Nació en Camagüey el 1ro. de enero de 1929 y se graduó de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana en 1954. Hizo la residencia de Pediatría en el Hospital Cook County, de Chicago, centro médico de la Universidad de Illinois, la que concluyó en 1957. En ese mismo hospital cursó estudios de posgrado en Anatomía Patológica y Hematología.
Entre 1957 y 1959 fue Secretario de la Filial en Chicago del Directorio Revolucionario.
Al fundarse el Hospital Pediátrico «William Soler» formó parte de su colectivo médico, su carrera profesoral inició en 1961, al ser nombrado Profesor Auxiliar de Pediatría por la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana.
En el Hospital «William Soler» organizó el servicio de Hematología, y al crearse los Institutos de Investigación del Ministerio de Salud Pública, pasó a ser el Director-Fundador del Instituto de Hematología e Inmunología. En esta Institución desarrolló una destacada labor docente, asistencial, investigativa y organizativa, y contribuyó a la formación de gran número de especialistas y al desarrollo de esa especialidad en el país. A pesar de las responsabilidades que ocupara posteriormente, continuó asistiendo al Instituto una vez a la semana, y participando en pases de visita y discusión de casos, casi hasta el final de su vida.
Al crearse el Viceministerio de Docencia del Ministerio de Salud Pública, ocupó esa responsabilidad, en la cual desarrolló un destacado trabajo. Fue el primer Viceministro a cargo de la Docencia de Ciencias Médicas del país.
Al dejar ese Viceministerio integró el Equipo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe durante varios años, con aportes destacados para el desarrollo de la salud pública cubana.
No solo participó en la organización docente, asistencial e investigativa, sino que también se destacó por su trabajo directo como profesor, y como tal obtuvo la categoría docente Principal de Profesor Titular en 1972, Doctor en Ciencias en 1981 y posteriormente, la categoría docente especial de Profesor Consultante de la Facultad de Ciencias Médicas «Enrique Cabrera», los títulos honoríficos de Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana y de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, y el título de Doctor Honoris Causa que le otorgaran las Universidades de Ciencias Médicas de Camagüey y Santiago de Cuba.
Publicó numerosos trabajos sobre Hematología, Docencia Médica, Organización de Salud Pública y Atención Primaria de Salud. Fue autor principal del libro «Salud para todos sí es posible», y uno de los editores de libro Pediatría de autores cubanos. Participó en numerosos eventos científicos nacionales e internacionales.
Además de su labor en todos los aspectos del desarrollo de la Medicina, se licenció en Ciencias Sociales en la Escuela Superior del Partido «Ñico López» en la década de los años 80.
Fue miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Cuba, miembro de Honor y Titular de varias Sociedades Científicas de la Salud, y Presidente del Consejo Nacional de Sociedades Científicas de la Salud, Asesor Temporero de la OPS, Asesor Científico de varias revistas nacionales, así como miembro del Consejo Académico de MEDICC desde su fundación en 1998.
Fue elegido Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular por el municipio Minas, de la provincia de Camagüey, municipio del cual recibió sus llaves. Fue, igualmente, Presidente de la Comisión de Salud, Deportes y Medio Ambiente de la Asamblea Nacional entre 1995 y 1998.
Por su destacada trayectoria académica, asistencial e investigativa recibió numerosas distinciones y condecoraciones, tales como: Medalla «Manuel Fajardo» por 25 años de trabajo en Salud Pública; Medalla «Jose Tey», Orden «Frank País» y Orden «Carlos J. Finlay», otorgadas por el Consejo de Estado, y el Premio al Mérito Científico por la obra de toda la vida, en la 40 edición del Concurso Anual de 2015.
Dejó de existir físicamente el 31 de mayo de 2016, fue uno de los más célebres pediatras y hematólogos de nuestro país, su ejemplo se mantendrá en el recuerdo de todos los que tuvieron el privilegio de conocerle como médico pediatra de gran sensibilidad humana y dedicación, como profesor y maestro de varias generaciones de profesionales de la salud, y por su incansable dedicación a todas las tareas que le asignó la Revolución. Su historia personal servirá de ejemplo a las nuevas generaciones de profesionales de la salud y a todo aquel que aspire a servir a la Patria y la Revolución.
Más información
Fuente: Ernesto de la Torre Montejo (1929-2016).
Durán S. Rev Cubana Pediatr. 2016;88(4)
Disponible en: http://www.revpediatria.sld.cu/index.php/ped/article/view/169/77