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Primera transfusión de sangre en Cuba

Claudio Delgado AmestoyLa primera transfusión de sangre que se realizó en Cuba la hizo el doctor Claudio Delgado Amestoy en 1880, colaborador del Dr. Carlos J. Finlay, con sangre procedente de un carnero y que fue suministrada a un enfermo de rabia.

Ramón Claudio Delgado Amestoy nació el 8 de noviembre de 1843 en San Sebastián, País Vasco. A muy temprana edad quedó huérfano de ambos padres y pasó a los cuidados de un tío, quien al poco tiempo también murió y fue a parar al amparo y protección de su madrina, bajo cuya tutela dio los primeros pasos en la instrucción primaria y aprendió el idioma francés, teneduría de libros, pintura y música (violín). Sigue leyendo «Primera transfusión de sangre en Cuba»

Ernesto de la Torre Montejo (1929- )

Ernesto de la Torre MontejoEl Dr. Ernesto de la Torre Montejo recibió el Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida en la 40 edición del Concurso Premio Anual de la  Salud 2015
Edad: 86 años (1929- )
Natural de la provincia Camagüey

El Profesor De la Torre se graduó como médico en 1954, es especialista en Pediatría y Hematatología, en su amplio currículo profesional ostenta el haber sido el primer viceministro de Docencia Médica en Cuba y el privilegio de participar en la reorganización de los servicios de la Salud en Cuba.

Ha tenido una significativa trayectoria en el área médica, de la docencia y la investigación. Fue organizador del Instituto de investigaciones de Hematología e Inmunología en áreas del Hospital pediátrico «William Soler». Ha sido asesor de Revistas Médicas Cubanas.

Publicaciones
Autor principal el libro «Salud para todos sí es posible»
Es uno de los editores científicos del libro de Pediatría.

Especialidad: Especialista Primer y Segundo grado en Pediatría. Especialista de Segundo grado en Hematología. Graduado en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Partido “Ñico López”

Categoría científica:
Doctor en Ciencias. Doctor Honoris Causa en Ciencias Médicas, otorgado por las Universidades de  Ciencias Médicas de Camagüey y de Santiago de Cuba.

Categoría docente:
Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba. Profesor Consultante de la Facultad Enrique Cabrera, de La Habana

Categoría investigadora: Investigador de Mérito. Miembro de Honor y Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Miebro de Honor y Titular de varias Sociedades científicas de la Salud. Presidente del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud desde el año 2009 a la actualidad.

Otros Premios: Ha recibido numerosos premios, distinciones y condecoraciones. Posee la Orden Carlos J. Finlay, otorgada por el Consejo de
Estado.

Trabajos en eventos nacionales e internacionales: Ha participado en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales.

Publicaciones: Ha publicado numerosos trabajos científicos relacionados con la Hematología, la Administración en Salud, la Educación Médica y la At
ención Primaria de Salud.

Principales aportes al Sistema Nacional de Salud: Iniciador de los servicios pediátricos y de la docencia médica en el Hospital «William Soler», del cual fue su director. Fue el director fundador del Instituto de Hematología e Inmunología, con relevante contribución científica y docente al desarrollo de esta especialidad en el país.

De amplio recorrido y trascendencia en la dirección en Salud con aportes importantes a la Educación Médica cubana y a la Dirección en Salud. Ocupó en el sector responsabilidades como Viceministro de Docencia e Investigaciones, y posteriormente como Viceministro Primero.

Fue el gestor y fundador del Premio Anual de Salud.

Integró el Equipo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe durante muchos años, con importantes aportes para el desarrollo del sector de la salud.

Fue Diputado a la Asamblea Nacional (1993 – 1998) y Presidente de la Comisión de Salud, Deporte y Medio Ambiente de la Asamblea (1995 – 1998).

Ha sido Asesor Temporero de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Integra el Consejo Académico de MEDICC desde su fundación en 1998.

Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini (1877 – 1956)

Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini
(1877 – 1956)

Dr. Gustavo Pittaluga FattoriniNació en Florencia, capital de Toscana, Italia, el 10 de noviembre, en el seno de una familia notable por el nivel cultural de sus miembros.  Estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Roma y durante los 2 últimos años ocupó el cargo de Asistente de la cátedra de Psiquiatría con el famoso profesor Mingazzini.

En 1901, alcanzó el Doctorado en Medicina y Cirugía con la tesis Acromegalia y tumores de la hipófisis, trabajo citado como uno de los primeros sobre la Enfermedad de Pierre Marie. A partir de 1905, comienza una larga y prestigiosa carrera científica en España donde obtiene brillantes títulos, así como importantes cargos.

Desde 1923 a 1938, fue miembro y después vicepresidente del Comité de Higiene de la Liga de las Naciones; viajó también en misión de estudios sobre problemas sanitarios por numerosos países, en los que asistiría a varias epidemias de dengue. En 1934, el gobierno republicano español lo nombró director del Instituto Nacional de Higiene de Madrid, cargo que mantuvo hasta la caída de la República en 1939.

En París, presidiría un congreso internacional sobre transfusión de sangre. Paralelamente y a lo largo de todos estos años, publicó numerosos libros y artículos de gran importancia. Asimismo, el profesor Pittaluga cumpliría una función como pionero de las investigaciones de la sangre, y sería el fundador de la moderna Hematología. Su «Manual de Enfermedades de la Sangre y Hematología Clínica» (1922) marcaría un viraje en algunos conceptos y teorías sobre Hematología, ya que había en aquella época un concepto muy pobre y dividido de las alteraciones de los glóbulos rojos.

