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Primer caso de muerte por cáncer en Cuba

cuba 1637 mapaEl primer caso de muerte por cáncer registrado en Cuba, ocurrió el 4 de marzo de 1637. Se trataba de un ciudadano portugués, Antonio Hernández, fallecido a consecuencia de una úlcera maligna de la región facial. Los registros parroquiales del suceso se conservaron en los archivos de la Santa Iglesia Metropolitana, de San Cristóbal de La Habana. Así quedó registrado el hecho como Noli me tangere, es decir, ¨no tocar¨, que era como se definía el cáncer en aquella época. El europeo que venía a América sufría más que nadie el efecto dañino de los rayos solares del trópico, para los cuales no tenía ninguna defensa o adaptación antropológica. Sigue leyendo «Primer caso de muerte por cáncer en Cuba»

Primera Sociedad Médica cubana

Sociedad estudios clinicos habanaEl 11 de octubre de 1879 se celebró en la sede de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana la sesión solemne inaugural de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana, bajo la presidencia del Gobernador Civil de la provincia Alejandro Rodríguez Arias y con la presencia de sus miembros fundadores, de representantes de otras corporaciones científicas y literarias, de la Universidad, del Instituto de Segunda Enseñanza y de la Escuela Profesional de Pintura y Escultura de San Alejandro. Sigue leyendo «Primera Sociedad Médica cubana»

El nacimiento de la Fisiología experimental en Cuba

Dr. Ramón Grau San Martin

Los programas de investigaciones en Fisiología en Cuba comenzaron en el siglo XX, anteriormente quizás solo existieron intentos aislados estimulados por la notable influencia francesa que se vivió en la medicina cubana durante el siglo XIX.

Los trabajos reportados de ese tiempo incluyen proyectos realizados en un pequeño laboratorio que tenía la cátedra de Fisiología desde fines del siglo XIX. Allí se realizaron algunas investigaciones, cuyos resultados fueron publicados en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana bajo el título general de Trabajos del Laboratorio de Fisiología de la Escuela de Medicina.

Así vieron la luz «Ataxia cerebelosa experimental» (1903), por los doctores Pérez-Vento y Hernández Rodríguez; «Notas sobre la cromatolisis y las alteraciones cadavéricas de los centros nerviosos» (1906) y «Apuntes sobre experimentación del método gráfico en Fisiología» (1911); estos 2 últimos del doctor Pérez-Vento.

Pero no fue hasta la llegada a la cátedra 4 de Fisiología del doctor Grau San Martín, de innegable vocación por la investigación, que comenzaron los trabajos experimentales de modo sistemático. Con los pocos recursos de que disponía, inició en la investigación a sus colaboradores más cercanos y aparecIeron entonces los siguientes resultados, principalmente de marcado carácter clínico: «La cifra colesterinémica en el pronóstico de la tuberculosis» (1925), «Superioridad manifiesta del azúcar de caña sobre el extraído del maíz y de diversas féculas utilizables» (1926), «Nuevas prácticas en el tratamiento de la diabetes» (1927), «Relación entre el timo, la alimentación y el crecimiento» (1928), «El valor alimenticio del azúcar» (1929) y otros.

Uno de estos trabajos, «Metabolismo de los nucleoproteidos en el cáncer», investigación acerca del metabolismo nitrogenado en las neoplasias y especialmente sobre el metabolismo de las purinas y el ácido úrico en noventa pacientes, fue realizado con la colaboración del Departamento del Cáncer del Hospital «Nuestra Señora de las Mercedes» y del Laboratorio Nacional; mereció ser publicado en 1927 por tres importantes revistas médicas del país: Anales de la Facultad de Medicina y Farmacia, Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y Boletín de la Liga contra el Cáncer.

