Estado de la población mundial 2016
Cuando una niña cumple 10 años todo su mundo cambia.
Contribuyendo a un mundo donde cada embarazo sea deseado, cada parto sea sin riesgos y cada persona joven alcance su pleno desarrollo.
Un aluvión de acontecimientos transformadores la empujan en múltiples direcciones, y su destino dependerá del apoyo que reciba y el poder que tenga para decidir su futuro.
En algunas partes del mundo, una niña de 10 años —en el umbral de la adolescencia— ve ante ella un horizonte de infinitas posibilidades y comienza a tomar decisiones que influirán en su educación y, más adelante, en su trabajo y su vida.
Sin embargo, en otras, las perspectivas de una niña de esa edad son limitadas. Al llegar a la pubertad, una poderosa combinación de familiares, personas influyentes de su comunidad, normas sociales y culturales, instituciones y leyes discriminatorias se interponen en su camino.
Es posible que la obliguen a contraer matrimonio y tenga que abandonar la escuela para iniciar una vida de procreación y servidumbre hacia su marido.
A los 10 años, es posible que se convierta en la propiedad de alguien, en un bien material de compra y venta.
A los 10 años, quizá le nieguen toda capacidad de decisión en su vida.
A los 10 años, su futuro no le pertenece: otros lo deciden por ella.