68 años nos separan desde la primera celebración del Día Mundial de la Salud. Fue un 7 de abril del año 1950 cuando por primera vez la Organización Mundial de Salud (OMS) llevó a cabo un lema y temática alegóricos al momento para llamar la atención sobre los problemas de salud más importantes a los que se enfrenta el mundo cada año.
Con un llamado a los líderes mundiales para que se comprometan a adoptar medidas concretas en aras de promover la salud en todas las personas, comenzó la campaña este año, con el lema- propuesto por la OMS- “Salud para todos con la cobertura sanitaria universal”.
De esta manera, para el Día Mundial de la Salud de este año la Organización Panamericana de Salud (OPS) pide derribar barreras para que la atención en salud llegue a todas las personas, en todas partes.
A propósito, el representante de la OPS/OMS en Cuba ofreció al portal de Infomed su opinión sobre la visión de la organización en nuestro país y el aporte a la campaña por el día mundial que se extenderá durante todo el año.
A tono con nuestro contexto en las Américas, el slogan que acompaña a esta campaña versa sobre "Salud universal: salud para tod@s, en todas partes", ¿Por qué considera que es el más adecuado para nuestra región? ¿Cómo se inserta este entre los objetivos de la OPS/OMS Cuba?
Este año la OMS decidió señalar el día mundial con la temática de la Salud Universal, esto en la región de las Américas significa instar a los sistemas de salud para que avancen hacia al acceso universal y a la cobertura universal de la salud, teniendo en cuenta que estos sistemas deben reformarse y/o perfeccionarse para lograr que todo los que necesitan servicios de salud en un momento dado puedan acceder a ellos.
Es importante aclarar que cuando hablo de sistema de salud integral no me refiero solo a los aspectos curativos sino también a los de promoción, prevención y rehabilitación; abogar porque sean servicios de calidad y que el acceso no ponga en una situación de riesgo financiero a los hogares de quienes necesitan estos servicios de salud.
Se precisa complementar estos aspectos con las políticas de desarrollo humano que abordan los determinantes sociales y medioambientales de la salud, porque sabemos que la salud no depende solamente de lo que se hace desde el macrosistema de salud, sino también del medio ambiente en que vivimos, el saneamiento, el tipo de trabajo, entre otras determinantes sociales.
Este objetivo hacia el cual los países debieran tender, viene de una resolución de los ministros de la salud de las Américas cuando en el año 2014 decidieron que todos íbamos a tratar de avanzar en una estrategia de salud universal, para trazar estos objetivos antes mencionados.
Significa entonces desplegar una serie de acciones alrededor del desarrollo de un modelo de atención centrado en las personas, las familias y las comunidades, con una mirada intersectorial, con el desarrollo de una gobernanza estructurada y fuerte del sector salud, con un financiamiento que sea solidario y suficiente, y con una perspectiva que permita posicionar la salud en todos los sectores de la sociedad.
¿Por qué es importante en estos momentos y específicamente para las Américas, volver sobre las metas de Salud para todos, con base en el rescate de los principios claves de la estrategia de Atención Primaria en Salud, acordados en Alma-Ata (1978)?
En estos momentos se precisa más que nunca rescatar ese logro en la salud pública mundial que fue Alma-Ata. Alma-Ata propone lo que conocemos como el enfoque de atención primaria en salud, que no es solamente desarrollar servicios en el primer nivel de atención, sino asegurarse que en el énfasis de los sistemas de salud está la promoción de la salud, la prevención de enfermedades y la intersectorialidad.
Estamos hablando de un primer nivel de atención que sea tan fuerte como resolutivo, pero que también pueda, eventualmente, integrar los sistemas de salud para que quien los necesite acceda a niveles de complejidad o de respuesta superior.
Entonces yo diría que lo primero es tomar la oportunidad de los 40 años de Alma-Ata para proyectarla dentro de esta estrategia de salud universal hacia el siglo XXI porque sigue vigente con un enfoque, con una filosofía que permite también ratificar conceptos y situaciones que en algunos momentos se confundieron, como es el caso de relacionar solamente la atención primaria de salud con el primer nivel de atención, aspecto que se confundió en sus inicios.
Alma-Ata se utilizó en algunos países también para determinar lo que en esa época se llamó los paquetes mínimos de servicios, y ni en el año 1978 ni hoy Alma-Ata significa eso. Muy por el contrario, proyecta la salud para todos.
Entender que la atención primaria tiene que ser la puerta de entrada al sistema de salud y la base donde se proyecta desde la comunidad su trabajo intersectorial, es uno de los elementos que se propone la OPS/OMS, debido a que la atención en salud no puede quedarse solo en un primer nivel, se necesitan hospitales e institutos de referencia nacional para que cuando alguien lo requiera puedan acceder a la más alta tecnología, se necesita desplegar programas como lo hace Cuba por ejemplo con el de genética médica, acercar las tecnologías a la gente, a las comunidades.
Este año se van a marcar una serie de hitos a nivel regional recordando Alma-Ata, principalmente para entender como está vigente hoy día la filosofía de la atención primaria en salud y como esta tiene que guiar el camino de los diferentes países y sistemas de salud hacia el alcance de salud para todos y de la salud universal.