A pesar de haberse paralizado las actividades docentes, primero, por el cierre de la Universidad y después durante el período revolucionario del 30, en el que tomó parte muy activa el doctor Grau, sus discípulos Rodríguez Sarabia y Velazco Castellanos, llevaron a cabo interesantes estudios cuyos resultados se publicaron en la revista Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana, entre los que se citan: «Origen del vitaesterol D» (1934), «Consideraciones sobre gráficos de la presión intracardiaca» (1934), «El pequeño diástole general del corazón» (1934), «Estudio fisiológico del timo y de la epífisis» (1935), «Transformaciones de las grasas en el organismo» (1935), «Transformaciones de los núcleos proteicos» (1935) y «El pulso arterial» (1935).

A partir de 1940 las investigaciones del grupo de Grau se incrementarían. Se proyectaron estudios sobre cancerología experimental que comprendieron varios estudios.

Muy importantes fueron también las colaboraciones. El doctor Grau estableció relaciones de colaboración con los profesores investigadores doctores James B. Murphy y Philip B. White, de Rockefeller Institute for Medical Research y con el doctor Little, de Roscoe B., Jackson Memorial Laboratory, por lo que se recibieron en Cuba materiales para investigar el tumor espontáneo del ratón (C3H) y otros como el carcinoma del conejo, sarcoma del ratón y 2 pares de ratones cancerosos, resistente, entre muchos otros recursos. Los trabajos experimentales bajo la dirección del profesor Grau fueron realizados por el profesor Durán Quevedo, el doctor Clerch Rius y el estudiante peruano de apellido Risco.

Se proyectó entonces un nuevo Departamento de Investigaciones para la cátedra, que no se llegó a construir nunca, y se establecieron relaciones de colaboración con el Instituto del Cáncer de La Habana. El 10 de julio de 1944, algo más de un mes después de ser electo presidente de la República, el doctor Grau informaba a la dirección universitaria sobre estos primeros estudios experimentales: «Estimamos que hasta el momento no es posible derivar conclusiones de los trabajos efectuados, pero consideramos de la mayor importancia la continuación de estas experiencias, que seguramente han de poder extenderse si se presta, por la Universidad de La Habana, el debido concurso para terminar el departamento de animales y los medios indispensables para el sostenimiento y la multiplicación de aquellos, de acuerdo con el ofrecimiento del señor Rector.

El 4 de marzo de 1945, el doctor Durán Quevedo informaba que además de las investigaciones que oficialmente se realizaban habían agregado otras ocho dirigidas principalmente al cáncer. De todos estos trabajos experimentales se conservó en el Laboratorio de la cátedra de Fisiología, un relato de cada resultado, así como fotografías y películas en negro o a color de las diferentes etapas de su investigación, piezas anatómicas y los cortes histológicos.

En el II Congreso Nacional de Cancerología, celebrado en La Habana (mayo 7 a 12 de 1945), publicado después en la Revista de Medicina y Cirugía de La Habana, se presentaron y publicaron posteriormente varios trabajos sobre las dietas en el cáncer con estudios preclínicos en ratones y el azúcar en relación con la integridad dentaria, publicado este último en la Memoria del IV Congreso Nacional de Químicos Azucareros, La Habana, 1954. La ausencia del doctor Grau determinó en poco tiempo que no se siguieran en la cátedra los estudios de cancerología experimental, aunque se continuaron por el doctor Clerch Rius durante algunos años más tarde en el Instituto Nacional de Higiene.

Por esa época, se iniciaron líneas de investigación de muy discutidos y combatidos resultados sobre el uso de los azúcares en el tratamiento de la diabetes, dirigidos por el doctor Durán Quevedo. Se publicaron varios trabajos, hasta un total de diez entre 1952 y 1956, como resultados de esas investigaciones.

El interés por las investigaciones científicas, demostrado por los profesores de la cátedra de Fisiología hizo que, a pesar de las muchas dificultades por las que atravesaba la Universidad de La Habana, en abierto combate contra la dictadura de Batista, la Facultad de Medicina, a propuesta de dichos profesores y con la aprobación del Consejo Económico Universitario, creara en 1956 el Instituto de Fisiología «Solano Ramos», como institución anexa a la Facultad de Medicina, adscripta a la cátedra de Fisiología.

