Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini (1877 – 1956)

Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini
(1877 – 1956)

Dr. Gustavo Pittaluga FattoriniNació en Florencia, capital de Toscana, Italia, el 10 de noviembre, en el seno de una familia notable por el nivel cultural de sus miembros.  Estudió la carrera de Medicina en la Universidad de Roma y durante los 2 últimos años ocupó el cargo de Asistente de la cátedra de Psiquiatría con el famoso profesor Mingazzini.

En 1901, alcanzó el Doctorado en Medicina y Cirugía con la tesis Acromegalia y tumores de la hipófisis, trabajo citado como uno de los primeros sobre la Enfermedad de Pierre Marie. A partir de 1905, comienza una larga y prestigiosa carrera científica en España donde obtiene brillantes títulos, así como importantes cargos.

Desde 1923 a 1938, fue miembro y después vicepresidente del Comité de Higiene de la Liga de las Naciones; viajó también en misión de estudios sobre problemas sanitarios por numerosos países, en los que asistiría a varias epidemias de dengue. En 1934, el gobierno republicano español lo nombró director del Instituto Nacional de Higiene de Madrid, cargo que mantuvo hasta la caída de la República en 1939.

En París, presidiría un congreso internacional sobre transfusión de sangre. Paralelamente y a lo largo de todos estos años, publicó numerosos libros y artículos de gran importancia. Asimismo, el profesor Pittaluga cumpliría una función como pionero de las investigaciones de la sangre, y sería el fundador de la moderna Hematología. Su «Manual de Enfermedades de la Sangre y Hematología Clínica» (1922) marcaría un viraje en algunos conceptos y teorías sobre Hematología, ya que había en aquella época un concepto muy pobre y dividido de las alteraciones de los glóbulos rojos.

El prestigioso ensayista y crítico cubano Fernando Ortiz, a través de la Institución Hispano-Cubana de Cultura, invitó a acreditados intelectuales españoles para ofrecer conferencias o cursos cortos en Cuba con el objetivo de dar a conocer diversos temas de gran interés, en las especialidades de las Ciencias Sociales y, particularmente, sobre importantes temas científicos. El doctor Pittaluga fue uno de ellos. Llegaría a La Habana por primera vez en diciembre 1937, para dictar un ciclo de conferencias entre diciembre y enero de 1938. Ese año, la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y el Instituto ¨Finlay¨ lo invitan a dar un Curso sobre Hematología, que fuera antologado por el doctor Víctor Santamarina Salanueva en un volumen de 205 páginas, titulado «Conferencias de Hematología» (1938) y publicado por la Universidad de La Habana.

Después de estas conferencias, ya no puede regresar a España, debido a la victoria del franquismo; fue entonces acogido por Francia y con tan larga trayectoria científica reconocida en ese país lo nombran jefe del Servicio de Transfusiones de Sangre en el Hospital ¨Saint Antoine¨ de París; llegó a ser presidente de la Sociedad Francesa de Hematología. En este país continuará sus investigaciones a pesar del gran dolor de haber perdido a su amada patria adoptiva, donde fundó su hogar y dejaba ahora cátedra e instituciones tan queridas, a las que había entregado lo mejor de su vida. En Francia, estudió la maduración de los mieloblastos, las transfusiones sanguíneas en las mielocitosis y especialmente la diferenciación de los reticulosarcomas de las reacciones simplemente inflamatorias.

En esos momentos, Francia era víctima también de la invasión fascista. Por sus ideas antifacistas, su vida correría peligro también en este país por lo que al doctor Domingo F. Ramos Delgado (1884-1962), profesor de Patología General de la Universidad de La Habana, y Ministro de Defensa de Cuba en ese momento, se le permitió por las autoridades entreguistas de Vichy, que el profesor Pittaluga viniera a impartir un curso en la Universidad de La Habana. Así, llegaría a nuestras costas en septiembre de 1942. Al arribar a Cuba, la reconoció como propia patria, asimiló todas nuestras costumbres y cultura, y llegó a ser un cubano más. En la actualidad, existe todavía la casa donde vivió, ubicada en la calle Línea 603 entre B y C en el céntrico municipio de El Vedado.

La Universidad de La Habana, en la que incorporó su título de Doctor de Medicina y Cirugía en 1944, lo contrató nuevamente como profesor invitado de su recién creado Instituto de Investigaciones Científicas y en él ofreció cursos durante 1943 y 1944. Hombre que se adelantó a su tiempo, que se adentró no solo en el campode las Ciencias Médicas sino también en las Ciencias Sociales y Culturales, debió vencer numerosos obstáculos, pero nunca se dio por vencido y por esa tenacidad que lo caracterizó su prolífera obra científica hasta hoy es objeto de estudio en numerosas partes del mundo  y un ejemplo a seguir.

Fuente:
Dr. Gustavo Pittaluga Fattorini. In memoriam. Libet de las Mercedes Bosch-González, Aymara Baganet Cobas, Viviana Sabournit Ferrier, Tania García Peralta, Ana Maria Trujillo Cañete. Revista Habanera de Ciencias Médicas. 13(1): 2014