A propósito del Día Internacional de las Cardiopatías Congénitas, que se conmemora cada 14 de febrero, el CNICM resalta el quehacer del Cardiocentro Pediátrico William Soler y la Red Cardiopediátrica Nacional.
Recorrer los pasillos y salones de un hospital infantil donde el niño es prioridad absoluta, suele provocar una sensación de regocijo suprema. Sucede así cuando se visita un sitio de referencia para la cardiología pediátrica en Cuba como lo es el Cardiocentro William Soler. Allí, todo un equipo multidisciplinario tiene como fin garantizarle al infante una mejor calidad de vida, a pesar de las dolencias que, en algunos casos, obligan al menor y a su familia a permanecer bajo supervisión médica. El cardiocentro, inaugurado al mismo tiempo que la Red Cardiopediátrica Nacional por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en agosto de 1986, constituye el centro de referencia nacional de la Cardiología y de la Cirugía Cardiovascular pediátricas en el país.
Al decir de la doctora en ciencias Herminia Palenzuela López, cardiopediatra fundadora del centro y responsable del programa de calidad de la institución, “el objeto social desde la creación del hospital hasta hoy ha sido el diagnóstico y tratamiento médico especializado, quirúrgico o intervencionista de las cardiopatías congénitas, arritmias complejas, cardiomiopatías y otras afecciones cardiovasculares pediátricas en el país, así como el diagnóstico y tratamiento de las cardiopatías pediátricas adquiridas de la región occidental”.
Asimismo, Palenzuela López destacó la incorporación al objeto social del diagnóstico y tratamiento de los pacientes adultos con cardiopatías congénitas, por ser el centro de mayor experiencia en este campo, tanto para los pacientes de reciente diagnóstico como para aquellos que ya han llegado a la edad adulta y cuyo seguimiento se mantiene por el equipo de trabajo del cadiocentro.
“Esto incluye el tratamiento intervencionista de las embarazadas con cardiopatías, elemento del que podemos destacar la atención a más de 200 mujeres con este tipo de afección, las cuales en su mayoría han podido llevar a feliz término el periodo gestacional”, agregó el especialista.
Cardiopatías congénitas, importancia del diagnóstico prenatal y la rehabilitación
En Cuba es priorizado el tratamiento médico especializado a la mujer embarazada. A todas las gestantes entre las 18 y 26 semanas se les hace un ultrasonido de pesquisa buscando malformaciones y entre estas se precisan las cardiacas.
Al respecto, el doctor Carlos García Guevara, coordinador nacional del diagnóstico prenatal de cardiopatías congénitas dijo que “para ello se emplean cuatro vistas fundamentales a través de las cuales se pueden detectar todas las malformaciones complejas”.
“Nosotros hemos entrenado a más de 150 ultrasonografistas (incluidos especialistas extranjeros) en un curso que preparamos y desarrollamos en el cardiocentro. Nuestro país ostenta un alto prestigio en el diagnóstico prenatal de las cardiopatías congénitas complejas con más del 70% de efectividad en las prescripciones, lo cual ha permitido una disminución sustancial de la mortalidad infantil”, agregó García Guevara.
“Yo creo que la fortaleza del programa está en el trabajo mancomunado de la Red Cardiopediátrica, la Red Nacional de Genética Nacional y la Dirección Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública. El trabajo multidisciplinario nos da la garantía de ofrecerles a nuestros pacientes una mejor calidad de vida y esa es, en definitiva, nuestra razón de ser”, expresó el doctor García.
El Programa Nacional de Rehabilitación Cardiaca constituye otra de las aristas fundamentales en el tratamiento de los niños con cardiopatías congénitas. “Muchas cardiopatías, aún después de operadas, tienen secuelas que pueden en un momento determinado requerir un tratamiento quirúrgico, un intervencionismo o ser tratadas con la colocación de marcapaso al paciente. Esta es la razón por la que la rehabilitación se hace necesaria en pos de lograr que el niño pueda tener una vida normal una vez atendido”, concluyó el doctor Jesús Francisco Carballés García, responsable del Programa de Rehabilitación Cardiaca del Niño.
El especialista sostuvo que en el año en que fue creado el cardiocentro había muchos niños rezagados en recibir tratamientos porque por esa época en Cuba no se hacían operaciones de corazón en niños. “Los menores llegaban a nosotros en edades muy avanzadas ya para aplicar ese tipo de procedimientos, de ahí que desde que el programa de rehabilitación cobró vida, ha sido de gran utilidad en el objetivo de llevar a su capacidad total de esfuerzo a los niños cardiópatas”.
Hemodinámica: un servicio que busca la perfección en el tratamiento
El departamento de Hemodinámica se inauguró en el año 1988, dos años después de la creación de la institución. Para la fecha, el área contaba con el único equipo Siemens biplano que existía en todos los cardiocentros del país, tecnología que facilitaba el diagnóstico y tratamiento de los infantes.
Según el Jefe del Servicio de Hemodinámica, doctor Ramiro Novoa, “aproximadamente un tercio de todos los casos que vienen al cardiocentro son atendidos por hemodinámica, los otros dos tercios por cirugía. Por lo cual, podemos referenciar que nosotros hacemos alrededor de 150 procederes de cateterismo intervencionista de un total de 300 pacientes que tratamos todos los años. De ahí que la relación entre procederes intervencionistas y cateterismos diagnósticos es mayor o igual a un 50 por ciento”.
El especialista destacó la adquisición en el 2016 de un nuevo equipo biplano de alta tecnología que permitirá no solo mejorar el tratamiento de cardiopatías y otros males coronarios, sino también una mayor precisión en los diagnósticos.
“Este nueva tecnología adquirida por el valor de un millón 600 mil dólares es también un equipo digital que incluye geografía rotacional, imagen en tiempo real y en tres dimensiones. Se trata de un sistema equipado con todo el software para cardiología pediátrica y en sentido general, para los defectos estructurales del corazón que se tratan por cateterismo intervencionista que cada día son más”, añadió el doctor Novoa.
El cardiólogo enfatizó que el hospital William Soler tiene una calidad que le permite realizar procedimientos médicos a la altura de instituciones de países desarrollados. “Hay otros procederes que se están haciendo en otros lugares como la implantación por cateterismo intervencionista de unos stent en posición pulmonar. Esta técnica es muy costosa para el país, por lo cual hoy se opera al paciente que pudiera tener este tratamiento por la cirugía tradicional; aunque el Ministerio de Salud Pública ya incluyó la compra de estas válvulas en nuestro plan de desarrollo para el 2018”.
“Otro pilar que estamos desarrollando en el cardiocentro son los procederes híbridos o la cardiología multidisciplinaria. Se trata del trabajo de un equipo en el que participan cardiólogos, intensivistas, neonatólogos, cirujanos y cardiólogos intervencionistas. La idea es combinar tanto las habilidades quirúrgicas como las habilidades del intervencionismo para lograr un objetivo determinado que es mejorar al niño”, especificó el Jefe del Servicio.
Las estadísticas que exhibe el cardiocentro William Soler a sus treinta años de trabajo no mienten cuando de entrega, disciplina y dedicación a la causa humana se trata. Gracias a todo el trabajo multidisciplinario, la mortalidad infantil por cardiopatías congénitas se redujo de 3.5 por 1000 nacidos vivos en 1980 a menos de 0.5 por 1000 nacidos vivos a partir del 2015. La institución corona al Sistema de Salud Pública cubano como uno de los mejores del orbe.
Lic. Johanna Pérez Martínez. Grupo del Portal y Comunicación. CNICM-Infomed