Se erigiría en honor del fallecido profesor titular de Química Biológica, Decano de la Facultad de Medicina y Rector de la Universidad de La Habana, doctor Francisco Solano Ramos Delgado (1887-1928). Su reglamento fue aprobado por el Consejo Universitario el 1 de junio de 1956. La nueva entidad científica con sede en el local de la cátedra tenía como objetivos realizar investigaciones y publicarlas en una revista que sería el órgano oficial del instituto. Este estaría formado por la Junta de Gobierno, que agrupaba a todos los miembros titulares. Estos últimos lo eran la totalidad de los profesores de la cátedra, los que hubieran sido instructores o lo eran en esos momentos y todas las demás personas que fueran aceptadas por la Junta General. Más que con un presupuesto para sus actividades, la Institución debía sostenerse con «donaciones, legados, asignaciones, etcétera, previo a los informes favorables de su Junta de Gobierno y de la Facultad de Medicina» y con sus propias recaudaciones dadas «por las cuotas de matrículas de los cursos que ofrecía, por el importe de suscripción o venta de las publicaciones que realizara y por cualquiera otra recaudación aprobada por los organismos universitarios.

En sesión de 7 de febrero de 1958, el Consejo Universitario conoció el informe rendido por el doctor Durán Quevedo titulado «Un trienio de labor», contentivo de los trabajos realizados en la cátedra de Fisiología y el Instituto de Fisiología «Solano Ramos», con la colaboración económica del Banco Nacional de Cuba, cuyo informe no se ha encontrado en el Archivo Histórico de la Universidad de La Habana. El Instituto nacido en tan difíciles momentos no pudo sostenerse mucho tiempo y dejó de existir al abandonar sus cargos los profesores que lo habían fundado.

Se realizaron por Grau y sus discípulos colaboraciones con instituciones poderosas norteamericanas como la Rockefeller en las que se enviaban a Cuba productos y modelos animales para ser tratados en La Habana por investigadores cubanos. Según afirma Delgado García existen documentos de los reportes de los resultados de las colaboraciones. Lamentablemente el Dr. Grau tenía también vocación política y desde los años 30 aunque impulsaba las investigaciones dejó de involucrarse a fondo en ellas.

Ese abandono fue casi total tras obtener en elecciones la presidencia de la República en 1944, pero ello no altera el reconocimiento que debe hacerse a su indiscutible trayectoria como fisiólogo experimental. Los problemas políticos no empañan la ejecutoria en la investigación del que será recordado como el primer fisiólogo experimental de Cuba. Un antecedente de lo que sería el desarrollo de la Fisiología después del 1ro. de enero de 1959.

  1. La Fisiología experimental no médica

Rosalía González-Abreu Arencibia (1862-1930) se puede considerar como la primera fisióloga de primates de Cuba. Rosalía como sus dos hermanas fue educada en los Estados Unidos. Cuando fallecieron sus padres, la herencia fue cuantiosa. Entre estos bienes estaba la finca de palatino Las Delicias, más tarde conocida como Finca de los monos. La Finca tenía siete caballerías de tierra. Rosalía, además de su espíritu benefactor demostrado por sus donativos durante la guerra del 95, poseía una gran curiosidad y amor por los animales. Ella tuvo colecciones de guacamayos, papagayos, canarios, pavos reales, patos, gallos japoneses, águilas, osos, siervos conejos, caballos y un pequeño elefante.

Su interés por los monos comenzó en los últimos años del siglo XIX y en mayo de 1906, inauguró en la finca Las Delicias luego Finca de los monos. Rosalía estaba empeñada en estudiar las costumbres y hábitos alimenticios de los antropoides. Llenó la finca con unos 200 ejemplares pertenecientes a unas 40 especies de América, Europa, Asia y África. En su experimento destaca la historia de Anumá, chimpancé procreado y parido en cautiverio, suceso que tuvo lugar en la Finca de los Monos, el 27 de abril de 1915. Al nacer medía 53 centímetros de talla y 35 de circunferencia craneana, con un perímetro torácico de 37 centímetros. A los 10 años era corpulento, con la estatura aproximadamente de un hombre. Creció entre ternuras y halagos. Se mostraba gentil y amistoso, aunque algo malcriado por ser uno de los preferidos de la colonia.

