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Si Maurice Hilleman es la persona que más vidas ha salvado, ¿por qué la gente no lo conoce?

¿De qué depende la fama en ciencia? Todo el mundo sabe quiénes fueron Einstein o Curie, sin embargo, pocos identifican a Hilleman, que desarrolló más de 40 vacunas, entre ellas, la gran mayoría de las infantiles. Sigue leyendo «Si Maurice Hilleman es la persona que más vidas ha salvado, ¿por qué la gente no lo conoce?»

¿Realmente las sequías colapsaron a la civilización Maya?

Un nuevo estudio rebate esta hipótesis: la gran variedad de alimentos vegetales tolerantes a la sequía que disponía este pueblo hace que su inanición fuera poco probable.

No hay duda de que a finales del siglo IX una serie de sequías azotaron a la península de Yucatán, cuando las ciudades mayas comenzaron a despoblarse “misteriosamente”. Bajo la suposición de que esta civilización dependía principalmente del maíz, los frijoles y la calabaza, todos ellos cultivos sensibles a la escasez de agua, algunos estudios han teorizado que esas sequías provocaron hambrunas y que esa podría ser la causa del colapso de los mayas.

Sin embargo, un nuevo análisis realizado por el arqueólogo Scott Fedick y el fisiólogo de plantas Louis Santiago ha revelado que los mayas disponían de cerca de 500 plantas comestibles, muchas de ellas altamente resistentes a la sequía. Los resultados de este trabajo se han publicado en la revista PNAS.

«Incluso ante una situación de sequía extrema, y no tenemos evidencia clara de que eso haya ocurrido, 59 especies de plantas comestibles habrían sobrevivido», afirma Santiago. Algunas de las plantas más “duras” que los mayas habrían usado son la yuca o la chaya, un arbusto domesticado por este pueblo y consumido hoy por sus descendientes. Sus hojas son ricas en proteínas, hierro, potasio y calcio. “La chaya y la yuca juntas habrían proporcionado una gran cantidad de carbohidratos y proteínas”, apunta Santiago.

Incapaz de encontrar una lista “maestra” de plantas alimenticias indígenas mayas, Fedick compiló y publicó recientemente una que se basa en décadas de estudio. Para responder a las muchas especulaciones sobre la sequía como causa de los disturbios sociales mayas, él y Santiago decidieron examinar las 497 plantas de dicha lista para determinar su tolerancia a la sequía.
«Cuando los botánicos estudian la resistencia a la sequía, generalmente hablan de una planta específica o de un ecosistema en particular», explica Fedick. «Una de las razones por las que este proyecto fue tan desafiante es porque examinamos la flora dietética de toda una civilización: plantas anuales, perennes, hierbas, árboles, especies domesticadas y silvestres. Fue un esfuerzo único», recuerda.

Lecciones aprendidas

Aunque los investigadores no tienen una respuesta clara sobre por qué se descompuso la antigua sociedad maya, sospechan que la agitación social y económica desempeñó un importante papel. «Una cosa que sí sabemos es que la explicación demasiado simplista de la sequía que conduce al colapso agrícola probablemente no sea cierta», opina Fedick.

La investigación también demuestra la importancia de explotar una variedad de plantas para sobrevivir a la sequía y al cambio climático, según la información de la Universidad de California recogida por DiCYT.

«Incluso ante una serie de sequías, mantener una diversidad de cultivos resistentes permitiría a las personas, tanto antiguas como modernas, adaptarse y sobrevivir», concluye Santiago.

Fuente: Dicyt

Referencia:
Fedick, S. L., & Santiago, L. S. (2022). Large variation in availability of Maya food plant sources during ancient droughts. Proceedings of the National Academy of Sciences, 119(1), e2115657118.

A que no sabías que tenemos dos cinturas, como la mayoría de los tetrápodos

No es que usemos dos cinturones, tenemos dos cinturas, pero situadas en diferentes partes del cuerpo, una está en la parte superior y la otra en la inferior.

Cuando pensamos en cinturas nos viene a la mente solamente un tipo de cintura, esa que se encuentra por arriba de la cadera conectan las piernas con el resto del cuerpo.

