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Víctor Severo Santamarina Salanueva (1903-1969)

Victor SantamariaFue representante por Cuba para la reunión internacional en New York en la que se fundó la Organización Mundial de la Salud, de las Naciones Unidas. Fue el creador en en 1948 de las bibliotecas médicas en los hospitales de Cuba.

Natural de Caibarién, actual provincia de Villa Clara. Nació el 6 de noviembre de 1906.

Estudió Bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana y luego cursó los estudios de Doctor en Medicina en la Universidad de La Habana; al cerrar de la Universidad durante el gobierno del General Machado su graduación se retrasó por 3 años, por lo que terminó sus estudios universitarios en 1934.

Desde bien temprano se vinculó a lo que sería la pasión de toda su vida: en 1930 desarrolló el primer cursillo sobre Hidrología y Climatología Médica, en la Escuela de Medicina de la Universidad, y a partir de 1931 propuso e impulsó la creación de la Sociedad Nacional de Hidrología y Climatología. Desde su fundación en 1932 fue nombrado Secretario y, posteriormente, Presidente de esta sociedad.

En el período de 1932 al 37 publicó numerosos trabajos sobre estas materias en varias revistas médicas: Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana, Vida Nueva, Archivos de Medicina y Cirugía de La Habana, y Medicina de Hoy. En uno de esos artículos, publicado en 1934 bajo el título: «Riqueza Turística: Hidrología y Climatología», revela su temprana comprensión de las múltiples posibilidades que tiene el uso social de esos recursos.

Ya en esos años también se interesa por la estación termal de San Diego de Los Baños, en favor de cuyo mejoramiento y desarrollo despliega una sostenida labor durante toda su vida. En 1936 como consecuencia de una propuesta de Santamarina se crea la Sección de Hidrología y climatología de la corporación nacional de Turismo, de la que fue su delegado hasta la disolución de dicho órgano durante el último gobierno de Fulgencio Batista.

En 1937 publica su primer libro sobre estas materias, Hidrología y Climatología Médicas, en colaboración con otras personalidades cubanas.

En 1938 obtiene por concurso, una beca de la Asociación Médica Panamericana para realizar estudios de postgrado en varias universidades de los EE.UU.: Harvard, Columbia, Cornell y John Hopkins. En ese propio año ingresa como miembro Titular de la International Society of Medical Hydrology, y en 1940, a nombre del Servicio Técnico de Salubridad de Cuba, realiza una visita de estudios a los principales centros balneológicos y termales de los EE.UU.

En el período 1937-41 continúa publicando numerosos trabajos, en los que profundiza la integración de la razón científica del desarrollo balneológico, con su importancia económica y social; varios de estos artículos se condensan en el folleto «Riquezas Hidrológicas y Climáticas», que aparece en 1941.

En 1941 realiza otro importante viaje de estudios a Saratoga Springs, EE.UU., esta vez para estudiar específicamente la organización técnico-administrativa de dicho balneario reconocido mundialmente como un modelo.

En 1942 fue nombrado asesor técnico del patronato del balneario de San Diego de los Baños, con carácter honorario, cargo que desempeñó hasta 1945; a su propuesta el Patronato crea el laboratorio de hidrología médica, y se le encomienda su organización.

En 1943 fue electo representante ante el Consejo Superior de la Corporación Nacional del Turismo y con posterioridad miembro de su Comité Ejecutivo, en lo que se desempeña hasta 1953.

En 1944 presenta un histórico trabajo ante el Comité Ejecutivo de la Federación Médica de Cuba, en el que explica la importancia científica, económica y social de la Hidrología y la Climatología Médicas, en el trabajo recabó apoyo y patrocinio a dichas ciencias, la tesis resultó aprobada.

La Junta de Economía de Guerra lo nombró miembro de la comisión para el estudio del turismo en la post guerra; y fue entonces que presentó su proyecto para la creación en Cuba de centros de rehabilitación de heridos de guerra, publicó varios trabajos con este tema.

En 1944 el patronato del balneario de San Diego acordó la publicación de su libro El Turismo, Industria Nacional considerado un verdadero clásico sobre el tema. Por su sostenida labor de años anteriores, en 1945 se crea el Instituto Nacional de Hidrología y Climatología Médicas, que dirigiría desde su creación, con el cargo de director técnico, hasta su desaparición física en 1969, excepto en los años de la tiranía batistiana, 1952-58, en los que estuvo separado de dicha responsabilidad.

En julio de 1945, el balneario de San Diego de los Baños, por ser propiedad del Estado, fue adscripto al mencionado instituto, bajo la directa supervisión del Dr. Santamarina, lo que le permitió aplicar los principios que durante años había venido estudiando y promoviendo: rigurosa observación médica de cada enfermo, confección de hojas clínicas, exámenes de laboratorio, registro fotográfico y otras acciones, todo lo cual permitió acumular durante años de paciente y sostenido trabajo, un invalorable tesoro documental.