Los simios de Rosalía no tardaron en llamar la atención de los medios científicos internacionales. El doctor Robert Mearns Yerkes, de la Universidad de Yale, presidente de una comisión de la Carnegie Institution, en 1924 declaró que «la Quinta de los Monos» de Doña Rosalía Abreu, era el experimento antropológico de mayor envergadura jamás realizado, después del estudio del lenguaje de los monos. Doña Rosalía había conseguido la hazaña de reproducir orangutanes en cautividad, lo cual no se había hecho en su época. Esto impresionó a Yerkes. Robert Mearns Yerkes (1876-1956) fue un psicólogo, etólogo y primatólogo norteamericano, precursor en el estudio comparativo de la inteligencia de humanos y primates, y del comportamiento social de gorilas y chimpancés.

En resumen, en la Finca de los Monos se realizaron observaciones científicas y entrenamientos que desarrollaron en los monos hábitos de convivencia con los humanos. Rosalía y sus sirvientes utilizaron sin saberlo un paradigma desconocido aún, el condicionamiento operante que sería descripto por Miller y Konorski en 1924 y más tarde divulgado como instrumental por Skinner en 1938. En este orden de ideas, Rosalía Abreu se convirtió en precursora de este modelo tan aplicado en la actualidad en los aprendizajes motores de la danza y el deporte. Lamentable y posiblemente debido a esa característica negativa del choteo, cuestión apuntada por Ortiz y Manach, Rosalía nunca fue reconocida y estimulada por su labor altruista y científica, sino por el contrario ridiculizada en sus acciones y vulgarizada en caricaturas y chismes canallescos, de prácticas infundadas de zoofilia. Ello proporciona la explicación que tras el fallecimiento de Rosalía en 1930 la colonia no haya sido acogida por las autoridades cubanas de entonces y fuera cedida a los investigadores norteamericanos que habían sido colaboradores de Rosalía en la finca y que sí reconocieron su obra.

Fuente: El origen de la Fisiología Experimental en Cuba.
Hernández Mesa N. Rev. Habanera de Ciencias Médicas. 2018;17:1.

Disponible en: http://www.revhabanera.sld.cu/index.php/rhab/article/view/2197/1966

 

 

Historia de la Puericultura en Cuba

puericultura1En la Edad Media los niños eran tratados como adultos pequeños.

A partir del Renacimiento surge mayor interés en la infancia. En 1722 aparece el término Pediatría en la Europa Central, y en 1865, por primera vez, es acuñado el término Puericultura por Alfred Pierre Caron, profesor en la Universidad de París.

Realizar consultas de Puericultura en la primera mitad del siglo XX en Cuba era prácticamente un lujo. Con el sistema único de salud y cobertura total de la atención primaria a partir de 1959, se lograron establecer consultas de Pediatría (1960) y Puericultura (1963) en los policlínicos.

El nuevo enfoque de la práctica médica preventivo-curativa influyó en el desarrollo de la Puericultura, con programas como: Atención integral al niño y la mujer, la normación de las especialidades, la reducción de la mortalidad infantil, la medición de indicadores de salud en la población cubana de 0 a 19 años, la dispensarización de niños y adolescentes, Puericultura prenatal, así como la evaluación de «Hospitales y policlínicos Amigos de la madre y el niño». En 2004 fue creado un grupo multidisciplinario para el rescate de la calidad de las consultas de Puericultura, y se inauguró el Centro de Referencia Nacional de Puericultura en el año 2007, con funciones docentes, de investigación, asistenciales-metodológicas y administrativas. Sorprende la búsqueda de cómo se introdujo en Cuba la Puericultura, a través de Infomed e Internet, visitas a bibliotecas especializadas y la Oficina del Historiador del Ministerio de Salud Pública.