Se nos hace más difícil pensar que una vaca o una lagartija en realidad desde el punto de vista anatómico tiene dos cinturas, difícil de observar si al parecer dista mucho de tener al menos una cintura.

Pero las cinturas son aquellas partes anatómicas del cuerpo de los vertebrados en las que se unen los miembros con el tronco del organismo. Bajo este concepto, los reptiles, aves y mamíferos tienen dos cinturas. Es importante mencionar que, en los mamíferos marinos, como son el gran grupo de los delfines y ballenas, una de las cinturas es vestigial, existe todavía dentro del cuerpo, pero carece de miembros.

Si decimos que tenemos dos cinturas, ¿cuáles son estas?

Se llaman cintura pélvica y cintura escapular. La cintura pélvica es en la que se conectan los miembros posteriores con el tronco. Está formado por los huesos de las extremidades, los fémures (articulación de la cadera o coxofemoral) y los de la cadera, en ella se encuentran los huesos de la pelvis que en los vertebrados son ilion, pubis e isquion, en el humano adulto estos huesos se fusionan y forman el hueso coxal. Se articula con el sacro, que a su vez es la fusión de varias vértebras.

La cintura pélvica es muy similar entre varios de los mamíferos, siendo el caso de los humanos donde tiende a ser más diferente, sobre todo en proporción. La diferencia se debe principalmente a que los humanos son bípedos y carecen de cola; la única familia de mamíferos que carece de ella son los Homínidos (gorila, chimpancé, orangutanes, bonobos y humanos).

Estas diferencias, hacen que el hueso coxal se haya modificado también, para convertirse en punto de sostén de la cavidad visceral y de las articulaciones de los miembros posteriores. A pesar de que en los homínidos se fusionen los huesos que conforman el coxal, estos tienen cierta movilidad, lo que en las hembras es de gran ayuda durante el trabajo de parto.

La cintura escapular articula los miembros anteriores con el tronco y se constituye por la escápula (en humanos es llamado omóplato) y la clavícula que a través de la articulación glenohumeral une el húmero con el tronco. La cintura escapular, a diferencia de la cintura pélvica, permite que la articulación entre el miembro anterior y la cintura tenga mucha más movilidad, por lo que la articulación glenohumeral es muy diferente de la coxofemoral. Las principales diferencias son que en la mayoría de los vertebrados, la glenohumeral tiene en general más músculos, lo que les da más maniobrabilidad; y la segunda es que la cabeza del húmero no tiene, como en el hueso coxal, una cavidad tan pronunciada como la cotiloidea.

Las cinturas se desarrollaron con los primeros vertebrados que salieron del agua a la tierra como las áreas en las que se articula el quiridio (nombre genérico y propio de la estructura de las extremidades de los tetrápodos para la locomoción en medio terrestre), evolucionando en alas en algunas especies de reptiles, aves y mamíferos. La presencia de las cinturas permitió el desplazamiento terrestre y posteriormente el aéreo, sin ellas no existirían los medios de locomoción que conocemos hoy para los tetrápodos.
Las cinturas, aunque se conservan muy similares entre diferentes grupos, han variado mucho en el tiempo y entre los grandes grupos de vertebrados. El cambio más notorio es entre los anfibios y reptiles contra las aves y los mamíferos. Si se observan la conexión de los miembros al cuerpo en los dos primeros grupos se puede ver que el fémur y el húmero se encuentran casi paralelos a la superficie del sustrato, mientras que, en aves, mamíferos y los reptiles Ornithischia (grupos de dinosaurios, hoy se considera a las aves como reptiles con plumas y los dinosaurios supervivientes al cataclismo) es casi perpendicular al sustrato. Este cambio evolutivo permitió varias adaptaciones reproductivas, entre las que destacan un desplazamiento más efectivo y con menos consumo de energía, separación del sustrato, lo que permite una preservación de la temperatura del cuerpo más constante y fácil, entre otras adaptaciones.

