¿Por qué llamamos cerebro al cerebro?
García-Molina A, Enseñat A. Rev Neurol. 2017; 64: 85-90.
Todos los días, millones de profesionales utilizan un sinfín de palabras técnicas para referirse a las distintas estructuras que se hallan dentro del cráneo, pero pocos sabrían explicar su procedencia. En este trabajo se indaga sobre el origen etimológico de algunos de estos términos neuroanatómicos.
Para lograr este propósito se realizó una revisión etimológica de las palabras que se refieren al sistema nervioso central; revisión que no pretendió ser ni exhaustiva ni pormenorizada de los términos actualmente en uso, sino familiarizar al lector con el pasado lingüístico de palabras como cerebro, hipocampo, tálamo, claustro, fórnix, cuerpo calloso o sistema límbico. Todas ellas provienen del griego o del latín, durante siglos las lenguas francas de la ciencia. También se analizó la evolución de la palabra meninges, originalmente de procedencia grecolatina, si bien los usos actuales derivan del árabe.
Se concluye que los términos neuroanatómicos que se utilizan hoy en día no proceden de palabras que asocien una determinada estructura encefálica con su función, sino de palabras que reflejan la similitud formal o conceptual entre una estructura y una entidad familiar o cotidiana (por ejemplo, un objeto o una parte del cuerpo humano). En otros casos, estas palabras indican la ubicación espacial de la estructura neuroanatómica respecto a un tercero, o bien son términos derivados de personajes de la mitología grecolatina.
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