Fuente: Historia de la Puericultura en Cuba.
Román Lafont J, Álvarez Valdés G y Izquierdo Izquierdo ME.
Revista Cubana de Pediatría [revista en Internet]. 2017 [citado 2017 May 2];89(2):[aprox. 0 p.]. Disponible en:http://www.revpediatria.sld.cu/index.php/ped/article/view/225

Louis Fontaine Cullembourg (1689-1737)

Louis FountaineFue un francés descendiente de médicos y boticarios. Primer graduado como doctor en Medicina en la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana, integrante de su primer claustro y primer decano de su Facultad de Medicina.

Nació el 18 de abril de 1689  en Clermont et Beauvaisis. Fue hijo del doctor en Medicina y regente de la Facultad de Medicina de la Universidad de París Philippe Fontaine.

Comenzó estudios de Medicina en la Universidad de Montpellier, el 30 de septiembre de 1711, y obtuvo el título de bachiller el 26 de enero de 1713. El 20 de abril del mismo año, tras haber sido electo consejero, solicitó autorización al decano para dar lecciones sobre diferencias entre  varias enfermedades. La solicitud fue aceptada, y al terminar el curso se le expidió una certificación, firmada por los más de cuarenta doctores, licenciados, bachilleres, consejeros y estudiantes que participaron en él. El 10 de junio siguiente se graduó como maestro en Artes y Filosofía; dos días después como licenciado en Medicina, y el 12 de julio siguiente obtuvo el grado de doctor.

El 6 de octubre de 1714 se le designó protomédico en la colonia francesa de Guarico, de donde se trasladó el 15 de enero de 1717 a la isla Tortuga. Desde allí solicitó al rey de España pasar a sus dominios, alegando indisposiciones ocasionadas por el clima.

El 19 de febrero de 1717 se presentó ante el Protomedicato habanero, con el fin de adquirir licencia para ejercer su profesión en la villa. En virtud de que, por ley, los graduados fuera de los dominios españoles no podían curar en ellos sin aprobación real, el Cabildo, con interés de retenerle por la carencia de médicos en La Habana, suplicó a Su Majestad despachara una cédula que admitiera a Fontaine como tal. El Real Decreto se expidió a su favor el 15 de enero de 1718, pero ya él había viajado a México con el objetivo de revalidar su título en aquel Real Protomedicato.

El 20 de diciembre de 1718 viajó a París, donde permaneció por algún tiempo; luego se trasladó a España, donde se le nombró médico del Real Hospital de la Coruña el 13 de diciembre de 1722. Allí permaneció hasta 1727, cuando regresó a La Habana.

El 19 de diciembre de 1727 presentó su documentación legal al Cabildo y el 15 de enero de 1728 se acordó otorgarle título de catedrático en Anatomía, que desempeñó gratuitamente. En los diez años que ocupó la Cátedra de Anatomía, aceptó que mantuviera su carácter teórico, y que no se practicaran disecciones en cadáveres, dadas las prescripciones impuestas por los dominicos.

Al ocurrir el 2 de marzo de 1728 el fallecimiento del bachiller Francisco González del Álamo, entonces protomédico regente, el doctor Francisco Teneza Rubira lo designó para ocupar la plaza de Fiscal del Protomedicato que aquel dejara vacante.

El 6 de septiembre de 1728 la Real y Pontificia Universidad de San Gerónimo de La Habana le confirió los grados de licenciado y doctor en Medicina, y la Facultad de Medicina lo nombró su decano. Con ello se convirtió en el primer graduado como doctor en esa institución y en el primero que ocupara en ella un cargo de relevancia.

A raíz de ese nombramiento, Fontaine solicitó que se creara, para él, la plaza de protomédico segundo. Su reputación quedó demostrada por el gran número de recomendaciones que apoyaron su solicitud; entre ellas, las del mismo doctor Teneza, el gobernador, el rector y el claustro de la Universidad, además de las de todos los priores de conventos y órdenes religiosas. Por Real Decreto de 3 de julio de 1729 se le hizo merced del cargo de protomédico segundo, que aceptó el Cabildo el 16 de diciembre siguiente.