Las cinturas varían mucho entre grupos y especies. Esto se debe a que al ser la conexión entre los miembros y el tronco, no es la misma estructura anatómica para una especie con desplazamiento saltatorial (saltar) que cursorial (corriendo) o que soporte grandes pesos como en un elefante al de un ratón. La más notoria sería en el caso de los murciélagos, donde la cintura escapular se asocia a alas que permiten el vuelo, o en mamíferos marinos la natación o en orangutanes que se desplazan con los brazos por las ramas o el común de los mamíferos que se desplazan en cuatro patas. Las diferencias llegan a ser tantas que se pueden encontrar entre sexos de la misma especie.

En el caso de los humanos, en las hembras la cintura pélvica ha evolucionado para permitir el parto, por lo que es más ancha y profunda, los fémures están más separados al mismo tiempo que la forma del hueso ilíaco hace que los músculos asociados a la cadera, en especial los glúteos se retiren para que durante el parto no interfieran. En los machos la pelvis es más angosta y menos profunda, y los fémures y glúteos están más próximos.

En el caso de la cintura escapular, los machos tienen una musculatura mucho más desarrollada que la de las hembras, por lo que se ve más voluminosa.

La estructura de las cinturas de las especies son una de las varias estructuras que intervienen y se adaptan al modo de desplazamiento de los organismos.

Fuente: Dicyt

Autores: Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. Instituto Politécnico Nacional 195, CP. 23205, La Paz, Baja California Sur, México.
Email beu_ribetzin@hotmail.com (AGM-G), sticul@cibnor.mx (STA-C).

Los primeros juguetes de la prehistoria fueron pequeñas figurillas de animales, canicas o miniaturas de objetos adultos

Los juegos infantiles son fundamentales para el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, poco sabemos de estos objetos en las épocas prehistóricas. Margarita Sánchez Romero ha dedicado parte de su trabajo de investigación a visibilizar el papel de las mujeres y el mundo infantil de la prehistoria reciente, un campo desdibujado en la arqueología.

En los registros arqueológicos es común que los objetos relacionados con los usos que hacían de ellos mujeres, niños y niñas pasase desapercibido por un problema de interpretación. Margarita Sánchez Romero (Madrid, 1971), profesora e investigadora de la Universidad de Granada, de la que actualmente es vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Sostenibilidad, dedica parte de su trabajo a ampliar este conocimiento desde una perspectiva de arqueología feminista.

¿Por qué los niños y niñas aparecen poco en los registros arqueológicos?

A lo largo de la historia, la infancia no ha sido considerada como una etapa de la vida que tuviese interés para el estudio de las sociedades del pasado. Esto es debido, en primer lugar, al concepto de niñez en las sociedades occidentales contemporáneas, que raramente los considera como actores en las dinámicas económicas y sociales de las comunidades. Así, se traslada nuestro concepto de infancia (presente y occidental) a cualquier periodo histórico previo. En segundo lugar, se ha argumentado la dificultad de reconocerlos en el registro arqueológico, es decir, no se estudian porque no podemos verlos.

¿A qué se debe esta invisibilidad?

Se relaciona con el hecho de que las prácticas de cuidado, socialización y aprendizaje, muy vinculadas al mundo infantil, se relacionan con los trabajos de las mujeres, y sabemos el escaso reconocimiento que han tenido esas prácticas (y quienes las han realizado) en la explicación del desarrollo de las sociedades. Así, los niños y niñas han sido considerados como miembros pasivos de las sociedades que no influyen en los procesos económicos y sociales. Esto ha perpetuado la idea de que son seres incompletos biológica y socialmente, y han sido percibidos solo con relación al mundo adulto y a sus actividades.

¿Es importante conocer cómo y a qué jugaban?

A través del análisis de la cultura material, es decir, de los objetos que aparecen tanto en los contextos domésticos como en las sepulturas, sabemos que niños y niñas imitan el mundo de los adultos reproduciendo roles biológicos y sociales. En ese contexto, los juguetes y los juegos son el medio perfecto transmitir los comportamientos propios de la edad, del género o de la clase social, y además se utilizan como mecanismos para empezar a introducir determinados trabajos y responsabilidades.

¿Qué tipo de juguetes prehistóricos existen?