En 1946 realizó otro viaje al balneario de Saratoga Springs esta vez como delegado oficial del Ministerio de Salubridad, con vistas a la posible construcción de un moderno balneario en San Diego de los Baños, idea que venía argumentando sostenidamente desde hacía años.

En 1946 comienza la publicación de la Revista del Instituto Nacional de Hidrología y Climatología Médicas, en la que a lo largo de varios años logró conformar una bibliografía verdaderamente clásica en los temas balneológicos, con amplio reconocimiento internacional. En 1947 realizó, como delegado oficial por Cuba un viaje de estudios para conocer la organización administrativa de varios balnearios en Argentina y Brasil, con vistas a la construcción de un moderno balneario en San Diego; durante dicho viaje es nombrado Miembro Honorario Extranjero de la Sociedad Argentina de Hidrología y Climatología Médicas.

En 1948, fue designado Presidente de Honor del Primer Congreso Médico de Brasil, que se efectuó en 1949, en este propio año también fue nombrado miembro honorario de la Liga argentina contra el reumatismo. En 1950 da lectura en la Universidad del Aire, al trabajo «Cómo estimular y proteger el desarrollo del turismo en Cuba», que sería también publicado. La copiosa información científica y de tipo organizativo aportada por el Dr. Santamarina constituyó un pilar inapreciable para la concepción, el proyecto y la construcción del moderno balneario de San Diego de los Baños, verdadero modelo en su especialidad y orgullo de la balneología cubana.

En 1946 es nombrado delegado por Cuba para la reunión internacional en New York que crea la Organización Mundial de la Salud, de las Naciones Unidas. En 1946 es el delegado del Ministerio de Salubridad y Asistencia Social, en el Primer Congreso Médico Social Panamericano, que se celebra en La Habana y en el mismo año es nombrado vocal de la comisión cubana de enfermedades infecciosas.

En 1947 fue el delegado por Cuba ante la XII Conferencia Sanitaria Panamericana, que se celebró en Caracas, y en ese propio año representó nuevamente a Cuba en la reunión anual del comité ejecutivo de la oficina sanitaria panamericana en Buenos Aires.

En 1947 fue nombrado miembro honorario del Consejo de defensa social. Organizó en 1948 las primeras reuniones hospitalarias provinciales en Santa Clara, Santiago de Cuba y Pinar del Río. Reorganizó y creó en 1947 una comisión para estudiar un plan de reorganización hospitalaria, y otra para la reorganización total de la enseñanza de las profesiones de enfermeras y enfermeros. Publicó en esos años varios artículos y folletos referidos al tema hospitalario, y creó en 1948 las bibliotecas médicas en los hospitales de Cuba, año en el que también creó la Sociedad Cubana de Hospitales.

El campo científico de la Reumatología es otro terreno de particular dedicación de su desempeño profesional. En 1945 fundó la sección de reumatología dentro del Instituto Nacional de Hidrología y Climatología Médicas, y en ese propio año también fundó, en el Balneario de San Diego de Los Baños, el primer centro antirreumático de Cuba, que lo dirigió hasta 1952.

En 1949 participó como delegado oficial por Cuba, en el VII Congreso Internacional de Reumatología en New York. En 1949 fundó la Sociedad Cubana de Reumatología, en 1951 la Liga cubana contra el reumatismo y en 1952 el Centro Antirreumático de Cuba, en el Hospital Reina Mercedes.

En 1950 realizó los primeros trabajos clínicos en Cuba sobre la aplicación del Cortisone en enfermos reumáticos, con permisos oficiales de los gobiernos de Cuba y Estados Unidos, a solicitud de los Laboratorios Merck. Durante años publicó numerosos trabajos basados en sus investigaciones sobre el reumatismo, que aparecieron en revistas médicas y de circulación general, así como en folletos, no pocos de los cuales son también publicados en diversas publicaciones extranjeras.
A los pocos días del golpe de estado del 10 de marzo de 1952, el Dr. Víctor Santamarina es destituido de todos sus cargos oficiales, por no haber aceptado la pretendida legitimidad del nuevo gobierno encabezado por Batista, y se ve impelido al ejercicio privado de la profesión, en las especialidades de Reumatología y enfermedades artríticas en general.
No obstante, mantiene sus trabajos honorarios en las sociedades no gubernamentales que preside o en las que participa, y comienza a desarrollar una reconocida labor como profesor en los cursos de verano de la Universidad de La Habana, en carácter de posgrado, sobre Reumatología.
Se vinculó al Movimiento de Resistencia Cívica del «26 de Julio», y colaboró de diversas maneras incluyendo la prestación de su consulta particular para celebrar reuniones conspirativas.
En esos años también trabajó como Director técnico del desarrollo de un nuevo balneario en Santa Fe, Isla de Pinos, propiedad de una firma privada cubano norteamericana. En esta instalación introdujo por primera vez en Cuba las más modernas tecnologías para la helioterapia, y sus consiguientes métodos de tratamiento. Durante sus regulares visitas de trabajo a la Isla de Pinos, logró la autorización del mando militar del Presidio Modelo para prestar servicios médicos a varios de los reclusos allí confinados por actividades revolucionarias.

