector invertir en la investigación y desarrollo de nuevos medicamentos, vacunas, productos diagnósticos y otros instrumentos.
El conocimiento y la acción de la población en general son muy importantes frente a esta resistencia, que de no contenerse de manera eficaz, elevaría la mortalidad por infecciones a 10 millones de personas para 2050, de acuerdo con expertos y organismos internacionales.
Recordemos tomar antibióticos únicamente cuando los prescriba un profesional sanitario certificado, seguir siempre sus instrucciones con respecto al uso de los mismos, no utilizar los medicamentos que le hayan sobrado a otros y prevenir las infecciones con el lavado frecuente de las manos, la preparación higiénica de los alimentos y la vacunación. El futuro de los antibióticos depende de todos.
Le invitamos a leer:
– Resistencia a los antimicrobianos
– Recursos de la OMS sobre resistencia a los antimicrobianos
– Antibióticos vs bacterias: una lucha que no podemos perder
Lic. Yeni Ortega Betancourt. Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas-Infomed.