Entre ellos podemos encontrar juguetes que fueron fabricados específicamente para ser utilizados como parte de sus juegos. Otros están hechos a partir de objetos desechados por los adultos y que son reutilizados con la misma u otra función —por ejemplo, una taza descascarillada que pasa a formar parte de los juegos infantiles o la cámara de un neumático que se convierte en parte de un columpio—, pero también existen objetos que probablemente fueron realizados por los propios individuos infantiles como parte de su aprendizaje y socialización, al imitar los trabajos y los artefactos de los adultos. Algunos son fácilmente reconocibles y, en otros casos, dependemos del contexto en el que se encuentren para poder identificar su función adecuadamente.

¿Cuáles son los primeros juguetes que se conocen?

Los primeros elementos que podemos considerar juguetes en la prehistoria tienen que ver con pequeñas figurillas de animales en arcilla o hueso (como el león de Isturitz realizado en hueso y de época magdaleniense o los cerditos de arcilla de la Edad del Bronce del yacimiento de Maszkowice), canicas, juegos de tabas o miniaturas de objetos adultos (por ejemplo, pequeños recipientes cerámicos).

¿Qué nos aportan sobre el conocimiento de las sociedades en las que vivían?

Su estudio nos permite acercarnos a un momento de la vida de las personas que es crucial, no solo para el desarrollo personal, sino también para la propia reproducción social del grupo. Es el período en el que se adquieren habilidades y conocimientos, se aprende el uso de la tecnología, se asumen sistemas de creencias, se forma la personalidad y se inculcan valores y actitudes hacia el mundo que nos rodea. Y todo ello deja huellas en los objetos que utilizaron, los espacios en los que desarrollaron sus actividades y en sus propios cuerpos.

¿Por qué desde la arqueología?

Aproximarnos con metodología arqueológica a cómo han pasado por los procesos de crecimiento biológico y social, conocer con qué objetos y espacios se relacionaban o analizar los mecanismos de socialización y aprendizaje utilizados por las distintas sociedades, supone un acercamiento a los individuos infantiles y a las sociedades en las que viven. Esto abre enormes posibilidades de entender cómo cada sociedad articula las distintas estrategias que le servirán para poder mantener sus dinámicas sociales, culturales, políticas o identitarias.

¿Cuándo empieza a haber un estudio sistemático de los juegos infantiles?

Desde la primera toma de conciencia de la presencia arqueológica de niños y niñas y su influencia en la formación del registro arqueológico, pasando por la primera vez que son considerados como sujetos activos de las sociedades en el artículo de Grete Lilehammer de 1989 A child is born. The child’s world in an archaeological perspective , hasta la actualidad, son muchos los avances que se han producido en el conocimiento sobre la infancia.

Aunque su estudio en las sociedades prehistóricas es relativamente reciente, está ofreciendo resultados que demuestran la pertinencia de prestar atención a estos grupos sociales; desde la propia concepción de lo que significa la infancia, al estudio de sus cuerpos desde una perspectiva bioarqueológica, al análisis de los espacios que ocuparon o intervención en la ritualidad de sus comunidades entre otras temáticas.

En España, ¿cómo comienzan este tipo de trabajos?

En España, la denominada ‘arqueología de la infancia’ debe, en buena parte, su desarrollo a investigadoras procedentes de la arqueología feminista y de género que han entendido la importancia de la relación (más o menos construida) entre las mujeres y los individuos infantiles, la invisibilización que ambos grupos han sufrido y las posibilidades que su estudio puede proporcionar al discurso histórico.

Este interés por la infancia queda patente además en la proliferación de congresos como los primeros celebrados en la Humboldt- Universidad de Berlín (2004), en la Universidad de Kent (2005), en el Bergen Museum (2006) o los congresos anuales organizados en el marco de la Society for the Study of Childhood in the Past.

Este último es un grupo de trabajo de carácter internacional y multidisciplinar que promueve el estudio de la infancia en el pasado y tiene su origen en el trabajo y la reflexión de investigadoras e investigadores que, tanto a nivel teórico como metodológico, comenzaron a examinar todos aquellos elementos a través de los cuales era posible acercarse a la infancia y a la edad en el registro arqueológico.

En su caso, ¿por qué decidieron crear el proyecto Pastwomen?

