Publica JAMA importante artículo sobre ciencia del clima y salud pública

El número correspondiente al mes de octubre de 2018 de la revista JAMA publica en su sección Puntos de Vista, un artículo que integra las ciencias del clima con la planificación y la respuesta de salud pública a eventos meteorológicos de gran intensidad.

El trabajo en cuestión, "La necesidad de integrar la ciencia del clima en la preparación de la salud pública para enfrentar huracanes y ciclones tropicales", repasa la ocurrencia de estos fenómenos atmosféricos en los últimos tiempos. El huracán Florence, por ejemplo, tocó tierra como una tormenta de categoría 1 cerca de Wrightsville Beach, Carolina del Norte, el viernes 14 de septiembre de 2018, con vientos de 90 millas por hora. Al mismo tiempo, otras 3 tormentas con nombre, Helene, Isaac y Joyce, recorrieron el Atlántico. La tormenta tropical Olivia acababa de pasar sobre Hawai; y el “super tifón” Mangkhut, el ciclón tropical más fuerte de 2018, estaba a horas de barrer las Filipinas con vientos de 165 mph (categoría 5).

Septiembre suele ser un mes de mucha actividad tropical mundial, pero el escenario está cambiando en los últimos años. Es probable que el calentamiento del planeta influya en las características y el comportamiento de las tormentas extremas. Al mismo tiempo, la preparación para la salud pública no está a la par del avance en el conocimiento de la ciencia del clima acerca de cómo los sistemas de tormentas tropicales se están modificando y potencialmente se están volviendo más peligrosos. La integración de la ciencia del clima con la planificación y la respuesta de salud pública será esencial para mitigar el empeoramiento de las consecuencias para la salud de futuras tormentas extremas.

Existen al menos cuatro importantes consideraciones para enfrentar este desafío:

-La primera es establecer la vigilancia de salud pública en las poblaciones afectadas por las tormentas.

-Segundo, las aguas de los ciclones tropicales gradualmente serán importantes determinantes de salud. 

-Tercero, la preparación de la salud pública para los peligros de tormentas tropicales debe ampliar su alcance.

-Una cuarta mejora en la respuesta de salud pública será abogar por la actualización de los códigos de construcción y la modernización de entornos costeros construidos en islas para que puedan resistir tormentas más fuertes.

Cuba sirve de ejemplo del potencial del soporte vital de este enfoque. En el país se rediseñó el sistema de energía en torno a una arquitectura de microred descentralizada y se capacitó a equipos de especialistas en energía eléctrica para responder durante los cortes de energía. El huracán Irma puso a prueba la autosuficiencia energética de Cuba, al golpear durante 3 días los cayos y la costa norte con vientos de categoría 4 y 5.

Además, antes de que Irma tocara tierra en Cuba, 1,4 millones de residentes fueron reubicados en refugios. Miles de médicos y profesionales de la salud se integraron en estos refugios, se colocaron en ubicaciones remotas o se encontraban de servicio en toda la red nacional de policlínicos de la comunidad, todos equipados con generadores.

Vea el artículo completo en inglés: Shultz JM, Kossin JP, Galea S. The Need to Integrate Climate Science Into Public Health Preparedness for Hurricanes and Tropical Cyclones. JAMA. 2018;320(16):1637–1638. doi:10.1001/jama.2018.16006

Traducción del resumen:

Gretchen González Nieto
Grupo de Traducciones
CNICM-Infomed
octubre, 2018

  • Categorías

  • Archivos