La prevención temprana de la enfermedad renal crónica (ERC), con énfasis en el nivel primario de atención médica, constituye un factor esencial para su control, aseguraron especialistas participantes en el IX Congreso Nacional de Nefrología que sesiona hasta este viernes en la provincia de Sancti Spíritus.
Se estima que actualmente 795 millones de personas en el mundo padecen ERC; entre cuyos factores de riesgo sobresalen la diabetes, la hipertensión arterial y la enfermedad cardiovascular. Latinoamérica es la región con la más alta tasa de mortalidad por esta causa.
El presidente de la Sociedad Latinoamericana de Nefrología e Hipertensión, Dr. Alfonso Cueto Manzano, advirtió en su conferencia sobre "La educación como estrategia de prevención y manejo de la ERC", que esto se debe, en parte, a que tradicionalmente ha habido un enfoque hacia la “punta del iceberg”: personas que ya requieren un tratamiento sustitutivo de la función renal.
Indicó que hay que ir también hasta aquellos que padecen nefropatía establecida o temprana y quienes tienen un alto riesgo de padecer una enfermedad renal crónica. Se considera que el número real de pacientes con este padecimiento es mayor y muchas veces se muestran asintomáticos.
Apuntó que hoy en día toda enfermedad crónica debe abordarse con el modelo de atención crónico, que requiere, para obtener los mejores resultados, interacción productiva entre el equipo de salud y los pacientes.
“El equipo de salud debe estar preparado y ser proactivo para poder generar recíprocamente que el paciente tome conciencia de su enfermedad y pueda llegar a su autocuidado”, enfatizó el doctor Cueto Manzano, quien radica en el Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Renales en el Hospital de Especialidades, CMNO, IMSS, Guadalajara, México.
En ese sentido, el experto subrayó la importancia de que los profesionales del nivel primario desarrollen competencias clínicas que le permitan manejar efectivamente la ERC y resaltó el papel de las intervenciones multidisciplinarias para modificar estilos de vida inadecuados en pacientes con alto riesgo de desarrollarla.
Sobre esta temática se realizó también una mesa redonda, en la que varios especialistas actualizaron la situación y retos en la atención y tratamiento de esta enfermedad en Cuba.
El director del Instituto de Nefrología, Dr. Guillermo J. Guerra Bustillo, acentuó la importancia de la integración y cohesión en el trabajo para el control y manejo de la ERC. En ese sentido, mencionó el plan de medidas aprobado recientemente por el Ministerio de Salud Pública. Entre sus componentes están la promoción, la prevención y las acciones de comunicación, la organización de la atención médica, de la docencia y de la investigación-desarrollo.
Señaló como desafíos el incremento de la población con necesidad de tratamiento sustitutivo de la función renal crónica -especialmente en América Latina- así como la prevención del agotamiento del capital vascular y la infección como causa de morbimobilidad.
Por su parte, el presidente de la Sociedad Cubana de Nefrología, el Dr. Jorge F. Pérez Oliva, recalcó que el nivel primario de atención médica es el escenario de intervención conjunta por excelencia, en el que se alcanza el mejor resultado: calidad de vida y supervivencia.
Según los expertos, cada 10 años se duplica la cantidad de pacientes con Enfermedad Renal Crónica, de ahí lo significativo de sensibilizar a la población del grave problema que es la ERC y enfocarse en un paradigma preventivo-educativo.
En el congreso participan unos 300 profesionales de la salud cubanos e invitados extranjeros vinculados a la nefrología.
Para más información, visite la página web del IX Congreso de Nefrología.
Por: Yeni Ortega Betancourt. Centro Virtual de Convenciones de Salud