Ejercicios interactivos para la autoevaluación del aprendizaje de la asignatura Célula, Tejidos y Sistema Tegumentario

Con el propósito de contribuir al desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje de la asignatura Célula, Tejidos y Sistema Tegumentario que se imparte a los alumnos de primer año de la carrera de Medicina, se confeccionó en el período de septiembre a diciembre del 2019 en la Facultad No 2 de Medicina de Santiago de Cuba, un sistema de ejercicios interactivos utilizando el programa QuizFaber 3.1.2, que permite realizar preguntas de autoevaluación.

Se abordaron todos los temas de la asignatura, siendo generados ejercicios de diferentes tipos: rellenar espacios en blanco, verdadero o falso, selección múltiple y relacionar columnas.

Al finalizar la autoevaluación, el estudiante obtiene una puntuación, que permite una retroalimentación inmediata de la prueba aplicada, donde el enfoque metodológico y didáctico concebido en su realización, contribuye al aprendizaje desarrollador y consciente de los educandos.

Vea el artículo completo en: Soto Velazquez G, Banegas Cardero A, Díaz Fernández U, García Ariza L. Ejercicios interactivos para la autoevaluación del aprendizaje de la asignatura Célula, Tejidos y Sistema Tegumentario. Revista Cubana de Informática Médica [revista en Internet]. 2020 [citado 2021 Mar 9];1(1):[aprox. 0 p.]. Disponible en: http://revinformatica.sld.cu/index.php/rcim/article/view/392.

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Reflexión del Ministro de Salud Pública a un año de diagnosticados los primeros casos de COVID-19 en Cuba

Un año atrás Cuba emprendió una carrera diferente por la vida.

Sin reparar en las interminables jornadas de trabajo, en los disímiles obstáculos por franquear, en los constantes retos que ha significado para nuestra cotidianidad la COVID-19, los esfuerzos desde cada rincón del país han tenido el supremo propósito de seguir defendiendo la vida.

Inevitablemente ha sido un año de pérdidas para muchos, de postergar abrazos, encuentros, despedidas, sueños, un año de constante desafío a la muerte en los más diversos rincones de la nación y también del mundo. Largo y difícil ha resultado el tiempo de confinamiento en casa, sobre todo para nuestros niños, que en estos 12 meses han sido tremendamente valientes.

El último año se convirtió entonces en un período de aciertos, de aprendizajes, de crecimiento profesional y humano, de crear y perfeccionar protocolos de trabajo, de hacer juntos por el país bajo la certera dirección de nuestro gobierno. Un año en el cual le nacieron a Cuba no uno, sino cinco candidatos vacunales, fruto de la valía de nuestros científicos e investigadores.

Para orgullo nuestro, ha sido también un año en el cual jóvenes y estudiantes se fueron a la primera línea de enfrentamiento a la epidemia, a los laboratorios de diagnóstico, a la zona roja de los hospitales, a pesquisar a las comunidades, a saberse útiles. Y en medio de tantos desafíos cotidianos, le han seguido creciendo a la Patria héroes en las instituciones de Salud, en las misiones internacionalistas, en los barrios, en las escuelas, en las fábricas; porque el aporte y el esfuerzo de cada cubano ha sido vital en estos meses y lo seguirá siendo en lo adelante. Esta carrera de Cuba por la Vida aún no termina, y en ella todos somos protagonistas.

Al cumplirse un año de haber diagnosticado los primeros casos de COVID-19 en el país, Cuba acumula 59 mil 157 casos confirmados, de ellos 57 mil 912 son cubanos y mil 245 extranjeros. Se ha recuperado el 91.4% de los confirmados y hemos tenido que lamentar 361 personas fallecidas, que representa una letalidad de 0.61%.

El comportamiento responsable y las medidas básicas de protección como el uso del nasobuco, el distanciamiento físico y el frecuente lavado de las manos deben ser pilares de actuación de cada cubano.

