Aunque el primer semestre del año 2018 no ha estado exento de problemas con la disponibilidad de medicamentos en la red de farmacias del país, comparativamente con los dos años anteriores – cuando las faltas de fármacos llegaron a oscilar entre 70 y 100 productos– se ha logrado una mayor estabilidad, refirió a la prensa la Máster en Ciencias Rita María García Almaguer, directora de Operaciones y Tecnología del Grupo de las Industrias Biotecnológica y Farmacéutica (BioCubaFarma).
De acuerdo con la especialista, el pasado mes de junio cerró con 48 faltas en el sistema nacional de salud, dentro de las cuales las de mayor impacto corresponden a los productos de prioridad uno: aquellos que son vitales, responden a programas específicos y no tienen sustituto, y por tanto tienen mayor connotación para la población.
En este grupo, dijo, las faltas se han movido entre los 15 y 20 fármacos en este periodo de 2018, y hay 18 medicamentos no disponibles en estos momentos. «Hacia ahí estamos enfocados, pues son aquellos para los cuales no hay otra indicación terapéutica, si bien el médico puede sugerir otros de similar acción farmacológica», precisó García Almaguer.
De los 761 medicamentos que conforman el cuadro básico, 486 medicamentos son de producción nacional, de los cuales 482 corresponden a BioCubaFarma, y otros 275, son importados. «Somos responsables del 82 % de los productos que van a las farmacias, por tanto, nuestra industria tiene un peso importante en los medicamentos que van de cara a la población».
Entre las causas que impiden una completa estabilidad en la producción y suministro de medicamentos al sistema de salud, además de ineficiencias internas, la entrevistada mencionó como las más determinantes, la falta de financiamiento oportuna para pagar a los proveedores, con los cuales se negocia la adquisición de las materias primas, materiales de envases, e insumos; y el hecho de que algunos proveedores han cerrado fábricas, como es el caso de China e India, lo cual ha conllevado a redireccionar compras.
«Esta es una industria muy específica, en la cual, si un proveedor deja de ofertar determinado producto, buscar otro implica tener que comenzar un proceso de validación no menor a tres meses, por lo cual se requiere tiempo. Llevamos años tratando de obtener más de un proveedor para un producto, para cuando ello ocurra tener una alternativa inmediata, pero no se ha logrado en todos los casos», dijo.
«Igual de significativa es la influencia del bloqueo norteamericano, que provoca elevados gastos por la no utilización del dólar en las transacciones, las dificultades en los bancos, tener que utilizar terceros países para lograr adquirir equipos, piezas de repuesto de fabricación americana, reactivos químicos y otros insumos, y adquirir las materias primas en mercados muy lejanos, entre otras. En este 2018, en al menos tres productos hemos tenido que redireccionar las compras de materias primas porque no hemos contado con alternativas, y son medicamentos que hoy se mantienen en falta», agregó la funcionaria.
Entre los que no están disponibles mencionó la primaquina y la amiodarona –para los cuales no se ha logrado encontrar proveedor, pero se buscan alternativas por el Ministerio de Salud Pública– el Clonazepam y el Alprazolam, productos donde el recurso no logró el empate en el ciclo porque el proveedor no tenía disponibilidad, pero que entre los días 17 al 27 de este mes arribará al país, y en agosto sale a la producción y a la distribución en el sistema de salud.
Comentó que en baja cobertura continúan algunos antibióticos como la cefuroxima, ya con entrada inmediata de materias primas, y la cefotaxima, que ya se encuentra en territorio nacional. En el caso de la pentoxifilina, no se alcanzará estabilidad hasta el mes de septiembre.
Otros productos como las tiras reactivas para medir el nivel de glucosa en sangre, y los antirretrovirales – cuyos ingredientes activos acaban de arribar, y están en proceso de análisis para incorporar a producción– deben comenzar a estabilizarse.
En el caso de las cremas y ungüentos, la especialista refirió que el mes de junio cerró con cuatro faltas, en comparación con las 25 que se alcanzó en anteriores años, y destacó que hoy la planta está a tope de capacidad.
Por otra parte, García Almaguer señaló que «desde el mes de enero la industria ha presentado estabilidad en cuanto a la entrega de la dipirona, uno de los fármacos que mayores afectaciones había tenido con anterioridad. Todos los meses de este año hemos entregado al sistema de salud pública 84 millones de tabletas, logrando mantener cobertura de 30 días para que llegue a la población».
Precisó que, a partir del mes de septiembre, además de la dipirona de 300 mg, se distribuirá la dipirona de 500 mg, y en ese sentido explicó que las autoridades de salud pública ya ofrecen al respecto información a la población para evitar lo que hoy es un hábito del cubano, referente a consumir dos tabletas de este fármaco.
En relación a la aspirina de 125 mg, la cual es importada y la suministra el Minsap, la especialista dijo que aún no se encuentra un proveedor, si bien se trabaja desde el año pasado en la introducción de la aspirina de 81 mg, y se ha estado suministrando la aspirina de 500 mg. Esta última estuvo en baja cobertura por inestabilidad de la materia prima, pero ya arribó al país y se comenzó el proceso productivo.
«Hoy la industria hace un esfuerzo considerable y se trabaja además en el perfeccionamiento del ciclo logístico. Estamos produciendo en cantidades superiores a años anteriores, convencidos de que lo más importante es que el medicamento que haga falta esté disponible, en la cantidad que sea necesario», concluyó.
La Industria Biotecnológica y Farmacéutica cubana prevé un plan de inversión hasta el año 2030 de más de 2 000 millones de dólares, que contribuirá a ampliar las capacidades productivas con altos estándares.
Autor: | lisandra@granma.cu
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