12 de marzo, Día Mundial del Glaucoma

La celebración del primer Día Mundial del Glaucoma se efectuó el 6 de marzo del 2008 por iniciativa de la Asociación Mundial del Glaucoma (World Glaucoma Association, WGA) y la Asociación Mundial de Pacientes de Glaucoma (World Glaucoma Patient Association, WGPA), con el propósito de llamar la atención sobre este grupo de enfermedades oculares progresivas y la importancia de su detección temprana. En la actualidad este Día se celebra cada 12 de marzo.

Con el fin de aumentar los esfuerzos globales y locales, en el 2010 estas instituciones decidieron extender la celebración de un Día a la Semana Mundial del Glaucoma.

El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa multifactorial caracterizada por daño en el nervio óptico y la capa de fibras nerviosas de la retina secundario al aumento de la presión intraocular. Esta enfermedad es irreversible y en sus comienzos no suele presentar ningún tipo de síntomas, por lo que la prevención precoz es vital para poder evitar la ceguera.

Gracias al tratamiento médico y a los exámenes oftalmológicos adecuados se puede llegar a preservar la vista.

En general el glaucoma no presenta síntomas aunque en las variedades menos frecuentes se puede percibir:

• Náuseas

• Dolor de ojos

• Visión borrosa

• Dolor de cabeza

• Pérdida de la visión

Nuestra Red de Portales incluye un sitio web dedicado a esta enfermedad, donde el lector encontrará noticias, presentaciones de casos, así como secciones que lo ayudarán a entender de mejor manera este tema de la oftalmología tan importante como lo es el glaucoma. En este espacio se pueden descargar documentos dirigidos a oftalmólogos, estudiantes, docentes, investigadores y otros profesionales interesados en el tema, para apoyar la asistencia médica, la docencia y la investigación.

Entre sus propuestas se encuentra el artículo La uveítis y el glaucoma, un reto para el oftalmólogo, publicado por la Revista Cubana de Oftalmología en su volumen 31, número 3 de 2018. Los autores explican que existe una asociación frecuente entre uveítis y glaucoma, y que la incidencia de glaucoma secundario a uveítis oscila sobre el 10 %, con fluctuaciones relacionadas con su origen y la edad de presentación. Una parte de las uveítis cursa con hipertensión ocular más o menos marcada durante o después del proceso inflamatorio, lo que constituye un reto para el oftalmólogo, quien debe tratar simultáneamente dos entidades con terapéuticas prácticamente antagónicas. El tratamiento de la inflamación ocular está bien establecido; la hipertensión ocular debe ser tratada sobre la base de las características y el origen de cada entidad.

En este trabajo se realiza una revisión bibliográfica sobre el tema así como de los elementos a tener en cuenta para un mejor resultado del tratamiento en estos pacientes. Recomendamos su lectura, a propósito del Día Mundial del Glaucoma.

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