No olvidemos que la COVID‐19 es también un asunto de familia, y en Cuba, todos lo somos, tenemos que asumirlo con disciplina y responsabilidad.

Dr. José Angel Portal Miranda
Ministro de Salud Pública

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Tratamiento potencial de la enfermedad de Parkinson utilizando nanotubos de carbono de nueva generación: un estudio biomolecular in silico

Uno de los mecanismos subyacentes de la enfermedad de Parkinson es la agregación de proteínas α-sinucleínas, incluyendo amiloides y cuerpos de Lewy en el cerebro.

El presente estudio tuvo como objetivo estudiar el efecto inhibitorio de los nanotubos de carbono (CNTs, por sus siglas en inglés) dopados en la agregación de amiloides.

Se utilizaron herramientas de dinámica molecular para simular la influencia de los CNTs dopados con fósforo, nitrógeno y bromo, y nitrógeno en la formación de amiloides de α-sinucleína. Los CNTs mostraron fuertes interacciones con la α-sinucleína, con CNTs dopados de fósforo tuvieron las interacciones más sustanciales.

Los autores concluyen que los CNTs dopados, especialmente con fósforo, podrían prevenir eficazmente la formación de amiloides de α-sinucleína y, por lo tanto, considerarse como un tratamiento potencial para la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, se requieren más investigaciones in vitro y clínicas.

Vea el artículo completo en: Alimohammadi E, Nikzad A, Khedri M, Rezaian M, Jahromi AM, Rezaei N, Maleki R. Potential treatment of Parkinson's disease using new-generation carbon nanotubes: a biomolecular in silico study. Nanomedicine (Lond). 2021 Feb;16(3):189-204. doi: 10.2217/nnm-2020-0372. Epub 2021 Jan 27. PMID: 33502255.

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Traducción del resumen: Lic. Rocío Lavastida Alfonso. Servicio de traducción. CNICM-Infomed.

La violencia contra la mujer es omnipresente y devastadora: la sufren una de cada tres mujeres

Los nuevos datos hechos públicos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y sus asociados demuestran que la violencia contra la mujer continúa siendo un problema generalizado y devastador y que se empieza a sufrir a edades alarmantemente tempranas. Cerca de 736 millones de mujeres (es decir, una de cada tres) sufren violencia física o sexual infligida por un compañero íntimo o agresiones sexuales perpetradas por otras personas, unas cifras que se han mantenido estables a lo largo del decenio más reciente.

Esta violencia empieza temprano: una de cada cuatro mujeres de entre 15 y 24 años que han mantenido alguna relación íntima habrán sido objeto de las conductas violentas de un compañero íntimo cuando cumplan 25 años. 

Alrededor de 641 millones de mujeres en el mundo sufren actos violentos perpetrados por un compañero íntimo. Esta forma de violencia es, con diferencia, la más frecuente que sufren las mujeres. Sin embargo, el 6 % de las mujeres refieren haber sido agredidas sexualmente por personas que no son ni su marido ni un compañero íntimo. Si tenemos en cuenta el alto grado de estigmatización y el hecho de que muchos abusos sexuales no se denuncian, es probable que, en la práctica, estas cifras sean mucho mayores. 

Las emergencias exacerban la violencia y aumentan la vulnerabilidad y los riesgos

Este informe, que presenta datos obtenidos en el mayor estudio realizado hasta la fecha sobre la prevalencia de la violencia contra las mujeres, ha sido realizado por la OMS por encargo de un grupo de trabajo especial de las Naciones Unidas. Se basa en datos que corresponden al periodo comprendido entre 2000 y 2018 y aporta nuevas estimaciones después de las más recientes publicadas en 2013. 

Cabe señalar que, si bien las cifras publicadas revelan tasas alarmantemente altas de violencia contra las mujeres y las niñas, no reflejan el impacto que la pandemia de COVID-19 está teniendo en la actualidad. 