Algunas fuentes hacen constar que falleció el 29 de agosto de 1736; otras indican los mismos día y mes, pero del año 1737, mientras una tercera indica la fecha del 19 de julio de 1737. Su entierro se realizó en la Iglesia Parroquial Mayor de La Habana.

Carlos Juan Finlay Barres

Carlos Juan Finlay Barres (1833-1915)
Carlos J. Finlay BarresEminente epidemiólogo y microbiólogo cubano. Nació en la ciudad de Puerto Príncipe (actual Camagüey), Cuba, el 3 de diciembre de 1833, y falleció en la ciudad de La Habana, el 19 de agosto de 1915.
En una conferencia internacional celebrada en Washington, EE.UU., en febrero de 1881, Finlay señaló que todas las evidencias indicaban que la fiebre amarilla sólo podía ser trasmitida por un «agente intermediario». En agosto del mismo año, en conferencia pronunciada en la Academia de Ciencias de La Habana, identificó a dicho agente como el mosquito hoy conocido como Aedes aegypti. Este trabajo fue publicado en los Anales de dicha institución ese mismo año. Posteriormente, se dedicó a comprobar su teoría mediante la realización de experimentos; pero no logró que ningún investigador independiente repitiera sus trabajos. También indicó, desde los años ochenta, que la enfermedad podía ser controlada mediante la eliminación de las larvas de mosquito en los depósitos de agua. En el año 1900 explicó a una comisión estadounidense, presidida por el cirujano Walter Reed, los detalles de su teoría y le entregó los resultados de sus experimentos, así como los huevos del mosquito identificado por él.

La teoría de Finlay fue comprobada oficialmente en 1900 por experimentos preliminares realizados (con mosquitos adultos, procedentes de los huevos suministrados por Finlay) por Jesse Lazear, uno de los miembros de dicha comisión, quien falleció como resultado de las inoculaciones experimentales, y -en 1901- por una serie de detallados experimentos, dirigidos por Reed. La comprobación de que el mosquito en cuestión era el único trasmisor de la fiebre amarilla en Cuba se produjo mediante la virtual eliminación de la enfermedad en La Habana, gracias a una campaña, basada en las recomendaciones de Finlay y dirigida por el médico estadounidense William Gorgas, llevada a cabo 1901. La enfermedad fue definitivamente eliminada en La Habana en 1905 y, en Cuba, en 1909, en campañas dirigidas por el propio Finlay.
Finlay fue Secretario de Correspondencia de la academia habanera durante 14 años y sus trabajos sobre la transmisión de la fiebre amarilla eran internacionalmente conocidos. Fue propuesto para el premio Nóbel por dos ganadores del mismo, Ronald Ross (de Inglaterra) y Auguste Laverán (de Francia); pero en esa época el premio sólo se adjudicaba a científicos europeos. Recibió, no obstante, importantes distinciones otorgadas por instituciones de Gran Bretaña y Francia.

Fuente: RedCiencia
Disponible en: http://www.redciencia.cu/cienciacu_en/canales/acc/carlos_jfinlay.htm

Inicio de los estudios de Medicina en La Habana

Convento de Santo DomingoEl inicio de los estudios de Medicina en La Habana se remonta a la creación de la Primera Universidad de Cuba, fundada a inicios del siglo XVIII por la Orden de los Hermanos Predicadores de Santo Domingo, en su convento de San Juan de Letrán.

El 5 de enero de 1728 se toma como el inicio de la Universidad Real y Pontificia de San Gerónimo de La Habana, ubicada al fondo de la Parroquia Mayor y a escasos metros de la Plaza de Armas, en el corazón de la Villa de San Cristóbal de La Habana.

Entre las cinco Facultades de la recién creada Universidad se encontraba la de Medicina, junto a la de Teología, Sagrados Cánones, Leyes y la Facultad Menor o Bachillerato en Artes, contaba entonces con un reducido número de estudiantes y era considerada de poca importancia.