El triunfo de la Revolución abre, también para el Dr. Víctor Santamarina, una nueva etapa. Una de las primeras decisiones del nuevo ministro de Salubridad de la Revolución, Comandante Dr. Julio Martínez Páez, el 20 de enero de 1959, fue restituir en su cargo al frente del Instituto Nacional de Hidrología y Climatología Médicas, a su fundador y primer director. También asumió la dirección del balneario de San Diego de los Baños. En marzo de 1959 fue nombrado delegado por Cuba al segundo congreso panamericano de Reumatología, celebrado en Washington. A los pocos meses, en ese propio 1959, el Comandante en Jefe, de visita por Pinar del Río, lo manda a buscar al balneario de San Diego de los Baños donde se encontraba, y durante horas intercambiaron sobre diversos temas, inmersos en el hermoso escenario de los mogotes y Los Portales del río San Diego; estaban presentes su viejo amigo y compañero de afanes científicos, Antonio Núñez Jiménez, Celia Sánchez, y otros compañeros.
En este encuentro se definieron las proyecciones estratégicas para el desarrollo progresivo de la balneología sobre las bases científicas y socioeconómicas con que el Dr. Santamarina siempre había soñado, y que finalmente propiciaba la nueva situación del país. Con esa responsabilidad, visitó todos los centros balneológicos y termales del país, instalaciones rústicas en su gran mayoría, y comenzó una labor de integración de todas ellas en un sistema balneológico nacional, respetando sus necesarias particularidades, hidrológicas, termales y terapéuticas.

Por indicación del co. Fidel, a los pocos meses el Dr. Santamarina presidió la delegación que visitó los principales centros balneológicos de Estados Unidos, México y Francia, junto con el Comandante Feliberto Olivera; también integraba la misión el eminente geólogo cubano, ingeniero Jorge Broderman, y otros compañeros. Esta delegación, además del interés de estudio, llevaba el objetivo de promover relaciones científicas y de todo tipo del naciente sistema balneológico cubano.

Es en estos momentos donde el Dr. Santamarina se incorpora a la docencia médica universitaria. Es por ello que asume, a fines del 1959, la tarea de profesor de Medicina Interna en la Escuela de Medicina de la Universidad de La Habana, y de Profesor Titular de atención médica en los cursos de introducción a la administración sanitaria, en el Instituto Finlay. También en estos años de ingentes esfuerzos se vuelve a desempeñar en el campo de la organización hospitalaria: trabajó en la organización de los servicios de Reumatología, Medicina Interna, y Medicina Física y Rehabilitación del Hospital Ortopédico Docente «Fructuoso Rodríguez»; así como del servicio de reumatología del hospital universitario «Cmdte. Manuel Fajardo».

Realizó diversos trabajos para dar a conocer en Cuba la organización de la enseñanza médica y la terapéutica en las mejores universidades extranjeras, y de forma específica la enseñanza de la Reumatología, la Medicina Física y la Rehabilitación en las escuelas de medicina de los Estados Unidos, así como lo referente a la formación de técnicos en fisioterapia en este país. En este aspecto, presentó una propuesta para crear una escuela de técnicos en fisioterapia en nuestro país.
En 1960 encabezó una delegación oficial de Cuba que visitó la Unión Soviética y Checoslovaquia, con el propósito de conocer e intercambiar experiencias sobre la organización científico técnica, médico asistencial y administrativa en materias de la hidrología y climatología médicas, reumatología y la medicina física y rehabilitación, así como en lo tocante a la enseñanza de la medicina en general, y de la terapéutica en particular. Esta fue una de las primeras delegaciones cubanas que visitó la Unión Soviética tras el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Debido a la nueva situación social de Cuba a partir del triunfo revolucionario y por las nuevas instituciones que se van creando, 3 organismos se sienten lógicamente interesados en el desarrollo de la balneología y el termalismo: el Ministerio de Salud Pública, el Instituto Nacional de la Industria Turística, y la naciente Academia de Ciencias, de la que el Dr. Santamarina fue designado miembro fundador, y los 3 contribuyeron, de una y otra forma, con su apoyo decidido.
En sus vínculos con el Instituto Nacional de la Industria Turística estableció relaciones estrechas de trabajo y de amistad con su presidente, el Dr. Baudilio Castellanos, y con su vicepresidente, el Comandante Jesús Montané Oropesa.

Desde su creación, ingresa como miembro distinguido del consejo científico del Ministerio de Salud Pública.

Al momento de su fallecimiento trabajaba en el libro Reumatología, obra concebida por él para el médico general, profusamente ilustrada para la mejor comprensión del tema.

Luego de una vida dedicada a su profesión y a las ciencias, falleció repentinamente a los 63 años en La  Habana, en 1969, cuando desplegaba todas sus energías, conocimientos y prestigio, en favor del desarrollo de la salud en el país.

Fuente: RESUMED 2000;13(1):48-52
Disponible en: http://bvs.sld.cu/revistas/res/vol13_1_00/res12100.htm