La OMS y sus asociados advierten de que esta pandemia ha expuesto todavía más a las mujeres a conductas violentas a causa de medidas como los confinamientos y las interrupciones de los servicios de apoyo vitales. 

Por otro lado, el documento señala que, aunque en muchos países se ha registrado un aumento de las denuncias de violencia de pareja a los servicios telefónicos de información y ayuda, la policía, el personal sanitario, los profesores y otras personas durante los días de confinamiento, solo podremos conocer el verdadero impacto de la pandemia cuando se puedan volver a realizar encuestas. 

Las desigualdades son uno de los principales factores de riesgo de la violencia contra la mujer

Las mujeres que viven en países de ingresos bajos y en la franja de países de menores ingresos dentro del grupo de países de ingresos intermedios sufren esta violencia de forma desproporcionada. Según los cálculos, el 37 % de las mujeres de los países más pobres han sido objeto de violencia física y/o sexual por parte de un compañero íntimo en algún momento de su vida, y en algunos de estos países la prevalencia llega a ser de una de cada dos mujeres.  

Las regiones que presentan las mayores tasas de prevalencia de la violencia de pareja entre las mujeres de 15 a 49 años son las de Oceanía, Asia meridional y África subsahariana, con unos índices que oscilan entre el 33% y el 51%, mientras que las tasas más bajas se registran en Europa (16-23 %), Asia central (18 %), Asia oriental (20 %) y Asia sudoriental (21 %). 

El grupo de edad en el que las tasas de violencia sufrida más recientemente son más elevadas es el de las mujeres jóvenes. Entre las mujeres que han tenido algún compañero íntimo en el transcurso de los 12 meses previos, la tasa más elevada en ese periodo, con un 16 %, corresponde a las jóvenes de entre 15 y 24 años. 

Es necesario prevenir la violencia contra la mujer 

Todas las formas de violencia que sufre una mujer pueden afectar a su salud y su bienestar durante el resto de su vida, incluso mucho tiempo después de ocurridas. Las víctimas corren mayor riesgo de presentar lesiones, depresión, trastornos de ansiedad, embarazos no deseados, infecciones de transmisión sexual (incluida la infección por el VIH) y muchos otros problemas de salud. Además, se trata de un problema que afecta a la sociedad en su conjunto y conlleva unos costos enormes que repercuten en el desarrollo general y en los presupuestos de los países. 

Para prevenir la violencia es preciso solventar las desigualdades económicas y sociales sistémicas, velar por el acceso a la educación y al trabajo seguros e introducir cambios en las normas y las instituciones que discriminan por motivos de género. Hay también otras intervenciones eficaces, como los programas aplicados para garantizar la disponibilidad de servicios esenciales para las mujeres que han sobrevivido a actos violentos, prestar apoyo a las organizaciones de mujeres, hacer frente a las normas sociales que perpetúan las desigualdades, reformar las leyes discriminatorias y potenciar los mecanismos jurídicos pertinentes, entre muchas otras.

Los países deben cumplir sus compromisos de aumentar y fortalecer la voluntad y el liderazgo políticos para hacer frente a todas las formas de violencia contra la mujer, a través de medidas como las siguientes: 

  • – políticas sólidas que transformen las relaciones de género y abarquen desde el cuidado de los niños hasta la igualdad salarial, y leyes a favor de la igualdad de género;
  • –  el fortalecimiento del sistema sanitario para garantizar que las víctimas que sobreviven a la violencia contra la mujer tengan acceso a servicios dedicados específicamente a este fin y para que se las derive a otros servicios cuando sea necesario;
  • –  intervenciones en las escuelas y los centros de enseñanza que cuestionen las actitudes y creencias discriminatorias, incluida la educación sexual integral;
  • –  inversiones específicas en estrategias de prevención sostenibles y eficaces basadas en datos probatorios a nivel local, nacional, regional y mundial; y
  • –  una mayor recopilación de datos e inversiones para efectuar encuestas de calidad sobre la violencia contra la mujer y obtener mejores mediciones de las diferentes formas de violencia que sufren las mujeres, entre ellas las más marginadas. 