Pastwomen es proyecto colectivo, un espacio colaborativo entre investigadoras, gestoras, profesoras y otras profesionales vinculadas al patrimonio prehistórico y protohistórico cuyo objetivo principal es promover la visibilización de las perspectivas feministas en arqueología e historia.
Un proyecto y una red de investigación que, apoyándose desde un primer momento en proyectos de investigación obtenidos en convocatorias competitivas, tiene una doble misión. Por un lado, generar conocimiento a través de investigación específica que permita conocer aspectos concretos de la vida de las mujeres —y de otros grupos, como la infancia o la senectud— en el pasado; por otro, y partiendo de esa investigación, generar los recursos de divulgación correspondientes a través de diferentes estrategias.
Pretendemos corregir el enorme vacío en el conocimiento histórico sobre las mujeres desde el conocimiento científico de excelencia y la divulgación de calidad, usando el trabajo en red como herramienta básica.

¿Cuáles son los últimos estudios que han desarrollado?

Se han realizado seminarios, congresos, reuniones científicas y varias publicaciones. Pero sin duda una de las consecuencias más significativas del trabajo es la página web que pretende dotar de visibilidad a las líneas de investigación en arqueología e historia que se vinculan al estudio de la cultura material de las mujeres, al tiempo que pretende proporcionar recursos actualizados desde las perspectivas feministas a todos los sectores involucrados en la divulgación histórica.

Los contenidos de la web derivan del análisis de la cultura material realizada por cada una de las componentes del equipo en sus diferentes líneas de investigación. Contiene además una mediateca, una base de datos bibliográfica, un mapa de investigación y una base de datos de grupos de investigación. Dedicamos también un apartado a ofrecer recursos con enlaces a webs, documentos, artículos online, un canal de YouTube y descargas directas de contenidos para su uso en el ámbito educativo.

Fuente:SINC

Un enorme árbol genealógico para comprender la familia humana

Combinar miles de genomas modernos y antiguos para construir la mayor genealogía humana hasta la fecha es lo que ha logrado un equipo internacional de científicos.

El estudio, publicado en la revista Science, muestra los principales acontecimientos de la historia de la humanidad, así como su cronología y localización geográfica.

La secuenciación del genoma humano en las dos últimas décadas ha dado lugar a un conocimiento más profundo de nuestro pasado evolutivo. De esta forma, se han generado datos genómicos de cientos de miles de individuos, incluidos los de miles de personas prehistóricas.

Un equipo de científicos ha aplicado un nuevo método no paramétrico que combina datos de registro en árbol de genomas humanos antiguos y modernos, lo que les ha permitido deducir una genealogía completa humana.

“Un método no paramétrico significa que tuvimos que hacer muy pocas suposiciones sobre la naturaleza de las migraciones humanas. Por ejemplo, no necesitamos conjeturar si hubo una, o solo unas, pocas migraciones fuera de África, o que ocurrieron de una manera determinada, en un momento concreto.

Nuestro objetivo es dejar que los datos hablen por sí mismos”, dice Yan Wong, del Centro Li Ka Shing para la Información y el Descubrimiento de la Salud en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y coautor del estudio que publica la revista Science.

Con esta técnica, el ancestro de dos individuos se asigna geográficamente al punto medio entre la localización geográfica de sus dos descendientes y se van determinando sus ancestros en el pasado. “Aunque sabemos que este método es imperfecto, parece recapitular bien muchos de los movimientos humanos conocidos. Quizás la sorpresa es, de hecho, que funciona razonablemente bien”, declara Aida Andres, del Instituto de Genética del University College de Londres y autora de un artículo en la misma revista, como comentario a este trabajo.

Hasta la fecha, se habían recogido miles de genomas humanos, que contienen segmentos de diferentes y múltiples ancestros de distintas edades. En consecuencia, la elaboración de una imagen completa de la genealogía y la variación genómica a lo largo de la historia humana representa un reto técnico.

Ahora, Wong y su equipo han logrado construir un enorme árbol genealógico para toda la humanidad. “Al tratar toda nuestra ascendencia como una sola red, podemos estimar características generales de los antepasados comunes en el árbol genealógico humano, como su edad e incluso potencialmente su ubicación. Nuestro método se podrá escalar potencialmente a millones de genomas”, asegura Wong.

