Gaspar Jorge García Galló nació el 6 de enero de 1906 en Quivicán. Se crió en un hogar donde la pobreza no permitía ni saborear el pan a derecha. Sus padres -campesinos de origen libanés- le enseñaron, desde la raíz a ser, ante todo, perseverante.
Y así se hizo maestro, pedagogo en el amplio sentido de la palabra, este gran humanista, Doctor en Ciencias Filosóficas y tambien en Ciencias Pedagógicas, impartía clases y, simultáneamente, escribía con un lenguaje ameno, sencillo, coloquial; sin protocolo ni ceremonia fútil, al alcance de todos. Tenía muy en cuenta esa unión imprescindible, entre los profesores y los padres de los alumnos, en virtud de alcanzar la completa formación del individuo.
Era todo un erudito con más de medio siglo de labor educativa: impartía griego, latín y Filosofía; de ese amplio curriculum hablan las conferencias y charlas que condujo, así como los textos que dejó escritos, siempre con una visión martiana. Era un discípulo más del Apóstol a quien admiraba ardientemente. Bebió del ideario pedagógico del Maestro hasta el total convencimiento, ejerció su ética y lo divulgó con creces. Y, algo muy significativo: coincidía con Martí en advertir que “los conocimientos se fijan más, en tanto se les da una forma más amena”.
Galló era un perenne investigador, genial. Esgrimía, quizá sin saberlo, un liderazgo apasionante. Gustaba de permanecer actualizado con la última verdad del conocimiento para alertar a sus coetáneos.
Su objetivo se identificaba por llegar a cualquier auditorio, por humilde que pareciera, “penetrar en su mundo y lenguaje interior para conducirlo gradualmente a las elaboraciones científico-teóricas más acabadas, aprovechando cualquier instrumento, ya sea una expresión popular o un vocablo de uso cotidiano que sirva a la mejor comprensión del asunto”.
Fue profesor de filosofía en el Centro Nacional de Investigaciones Científicas durante muchos años y allí conformó, desde esta disciplina, el pensamiento y la acción de muchos de los principales investigadores de las ciencias médicas de nuestro país. Se le otorgó el título de Profesor de Mérito de la Universidad Central de Las Villas.
Gaspar Jorge García Galló falleció en La Habana el 4 de febrero de 1992.
Conmemoraremos hoy el aniversario 110 de su natalicio. Vale la pena dar gracias a la vida por un hombre así como pedagogo, sin tacha. Fue tabaquero, barbero, vendedor ambulante, luego fue ejemplo de maestro, de dirigente obrero, de sencillez, de erudito, de pedagogo, de filósofo, de formador, fue sin lugar a dudas un luchador incansable en busca del hombre de ciencias que necesitamos.
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García Galló y el lugar de la ideología en la filosofía y la ciencia.