Enlaces relacionados:

Salud renal para todos en todas partes: vivir bien con enfermedad renal

La enfermedad renal es una enfermedad no transmisible (ENT) y actualmente afecta a alrededor de 850 millones de personas en todo el mundo. Uno de cada diez adultos padece enfermedad renal crónica (ERC). La carga global de ERC está aumentando y se prevé que se convierta en la quinta causa más común de años de vida perdidos en todo el mundo para 2040. La ERC es una causa importante de gastos catastróficos para la salud.

Ser diagnosticado con enfermedad renal puede ser un gran desafío, tanto para el paciente como para las personas que lo rodean. Su diagnóstico y manejo, particularmente en las etapas avanzadas de la enfermedad, impacta severamente en sus vidas al reducir su capacidad, y la de sus familiares y amigos, para participar en actividades cotidianas como el trabajo, los viajes y la socialización, al tiempo que causa numerosos efectos secundarios problemáticos, por ejemplo, fatiga, dolor, depresión, deterioro cognitivo, problemas gastrointestinales y problemas para dormir.

El status quo actual en el manejo y tratamiento de la enfermedad renal tiene como objetivo prolongar la longevidad preservando, restaurando o sustituyendo la función renal y brindando alivio de la insuficiencia renal independientemente de la eficacia para el manejo general de la enfermedad renal. Este enfoque centrado en la enfermedad puede ser inadecuado ya que no refleja satisfactoriamente las prioridades y valores de los pacientes. Las personas que viven con enfermedad renal tienden, sobre todo, a querer poder vivir bien, mantener su rol y funcionamiento social, manteniendo al mismo tiempo una apariencia de normalidad y una sensación de control sobre su salud y bienestar.

El enfoque del status quo también disminuye la participación de los pacientes en el manejo y tratamiento de su enfermedad. Esto, a su vez, lleva a que perciban con frecuencia el tratamiento como algo impuesto y fuera de su control. Para que los pacientes tengan una actitud más positiva, estén más comprometidos y apegados a su tratamiento y, por lo tanto, mejoren los resultados clínicos, deben sentir que sus síntomas se manejan de manera efectiva y estar intrínsecamente motivados para convertirse en participantes activos en su tratamiento. Garantizar la participación en la vida es igualmente importante tanto para los pacientes como para sus cuidadores, en lugar de sentirse consumidos y constreñidos por el enfoque actual para tratar la enfermedad renal.

El Comité Directivo del Día Mundial del Riñón ha declarado al 2021 como el año de “Vivir bien con la enfermedad renal”. Esto se ha hecho para aumentar la educación y la conciencia sobre el manejo eficaz de los síntomas y el empoderamiento del paciente, con el objetivo final de fomentar la participación en la vida. Si bien las medidas eficaces para prevenir la enfermedad renal y su progresión son importantes, los pacientes con enfermedad renal, incluidos los que dependen de la diálisis y el trasplante y sus cuidadores, también deben sentirse apoyados, especialmente durante las pandemias y otros períodos difíciles, por los esfuerzos concertados de comunidades de atención renal.

A propósito de esta efeméride, la Biblioteca Virtual en Salud de Cuba le propone revisar el libro Trasplante renal y enfermedad renal crónica, obra publicada en el año 2009 por la Editorial Ciencias Médicas, y que destaca la importancia de la histocompatibilidad y la inmunología del trasplante renal para el éxito clínico de este método terapéutico. Propone la cuantificación de ciertas regularidades objetivas y estables que traducen una relación de causa-efecto entre factores esenciales que integran el trasplante renal, y entre diferentes etapas de la atención sanitaria de la enfermedad renal crónica.