Acute Myocardial Infarction
Anderson JL y Morrow DA. N Engl J Med 2017; 376:2053-2064. DOI: 10.1056/NEJMra1606915
El infarto agudo de miocardio (IAM) es consecuencia de un síndrome isquémico agudo que produce la necrosis del miocardio. Su diagnóstico se realiza con el análisis del cuadro clínico, el electrocardiograma (ECG), los exámenes de laboratorio, las imágenes invasivas o no invasivas y el examen patológico.
El IAM puede clasificarse en 5 tipos según el de acuerdo con el mecanismo de producción:
tipo 1, debido a la trombosis de una arteria coronaria
tipo 2, debido a un desequilibrio entre la oferta y la demanda de oxígeno
tipo 3, muerte súbita por un IAM no comprobado por ECG ni análisis de laboratorio
tipo 4a, relacionado con una intervención coronaria percutánea (ICP)
tipo 4b, relacionado con la trombosis de un stent
tipo 5, vinculado a una cirugía de revascularización coronaria (CRC).
La enfermedad cardíaca isquémica es uno de las principales causas de pérdida mundial de años de vida ajustados por invalidez. No obstante, la incidencia de hospitalización por IAM ha disminuido de forma sostenida en las últimas 3 décadas, pero todavía es alta.
Su presencia en países con ingresos bajos o intermedios es elevada, ya que en ellos ocurren el 80% de las muertes por causa cardiovascular. En tanto, en los países de mayores ingresos ha aumentado de manera más notoria la prevalencia de factores de riesgo. Esta discordancia entre más factores de riesgo, pero menor mortalidad cardiovascular, se atribuye al mayor uso de medidas de prevención y al tratamiento más efectivo.
El mecanismo usual que da lugar a un IAM es la erosión o rotura de una placa de ateroma coronaria, lo cual expone a la sangre a materiales altamente trombogénicos. Un trombo que ocluye totalmente una arteria coronaria produce un IAM con elevación del segmento ST (IAMCEST), mientras que una oclusión parcial origina un IAM sin elevación del segmento ST (IAMSEST) o angina inestable.