“Cambiando la Mentalidad… una guía para ayudar a la construcción de la felicidad”

Como parte de las actividades por el aniversario 50 del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas y el aniversario 23 de la red Infomed, el profesor Dr. Manuel Calviño –usuario de la red-  ofrece una entrevista a propósito del Gran Premio al Lector que otorga el Instituto Cubano del Libro obtenido por su obra Cambiando la Mentalidad… empezando por los jefes.

Este libro puede tributar al Diplomado de Administración Pública que cursan los cuadros del Sistema Nacional de Salud, con el objetivo de desarrollar el dominio de nuevas técnicas y modalidades de dirección que contribuyan al cambio necesario hacia las transformaciones del país, además de adquirir nuevos métodos en pos de un mejor accionar en bien de la sociedad a tono con los Lineamientos de la Política Económica y Social, aprobados por el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC).

 

Cuando uno se lo encuentra por los pasillos de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana hablando con sus estudiantes luego de terminar las conferencias, entonces percibe que el profesor que todos los miércoles nos regala 15 minutos para ayudarnos a construir mejor nuestras vidas a través de Vale la Pena, es una especie de ídolo entre alumnos y colegas.

A Manuel Calviño llegué por el Gran Premio del Lector 2015 que le otorgara el Instituto Cubano del Libro por la obra Cambiando la mentalidad… empezando por los jefes, material que según me cuenta “es una invitación a reinventar la epistemología de las relaciones institucionales y de las relaciones humanas a lo interno desde la pareja a la sociedad; y a romper con una epistemología estructural que es del digo XIX marcada en la Cuba que hoy vivimos”.

Me conduce por los pasillos de la facultad, detiene el paso varias veces. Claro, los alumnos quieren felicitarlo (Pienso). Conversa, jaranea, y me indica sentarnos en el patio. “Yo no tengo oficina, trabajo con mis estudiantes en el aula, pero no tengo oficina aquí, es una filosofía de trabajo que llevo hace un tiempito”, me dice. Muy a gusto nos sentamos en un banco y comenzamos a conversar de las motivaciones, de cómo y por qué surgió Cambiando la mentalidad… hasta adentrarnos en la manera en que ha asumido los retos que impuso esta obra.

 “Este libro empieza por las mentalidades obtusas que todavía existen en el país,  no solo como las mentalidades de personas, sino como lo que es a mi juicio tan malo como esto, que son las mentalidades objetivadas en regulaciones, leyes y estilos de trabajo.“

 “Soy un convencido de que nosotros vivimos en un modelo verticalista; y hablo a nivel de país, de familia, de sociedad…dicho muy aburridamente, un modelo epistemológico. El padre siente que manda y que lo que él dice por el bien de su hijo es lo mejor, y así el jefe y así el maestro y así el director del centro. Es un modo de funcionar, y justamente para desarticular ese modo de funcionar -que a mi juico es obsoleto- hay que comenzar a descentralizar procesos, pero por donde es primordial: por los jefes”.

 “Cuando hablo de los jefes en el libro, hablo de todos los implicados en ese modelo epistemológico. Podemos quitar la palabra “jefes” y nombrar el texto “Cambiando la mentalidad… empezando por los padres”; está construido así, porque es mi estilo. La esencia del asunto no es una función, es un modelo mental, un modelo epistemológico. Eso ha sido un factor de impacto, sobre todo porque la gente asume cuando lee que “podría ser mi jefe, pero podría ser yo con mis hijos”. Lo que demuestra en gran medida que si las personas sienten que pueden ser hasta profundamente cuestionadas en su comportamiento, entonces la gente por el contario, está muy dispuesta a asumir la necesidad del cambio”.

“Recuerdo que a los meses de haber lanzado el libro, alguien me preguntó si me estaba dedicando ahora al cambio de mentalidad. Interrogante que me resultó, incluso graciosa, porque yo me dedico al cambio de mentalidad hace más de 50 años porque soy maestro lo cual me convierte en un cambiador de mentalidad, y soy psicólogo hace muchos años. Por lo tanto este libro me sigue avalando como ello. Es un libro oportuno, no oportunista. Es un material que encuentra una discursiva social conductora del concepto. Su máximo valor está en tratar de convertirse en una voz alterna a las personas para entender; y ojalá que para promover, ese cambio de mentalidad sobre todo desde la certeza de que solamente hay un modo de cambiarla; que es cambiándola".

Hablando de retos…

“Quizás el reto más grande del libro y del tema sobre todo, es que uno siempre espera que el otro cambie para cambiar uno y la cuestión de sentirte protagónico, de sentir que solo cambiando cada yo produciremos un cambio es lo más difícil. Probablemente es una filosofía muy idealista y yo soy psicólogo y mi mundo es el mundo de la subjetividad, no alejado de la realidad, pero con una clara convicción de que la gente puede cambiar”.

“Además no es un problema solo científico argumental, hay muchas evidencias. Fíjate lo que ha cambiado la mentalidad del cubano entre 1959 y 1965, y piensa en lo que ha cambiado la mentalidad del cubano luego de la aparición de la nuevas formas de propiedad; por lo tanto el cambio es posible; lo difícil es cuando tú quieres un cambio en una dirección consensuada salvando ciertos fundamentos consensuados. Ahí no es cambiar, ahí es cambiar hacía, cambiar para…”

“Dentro de ese enorme reto en el que yo insisto mucho en el libro y en todos mis escenarios, está el hecho de que no solo estamos diciendo “vamos a cambiar la mentalidad desde y con la mentalidad que tenemos” y por lo tanto se necesitan actores externos que presionen y favorezcan ese cambio. De ahí que el núcleo del problema está en oír a los otros, vivir desde los otros, asumir experiencias con los otros, tener una mirada autocrítica, una apertura a la experiencia y sobre todo saber que todo tiempo futuro puede ser potencialmente mejor”.

“Una cosa es que te impongan las filas y otra cosa es que tú logres consensuar la fila. En Cuba se sigue pensando mucho en el líder como la persona capaz. Lo ideal sería que desaparezca esa visión y creer que el líder se da a la tarea, a la misión y que todos los demás somos los soldados de ese liderazgo, no de las personas. Tendría que producirse un tremendo cambio de mentalidad para dejar atrás la concepción de jefe, convertirla en la concepción de líder y dejar atrás la concepción de líder-jefe para convertirlo en el liderazgo colaborativo. Las personas no son las que nos mueven, sino los intermediarios de las ideas, los conceptos, los propósitos y las metas, en eso consiste el liderazgo; y en la medida en que sea consensuado entonces la gente lo seguirá”.

“El día que nos oigan y hagamos las cosas consensuadas ese día podemos hablar de un verdadero cambio de mentalidad. Se trata de interactuar porque hacer lo que tú dices en lugar de lo que dice tu jefe, es más de lo mismo. La esencia del problema está en quién dice y quién no, quién decide y quién hace. Eso está muy marcado en los cambios que se ejercen hoy en nuestra sociedad y por eso el modelo del jefe hoy irá a parar al mismo lugar”.

“Cambiando la Mentalidad… cayó bien. Yo creo que la razón número uno del éxito del libro es la convicción, el ansia, el deseo y la implicación de las personas en que el cambio de mentalidad no solo es necesario, sino que también es posible y cualquier cosa que lo acerque será siempre bienvenida”.

Por: Lic. Jorge Noel Marqués, Centro Virtual de Convenciones de Salud, CNICM/Infomed.

 

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