El plan de estudios de Medicina estaba distribuido en cuatro cátedras: Prima (Fisiología), Vísperas (Patología), Anatomía y Methodus Medendi (Terapéutica), todas con una anticuada carga de lecturas de textos en latín y de clásicos como el Canon de Avicena, los Aforismos de Hipócrates, etc. dependiendo del énfasis que pusiera el catedrático.

Hacia 1790, gracias a la labor de destacadas figuras como el Dr. Tomás Romay y el Padre José Agustín y Caballero, así como de la Sociedad Patriótica de Amigos del País, varían los programas en la Facultad de Medicina, introduciéndose nuevas ciencias tales como la Botánica, la Anatomía Práctica y las Ciencias Clínicas, y el ejercicio práctico en Clínica, Terapéutica, Obstetricia y Cirugía, que se inicia fuera del recinto universitario, en un hospital que desempeñó un papel muy importante, el hospital de San Ambrosio, ubicado en las calles de San Isidro y Picota.

Rara vez se presenciaba una disección, y el estudiante, después de la aprobación de los cuatro cursos, obtenía el título de Bachiller en Medicina, que no le autorizaba a ejercer la profesión, dado el carácter teórico de la enseñanza; luego tenía que estar dos años como practicante a cargo de un médico para obtener el título de Licenciado.

Fuente: Historia de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana
Disponible en: http://instituciones.sld.cu/ucmh/historia-de-la-universidad-de-ciencias-medicas-de-la-habana/

Construcción del Hospital Militar Alfonso XIII

Construcción del Hospital Militar Alfonso XIII
Hospital Alfonso XIIIComenzada la última de nuestras guerras independentistas contra España el 24 de febrero de 1895, las malas condiciones en que se encontraba el Hospital Militar de San Ambrosio de La Habana, principal unidad de atención hospitalaria de la sanidad militar hispana en la Isla, determinaron que el gobierno colonial, presionado además por el número elevado de bajas de las tropas en campaña sobre todo por enfermedades infectocontagiosas, construyera en La Habana, en terreno propiedad del estado conocido por Alturas del príncipe, un nuevo hospital. Esta instalación estaba compuesta por múltiples casetas o barracas, lo que facilitaba el aislamiento de los pacientes por enfermedades. Con 81 barracas, de las que 50 estaban dedicadas a medicina general, 12 a enfermedades infecciosas, 2 a fiebre amarilla, 6 para convalescientes, 4 para oficiales enfermos y el resto a actividades de dirección, administrativas y de apoyo. Cada barraca con capacidad para 30 ingresados, le daba a la institución la posibilidad de 2 220 ingresados.
La nueva unidad fue inaugurada el 23 de enero de 1896 con el nombre de Hospital Militar Alfonso XIII, en honor del niño rey de España.

Fuente: Desde nuestros inicios… Por el Dr Gregorio Delgado García
Disponible en: http://instituciones.sld.cu/hucgarcia/historia/

Sociedad Cubana de Cardiología, SCC (1937)

Constitución de la Sociedad Cubana de Cardiología, 1937

La SCC es una de las más antiguas sociedades nacionales cardiológicas del mundo. Fue fundada el 11 de septiembre de 1937. Cuba fue el tercer país de América y el duodécimo en el mundo en constituir este tipo de organización y en el país la SCC fue la segunda sociedad entre las de especialidades clínicas.

Fuente: Aniversario 75 de la Sociedad Cubana de Cardiología.
Disponible en: Cardiología. Infomed.

Mariano E. Valverde Medel (1921-2006)

Mariano ValverdeMariano E. Valverde Medel (1921-2006)
Eminente urólogo cubano formador de generaciones de médicos y especialistas en urología. Nació en Los Palacios, provincia de Pinar del Río, miembro de una prestigiosa familia de médicos. Su padre, el doctor Armando M. Valverde Masino, ejerció por más de cuatro décadas; su hermano, el doctor Armando C. Valverde Medel, ejerció como médico laboratorista en Artemisa y su tío segundo, el doctor Luis F. Ajamil Valverde, fue notable profesor de enfermedades de las vías urinarias en la Universidad de La Habana durante tres décadas.