La historia que generó toda nuestra variación genética

Dado que las regiones genómicas individuales solamente se heredan de un progenitor, la ascendencia de cada punto del genoma puede considerarse como un árbol. El conjunto de árboles, conocido como ‘secuencia arbórea’ o ‘gráfico de recombinación ancestral’, enlaza las regiones genéticas a través del tiempo con los ancestros en los que apareció por primera vez la variación genética.

En total, se usaron ocho bases de datos diferentes que incluyeron un total de 3 609 secuencias genómicas individuales de 215 poblaciones. Los genomas antiguos incluían muestras halladas en todo el mundo, con edades comprendidas entre 1 000 y más de 100 000 años. Los algoritmos predijeron dónde debían estar presentes los ancestros comunes en los árboles evolutivos para explicar los patrones de variación genética. La red resultante contenía casi 27 millones de ancestros.

Anthony Wilder Wohns, que llevó a cabo la investigación en la Universidad de Oxford y que ahora es investigador postdoctoral en el Instituto Broad del MIT y Harvard (Estados Unidos), explica que: “Aunque en esta genealogía se incluye una enorme cantidad de detalles, observar la edad media y la ubicación de los antepasados proporciona una gran visión de las características generales de la historia humana. A veces, podemos incluso mostrar todos estos datos para revelar patrones importantes”.

Tras añadir los datos de localización de estos genomas de muestra, los autores utilizaron la red para estimar dónde habían vivido los ancestros comunes. Los resultados recapitularon con éxito acontecimientos clave de la historia evolutiva humana, incluida la migración fuera de África.

“Hace tiempo que se sabe que hubo una dispersión fuera de este continente, quizá hace unos 100 000 años. Las señales de este acontecimiento se encuentran en partes del genoma como el mitocondrial, el cromosoma. Y varios otros genes. Sin embargo, nuestra genealogía muestra, por primera vez, que la señal de este acontecimiento está claramente presente en todo el genoma”, señala Wong.

Los investigadores observaron señales de linajes ancestrales muy profundos en África, el evento fuera de África, y la introgresión o incorporación arcaica de genes en Oceanía.

Las mutaciones que nos dan las pistas

Este método también tiene en cuenta los datos que faltan y los erróneos, y usa genomas antiguos fragmentados para ayudar a identificar el momento de la aparición de los alelos.
“Estos son variantes genéticas. Aparecen por mutación en algún momento, y si se establecen a partir de ese instante, esa posición genómica será variable en la población. Unos cromosomas tendrán un alelo, otros el otro. Podemos inferir la edad de esos alelos usando genomas modernos, pero es un problema difícil y lo hacemos con poca resolución”, revela Andres.

Lo que han hecho en este estudio es usar genomas antiguos de baja calidad para ayudar a determinar su edad. Para cada alelo se han preguntado cuándo lo ven por primera vez. Si, por ejemplo, se observa en un genoma de hace 5 000 años, sabrán con certeza que esa mutación tiene más de esa edad.

“Esto ayuda a mejorar los modelos que nos permiten inferir la historia demográfica humana. Pero, además, si ese alelo tiene efectos importantes —por ejemplo, si nos permite digerir la lactosa, o si aumenta el riesgo de una enfermedad—, mejorar la inferencia de la edad del alelo nos ayuda a entender la historia de ese fenotipo o de esa enfermedad”, continúa la investigadora del University College.

Gil McVean, otro de los coautores de la Universidad de Oxford, recalca: “Los conjuntos de datos genómicos que utilizamos se han construido a partir de muchas fuentes diferentes y utilizando distintos métodos. Inevitablemente, se producen ciertos tipos de error. Nuestro enfoque ayuda a identificarlos. Estimamos que la tasa es pequeña, menos del 0,5 % de los lugares de variantes en el genoma, pero su eliminación crea una imagen más precisa y completa de la variación genómica humana”.

Aunque el estudio se centra en los seres humanos, el método es válido para la mayoría de los seres vivos.

