Frente al ictus, actuar rápido salva vidas

Tras sufrir un accidente cerebrovascular o ictus, actuar con rapidez es vital para la atención y futura recuperación del paciente. Recibir asistencia médica inmediata se traduce en menor daño y salvar la vida misma.

Las primeras 4 horas y media a 6 horas después del evento son las principales para la llamada "ventana terapéutica", acentúa la Dra. Marianela Arteche Prior, neuróloga al frente de la unidad de ictus del Instituto de Neurología y Neurocirugía de Cuba.

"A veces se detecta, por ejemplo, un trastorno del lenguaje, no se le da importancia y el paciente se queda en casa hasta el día siguiente –alerta la especialista– y no debe ser así, un evento de este tipo es siempre una urgencia".

El ictus, que comprende la enfermedad cerebrovascular isquémica (infarto cerebral) y la hemorrágica (hemorragia intracerebral y subaracnoidea), constituye la tercera causa de muerte en nuestro país y está entre las dos principales a nivel mundial. Ocupa el primer puesto entre las causas de discapacidad en el adulto y de demencia vascular, precedida por la enfermedad de Alzheimer.

¿Cuáles son las señales de alarma?

El término ictus proviene del latín. Significa golpe o ataque. Su denominación en inglés, stroke, tiene la misma connotación. De ahí la referencia con este nombre a trastornos de la circulación cerebral que ocurren de forma brusca e inesperada.

La persona de forma súbita presenta trastornos del lenguaje (dificultad para expresarse o comprender lo que se dice), problemas motores, disminución de la fuerza muscular en el hemicuerpo o en los cuatro miembros, y/o trastornos sensitivos, precisa la doctora Arteche Prior.

Otras de las manifestaciones en el tipo hemorrágico –añade–pueden estar asociadas a alteraciones en el estado de conciencia o de algún par craneal, específicamente desviación de la comisura labial, una parálisis facial periférica o central.

"Estos pacientes nunca deben quedarse en la casa. Es una urgencia y deben remitirse a los servicios de emergencia de los policlínicos u hospitales. Si es un hospital con una sala o unidad de ictus, inmediatamente debe ingresarse en ese servicio", indica.

Después del ictus ¿qué pasa?

A nivel mundial ocurre un accidente cerebrovascular cada seis segundos. De acuerdo con los expertos, una vez sobrepasado este evento, la persona tiene mayor predisposición para sufrir un segundo. 

La Dra. Arteche Prior, máster en Enfermedad Cerebrovascular, indica que en el caso de una hemorragia posteriormente se deben controlar los factores de riesgo, pero si se trata de un infarto cerebral, el paciente tiene que llevar, además, un tratamiento médico de por vida.

Si hay secuelas de un ictus previo lo que se realiza es el tratamiento rehabilitador sobre estas, señala la experta. "El tratamiento médico puede disminuir o atenuar los síntomas, pero depende del tamaño de la lesión, su localización, edad del paciente, comorbilidades asociadas y el pronóstico posterior que cada cual lo tendrá de manera individualizada, no se puede generalizar".

Es importante en este caso la prevención secundaria, que el paciente cumpla correctamente las indicaciones, mantenga el tratamiento específico y también el de las enfermedades de base que pueda tener.

Prevenir, responsabilidad de todos

La Dra. Marianela Arteche Prior acentúa la importancia de que las personas conozcan los factores de riesgo y desarrollen en el hogar y en la comunidad, prácticas preventivas.

Los que más inciden en el desarrollo de estos eventos, tanto isquémicos como hemorrágicos, detalla la especialista, son la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, enfermedades crónicas no trasmisibles que generalmente producen un daño vascular isquémico; el alcoholismo, tabaquismo, las dislipidemias y también el estrés, aunque en menor medida.

Existen otros factores no modificables que influyen igualmente, como la edad, el sexo, color de la piel, antecedentes de un ictus previo y los patológicos familiares.

Para evitar un ictus, es recomendable desarrollar un estilo de vida saludable, controlar la tensión arterial y los niveles de colesterol, mantener una dieta sana, evitar el sedentarismo, practicar ejercicios y acudir al médico ante cualquier descontrol de las enfermedades de riesgo.

La experta advierte que la población femenina a partir de los 40 años está más expuesta que la masculina a sufrir un ictus, y también enfermedades cardiovasculares, debido a la pérdida de la protección hormonal.

En este grupo también hay otros factores que influyen, añade la especialista del Instituto de Neurología y Neurocirugía de Cuba. Por ejemplo, la migraña y el uso de anticonceptivos orales pueden originar un cuadro trombótico.

Se estima que cada año en el mundo alrededor de 15 millones de personas sufren accidentes cerebrovasculares, en tanto más de 50 millones viven con algún tipo de discapacidad permanente por esta causa. La prevención, reconocer los síntomas y acudir a tiempo al médico contribuiría a cambiar estas cifras.

Precisamente este es el objetivo de la campaña mundial que cada 29 de octubre busca concientizar en la población sobre esta temática. Este año se enfoca en la experiencia después del ictus. Con el cuidado y el apoyo adecuados, subrayan los organizadores, sigue siendo posible tener una vida significativa.

Recuerde: el ictus es siempre una urgencia médica. Actuar con rapidez puede minimizar los daños y salvar vidas. 

Por: Lic. Yeni Ortega Betancourt. Centro Virtual de Convenciones de Salud/Infomed

 

 

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