El doctor Mariano Valverde cursó su enseñanza primaria en un colegio de su pueblo natal y en los Padres Escolapios de La Habana. Se graduó de Bachiller en Letras y Ciencias en el Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río (1940).

Los estudios superiores los realizó en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, donde alcanzó el título de Doctor en Medicina (1948) con la tesis «Litiasis del uréter», que mereció la calificación de sobresaliente y la recomendación de su publicación.

Desde estudiante trabajó con el profesor Ajamil Valverde en la cátedra de Enfermedades de las Vías Urinarias y continuó, una vez graduado, para dar inicio tempranamente, en su querido Pabellón «Albarrán» del Hospital Universitario «General Calixto García», sede de la cátedra, a su larga carrera docente: Adscripto (1950-1953), Instructor (1953-1956) y Asociado (1956-1960).

Al producirse la diáspora del profesorado universitario, el doctor Valverde permanece en Cuba e ingresa oficialmente en el claustro de la Facultad de Medicina al ascender, por concurso de méritos, a Profesor Titular (1960) del entonces subdepartamento de Urología y, al ponerse en vigor la Reforma Universitaria de 1962, ocupó el cargo de director de la Escuela de Medicina (1963-1965).

Al separarse los estudios médicos de la Universidad de La Habana, para crear el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana (1976), continuó como Profesor Titular del departamento de Urología de la Facultad de Medicina «General Calixto García» y ascendió a jefe del departamento (1990), cargo que ocupó hasta su fallecimiento, ya como Profesor de Mérito (1986).

En su valiosa bibliografía científica figura, como coautor, en los libros: «Texto de Urología» (1960, 1965 y 1971), «Texto Básico de Urología» (1979) y «Urología» (1985) con reimpresiones en 1988 y 1990 y preparaba al morir una nueva edición actualizada.

Entre sus artículos científicos son de destacar: «Epididimitis de esfuerzo» (1952), «Endometriosis vesical» (1953) y «El Servicio de Urología del Hospital Clínico Quirúrgico Docente «General Calixto García» (1996), este último de singular valor histórico.

Entre los muchos cargos desempeñados figuran: alumno interno, por concurso, del Instituto del Cáncer de La Habana (1946-1948); cirujano urólogo del Hospital del Cáncer «Curie» (1948-1960); cirujano urólogo del Hospital de la Policía Nacional (1948-1952); jefe del servicio de Urología del Hospital Docente «Salvador Allende» (1970-1987); jefe del servicio de Urología del Hospital Universitario «General Calixto García» (1987-2006); miembro del Consejo Científico del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana; presidente del Consejo Científico del Hospital Universitario «General Calixto García» y presidente del Tribunal Permanente de Grados Científicos, Sección Quirúrgica, del Ministerio de Educación Superior.

Por su obra científica y docente alcanzó los grados de: Especialista de II Grado en Urología (1967) y Doctor en Ciencias Médicas (1981).

Mereció las siguientes medallas y condecoraciones: «Educación Cubana» (1983), «260 Aniversario de la Universidad de La Habana» (1988), «José Tey» (1989), «Piti ‘Fajardo» (1992), «Frank País» de Segundo Grado (1992), «25 Aniversario del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Villa Clara» (1995) y «20 Aniversario del Instituto Superior de Ciencias Médicas de Camagüey» (2000), entre otras.

En los últimos años de su vida y por su solo esfuerzo, reeditó la revista «Archivos del Hospital Universitario «General Calixto García» (Segunda Época).

Fuente: Prof. Dr.C. Mariano E. Valverde Medel (1921-2006).
Delgado García G. y García Landa J. Educ. Med Super 2007;21(2)
Disponible en: http://www.bvs.sld.cu/revistas/ems/vol21_2_07/ems13207.htm