A propósito de los 40 años de Alma-Ata y desde su posición como representante de la OPS/OMS en Cuba podría explicarnos de qué manera contribuye nuestro país desde su experiencia con la atención primaria de salud al desarrollo de este derecho a nivel mundial.
En Alma-Ata se lanzó la declaración de la atención primaria en salud, hoy por hoy decimos que esta estrategia de salud universal es el Alma-Ata del siglo XXI y dentro de eso Cuba es uno de los países que más ha avanzado para alcanzar estos resultados.
Aunque no estamos exentos en Cuba de desafíos y cuestiones por mejorar, sin lugar a dudas, mirando el conjunto de la cuestión, efectivamente es un país que se puede tomar ejemplo en la construcción del sistema de salud desde el año 1959.
Por un lado, tenemos en Cuba unos indicadores de salud que son del primer mundo. La mortalidad infantil es de 4 por mil nacidos vivos, la mortalidad materna de 41 por cien mil, la esperanza de vida casi está en los 80 años al nacer.
Cuba cuenta también con el logro de haber eliminado la trasmisión vertical del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) de madre a hijo, recibiendo este año la recertificación por segunda vez de ser el primer país del mundo en eliminar este problema.
Hay 11 enfermedades inmunoprevenibles que se eliminaron a través del tiempo como el paludismo y el sarampión. Los resultados de salud de Cuba son muy importantes porque, además de ser tan significativos, responden justamente a lo que quieren hacer los demás países de la Región de las Américas que es desarrollar este modelo de atención centrado en las personas.
Este año, la OPS/OMS decidió dedicar las jornadas por el día mundial de la salud a la “Salud Universal es Salud para Todos en el siglo XXI”. ¿Cómo se inserta Cuba en esta estrategia teniendo en cuenta que se extenderá durante todo el año y que está en consonancia con los Objetivos del Desarrollo Sostenible pactados en el año 2015?
En la región de las Américas cumplimos y avanzamos en lo que se está haciendo en el resto del mundo con respecto a la cobertura universal de salud y además estamos poniendo un énfasis muy fuerte en el acceso no solo al servicio de salud, sino también a políticas que aborden las determinantes sociales y medioambientales de salud.
En este sentido es absolutamente complementario que a la cobertura universal de la salud se le agregue un componente explícito de acceso a la salud que signifique acceso al servicio, factores que permiten que uno pueda tener mejores niveles de salud, y es por eso que hacemos un énfasis diferente desde OPS y hablamos de “Salud Universal para Todos, en todas partes” como lema que nos permite reflejar este aspecto.
Evidentemente al enfocar las necesidades de salud entramos directamente en la vinculación con los objetivos de desarrollo sostenible. Aquí en Cuba, en la representación OPS/OMS estamos comprometidos con el apoyo a la misión del Ministerio de Salud Pública que busca no solamente mejorar los indicadores de salud, sino preservar los valores con los que se ha construido el sistema de salud revolucionario, como la responsabilidad, el derecho a la salud, la equidad; totalmente coincidentes con los valores de la OPS y los que existen en la estrategia de salud universal.
El internacionalismo es un ejemplo también importante de cómo nosotros entendemos que OPS/Cuba y OPS en general, puede ser facilitadora de las relaciones. Cuba mantiene colaboración médica en 62 países con 48 mil colaboradores a través del mundo, y nosotros podemos potenciar más esas colaboraciones Sur-Sur implicándonos y apoyando a la Isla y otros países a avanzar hacia la salud universal.
Por ejemplo, en el programa “Más médicos”, Cuba firma un acuerdo con OPS/Cuba y Brasil por su parte firma un acuerdo con OPS/Brasil, estableciendo una relación que permite que los médicos colaboradores cubanos se desplieguen en Brasil (11 mil 55 en su momento hoy estamos en alrededor de los 8 mil 500) los cual significa que hoy en día existan más de 60 millones de brasileños que acceden a servicios médicos de los cuales 45 millones lo hacen gracias a médicos cubanos. Este es entonces un proyecto que permite que en Brasil también se avance hacia la salud universal.
Los objetivos de desarrollo sostenible implican que “más salud es bienestar”, y avanzando en salud universal es la manera en que vamos a lograr impactar en salud. Hay un indicador particular de este objetivo que tiene que ver con la cobertura universal de salud: la cuestión financiera, o sea que cuando las personas necesiten acceder no estén expuestas a riesgos de caer en la pobreza o a riesgos de no poder salir de la pobreza por los costos que pueda tener la atención que requiera.
Pero más allá de eso al desarrollar y avanzar en la salud universal, se mostrarán avances en la calidad de vida. Pero esto solo se logrará con un sistema de salud que permita responder a las necesidades de la población y de sí mismo, permitiéndole hacer acciones, entre otras, que contribuyan al saneamiento de las aguas, a la recogida de los deshechos… conformando una lógica donde también se logren alcanzar otros objetivos de desarrollo sostenible, incluyendo la equidad de género y educación.