El prestigioso ensayista y crítico cubano Fernando Ortiz, a través de la Institución Hispano-Cubana de Cultura, invitó a acreditados intelectuales españoles para ofrecer conferencias o cursos cortos en Cuba con el objetivo de dar a conocer diversos temas de gran interés, en las especialidades de las Ciencias Sociales y, particularmente, sobre importantes temas científicos. El doctor Pittaluga fue uno de ellos. Llegaría a La Habana por primera vez en diciembre 1937, para dictar un ciclo de conferencias entre diciembre y enero de 1938. Ese año, la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y el Instituto ¨Finlay¨ lo invitan a dar un Curso sobre Hematología, que fuera antologado por el doctor Víctor Santamarina Salanueva en un volumen de 205 páginas, titulado «Conferencias de Hematología» (1938) y publicado por la Universidad de La Habana.

Después de estas conferencias, ya no puede regresar a España, debido a la victoria del franquismo; fue entonces acogido por Francia y con tan larga trayectoria científica reconocida en ese país lo nombran jefe del Servicio de Transfusiones de Sangre en el Hospital ¨Saint Antoine¨ de París; llegó a ser presidente de la Sociedad Francesa de Hematología. En este país continuará sus investigaciones a pesar del gran dolor de haber perdido a su amada patria adoptiva, donde fundó su hogar y dejaba ahora cátedra e instituciones tan queridas, a las que había entregado lo mejor de su vida. En Francia, estudió la maduración de los mieloblastos, las transfusiones sanguíneas en las mielocitosis y especialmente la diferenciación de los reticulosarcomas de las reacciones simplemente inflamatorias.

En esos momentos, Francia era víctima también de la invasión fascista. Por sus ideas antifacistas, su vida correría peligro también en este país por lo que al doctor Domingo F. Ramos Delgado (1884-1962), profesor de Patología General de la Universidad de La Habana, y Ministro de Defensa de Cuba en ese momento, se le permitió por las autoridades entreguistas de Vichy, que el profesor Pittaluga viniera a impartir un curso en la Universidad de La Habana. Así, llegaría a nuestras costas en septiembre de 1942. Al arribar a Cuba, la reconoció como propia patria, asimiló todas nuestras costumbres y cultura, y llegó a ser un cubano más. En la actualidad, existe todavía la casa donde vivió, ubicada en la calle Línea 603 entre B y C en el céntrico municipio de El Vedado.

La Universidad de La Habana, en la que incorporó su título de Doctor de Medicina y Cirugía en 1944, lo contrató nuevamente como profesor invitado de su recién creado Instituto de Investigaciones Científicas y en él ofreció cursos durante 1943 y 1944. Hombre que se adelantó a su tiempo, que se adentró no solo en el campode las Ciencias Médicas sino también en las Ciencias Sociales y Culturales, debió vencer numerosos obstáculos, pero nunca se dio por vencido y por esa tenacidad que lo caracterizó su prolífera obra científica hasta hoy es objeto de estudio en numerosas partes del mundo  y un ejemplo a seguir.

Fuente:
Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini. In memoriam. Libet de las Mercedes Bosch-González, Aymara Baganet Cobas, Viviana Sabournit Ferrier, Tania García Peralta, Ana Maria Trujillo Cañete. Revista Habanera de Ciencias Médicas. 13(1): 2014

Antonio Béguez César

Antonio BéguezEl Dr. Antonio Béguez César (1895-1975), pediatra cubano, nacido en Santiago de Cuba descubrió, en 1933 la condición que llamó «Neutropenia crónica maligna familiar con granulaciones atípicas de los leucocitos», cuyos detalles fueron publicados en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría en enero de 1943.

En la I Jornada Latinoamericana de Estudios Cooperativos en Hematología, celebrada en La Habana en 1973, el Dr. Antonio Béguez César fue reconocido mundialmente como el descubridor de esta enfermedad, aunque la misma haya sido más comúnmente divulgada con el nombre de Síndrome de Chédiak-Higashi.

En 1933 siendo médico del hospital Saturnino Lora, médico honorario sin sueldo, atendió a un paciente procedente de una consulta privada que sembró en él una sensación extraña de incertidumbre, este paciente murió a los pocos días.

El insomnio acompañó a este médico durante mucho tiempo, dejó registrado en la historia clínica todo lo concerniente al caso, posteriormente atendió a dos paciente con cuadro clínico similares que fallecieron, cuál sería su sorpresa al ver que eran hermanos del primer caso. Algo raro estaba ocurriendo y se dedicó con ahínco a indagar cuáles eran las causas de estas muertes extrañas.

Estudió y valoró de manera apropiada la sintomatología de esta rara enfermedad, mediante investigaciones acuciosas y revisión exhaustiva de literatura en varios idiomas. Hasta que al fin después de la evaluación clínica de aquellos casos determinó que estaba en presencia de una nueva enfermedad desconocida hasta entonces y causante de la muerte de pequeños pacientes.

Lo que había ocasionado largos desvelos al Dr. Beguez Cesar se transformó en una gran emoción. Sin temor a equivocarse escribió que había tropezado con una nueva entidad en medicina que definió como «la neutropenia crónica maligna familia» y de la que estaba absolutamente seguro que nadie había descrito hasta el momento memorable descubrimiento.

Para que sus hallazgos no se perdieran en los laberintos de la anomalía y la iniquidad, y no se apropiaran de su éxito publicó sus investigaciones en el Boletín de la Sociedad Cubana de Pediatría 15-900 de 1943. Posteriormente el mundo reconoció que la neutropenia crónica maligna familiar constituía un nuevo descubrimiento en medicina.

Fuente: Revista 16 de abril