Limitaciones del estudio

Wilder Wohns, por su parte, explica que una de las principales limitaciones de este trabajo es que utilizan un método muy simple para estimar la ubicación de nuestros antepasados.
“Se podría trabajar mucho más en este campo. Además, nuestras estimaciones de la ubicación de los ancestros están limitadas en última instancia por las de las secuencias genómicas. Por ejemplo, la precisión de nuestra reconstrucción de las migraciones de los pueblos indígenas a las Américas se ve dificultada por la relativa escasez de muestras del noreste de Siberia y el noroeste de Norteamérica”, añade.
Además, si se produjeran grandes migraciones históricas que no dejaran descendientes locales, la precisión de dichas estimaciones de la ubicación de los ancestros se vería disminuida.
Por último, el método tiene en cuenta los errores de los conjuntos de datos genéticos utilizados, pero no lo hace a la perfección. Esto también puede afectar a las estimaciones de la edad y la ubicación de nuestros antepasados.

“Desde mi punto de vista, una de las mayores limitaciones de todo estudio que utiliza las grandes bases de datos de genomas existentes —incluido este— es que no tenemos una representación adecuada de todas las poblaciones humanas. Las bases de datos están sesgadas hacia poblaciones muy estudiadas. Por ejemplo, las europeas. Pero esto ocurre, no solo en esta investigación, sino en la mayoría del trabajo genómico actual, y se solucionará solo secuenciando más genomas de más poblaciones mundiales”, concluye Andres.

SINC

Referencia:
Wilder Wohns A. et al. «A unified genealogy of modern and ancient genomes».Science

Noticias nuevas y viejas sobre la Campaña de Vacunación Antipoliomielítica en Cuba

