La detección temprana del cáncer puede reducir eficazmente la mortalidad asociada con esta enfermedad. En contextos de escasos recursos, el cáncer se diagnostica a menudo en una etapa tardía, lo que resulta en una menor supervivencia y una morbilidad potencialmente mayor, así como mayores costos de tratamiento. Incluso en países con sistemas y servicios de salud consolidados, muchos casos de cáncer se diagnostican en una etapa tardía. Resolver los retrasos en el diagnóstico y la accesibilidad al tratamiento es por lo tanto crítico en todos los entornos para el control del cáncer.
Las barreras que retrasan el diagnóstico de cáncer deben ser identificadas y evaluadas primero, y estos factores pueden originarse en los pacientes, los cuidadores y los sistemas de salud. Los programas eficaces pueden entonces ser implementados en varios niveles que incluyen la participación de la comunidad para tratar el comportamiento del paciente, mejorar la capacidad de diagnóstico y referencia y asegurar el acceso a un tratamiento oportuno y de alta calidad.
La Guía de la Organización Mundial de la Salud para el Diagnóstico Temprano del Cáncer tiene como objetivo ayudar a los responsables de la formulación de políticas y los directores de programas a facilitar el diagnóstico oportuno y mejorar el acceso al tratamiento del cáncer para todos.