Entonces recordó que este martes 27 ya habían terminado la labor en la zona y se sintió tranquilo. No les quedaba ni un solo niño por vacunar contra la poliomielitis.
La prensa cubana y extranjera de este mes ha anunciado detalles sobre la 61 Campaña Nacional de Vacunación Antipoliomielítica oral que se desarrolla en Cuba. Se destaca el hecho histórico que este país fue el primero en las Américas que eliminó esta enfermedad con la campaña llevada a cabo en 1962. También se señalan registros epidemiológicos sobre la enfermedad en Cuba desde el siglo XIX, incluyendo las cinco grandes epidemias. Así que existen muchas cosas que se pueden recordar y contar sobre las inmunizaciones llevadas a cabo por primera vez y en los años siguientes en todo el territorio nacional.
La primera campaña de 1962 tuvo como escenarios a las ciudades y las zonas montañosas. Se aplicaron simultáneamente cinco millones de dosis de la vacuna oral Sabin (en caramelo y suspensión) en la primera campaña, que abarcó el 87.5 % de la población infantil desde 1 mes hasta 14 años de edad, lo que constituyó el 109.4 % de la cobertura planificada. A partir de ese año no se registraron muertes por poliomielitis (hubo diez casos no letales entre 1963 y 1989) y en 1994 la OMS-OPS certificó la eliminación de la poliomielitis en Cuba. Aquello pudo calificarse como una proeza en cuanto a la movilización de miles de personas para hacer realidad aquel sueño.
Por lo tanto, no resulta extraño que se encontrara anexo al informe final sobre la vacunación de la población de Baracoa, el municipio más oriental y montañoso, un relato de un equipo móvil de vacunación en una región de las Cuchillas del Toa, que hoy forma parte del Parque Alejandro de Humboldt, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La mencionada crónica tiene fecha del 27 de marzo de 1962 y refleja este episodio de la manera siguiente:
Eran dos caminantes desde hacía seis horas. El frío de la madrugada había desaparecido pronto; primero a causa del esfuerzo que realizaban los cuerpos mientras caminaban y, luego, debido al sol, que empezó tibio, pero al poco rato, estableció una presencia molesta. Ahora sus ropas se pegaban a los cuerpos que sudaban y las piernas se sentían débiles para seguir con constancia el trillo que subía y bajaba.
-¿Qué crees de este sacrificio?,- preguntó el hombre de baja estatura.
-Que lo volveremos a repetir, – contestó su compañero, un hombre espigado, que hizo a su vez una pregunta.
-¿Te sientes cansado?
-Un poco. Hacía tiempo que no caminaba tanto… desde que subimos al Turquino, cuando hice el curso para maestro en San Lorenzo.
-Es dura la caminata, dicen.
-Esta no es nada para aquella. ¿Y tú, cómo te sientes?
-Bien. Pensando en que ya casi terminamos nuestra labor.
-Faltan dos casas, las de Guenén y Hermenegildo, – observó el hombre de baja estatura.
El hombre espigado no contestó y durante un gran rato ambos guardaron silencio.
Bajaban ahora una cuesta angosta y escalonada. El hombre espigado iba detrás y observó que su compañero caminaba en forma desenvuelta. Pensó que era una suerte ir en compañía de alguien que estaba acostumbrado a caminos semejantes.
Al principio, cuando los dejó el transporte a mitad de la cuesta irregular de la carretera en construcción porque la neblina espesa impedía la visibilidad, pensó que no tendrían que andar mucho ya que la distancia sería corta.
Envueltos en la neblina fría, veían el paisaje tocado por impresionantes tintes. Las montañas, cercanas y distantes, ya solitarias o formando grupos, surgían a través de la claridad tenue y la neblina, con sus tintes negruzcos y las formas gigantescas. En los abismos y los valles, a ambos lados de la carretera, la niebla se cuajaba y parecía un lago tranquilo y fascinante. ¡Nunca se olvidan esas imágenes que se levantan como farallones frente a la sensibilidad humana!
-Allá abajo se ve una casa,- exclamó el hombre de baja estatura, señalando con el brazo.
-No la veo,- respondió el otro.
-Deja que te acerques. Es a la derecha de aquel platanal. ¿No ves ahora el entablado de palmas?
-Sí, ya veo. Ojalá tuvieran un caballo en esa casa. Uno de los dos iría hasta la casa de Hermenegildo, y así terminaríamos pronto. Pero no tienen, parece. Nos lo dijo la muchacha taciturna que expurgaba el arroz en la otra casa.
-¡Qué linda la niña que estaba con ella!
-¡Qué rubita! Con seis años y pelaba malangas en el suelo.
-Era hermana de la otra.
Mientras tanto habían tomado un trillo lateral al camino y se hallaban en un llano cerca de la casa.
Una mujer pequeña y sencilla, de rostro consumido y descalza, los recibió en la cocina. Era de carácter agradable y conversadora.
Los dos hombres se sentaron en un banco largo de madera, y tomaron agua.
Los muchachos eran cuatro y tomaron sus nombres y edades.
El mayor gagueaba y parecía que le daba pena. Los hombres seguían aún sofocados.
-Estamos muertos de cansancio, señora. ¿Cómo es que Uds. se han metido aquí?,- dijo el hombre espigado.
-Figúrese, yo no vivía aquí antes. Yo era de cerca del pueblo. Pero un día a mi marido le inquietó la idea de hacer una finca de café aunque empleara siete años. Así lo dijo y fíjese, ya tenemos los siete años y es verdad que la finca está hecha. Ah, miren, todos aquellos sacos están llenos de café.
Los hombres se pusieron de pie y miraron hacia donde señalaba la mujer.
Una vez terminada su misión los hombres se despidieron de la mujer, seguidos de un niño con pantalones cortos y sin zapatos que la señora decidió que los guiara en el camino. A pocos pasos atravesaron un arrollo sobre piedras.
El niño avanzó delante. Tenía un andar ligero y saltarín. El hombre alto empezó a bromear con él. Que si se cansaba. Que si era lejos, que si iba a la escuela, que si no faltaba a clases.
En aquella parte el camino seguía paralelo al río. Este se encajonaba en un cauce de paredes altas y rocosas, principalmente en la orilla opuesta al camino. El niño comentó que las aguas eran muy frías. Luego llegaron a un gran salto. El agua caía estruendosamente y por eso le decían “el trueno”, según les manifestó el niño.
Después de un largo trecho, empezaron a subir. De nuevo era un trillo estrecho. Pero esta vez estaba sombreado por árboles diversos. La ascensión, no obstante, se hacía difícil. Los cuerpos se sentían agotados. Fue necesario sentarse algunas veces y coger impulso de nuevo. Así llegaron a la última casa del recorrido.
Los dos hombres entraron en conversación con el campesino, que era flaco y estirado. Tres mujeres observaban desde la cocina sin paredes. Los niños permanecían sentados en el suelo y encaramados en una escalera.
El campesino usaba un hablar franco. Habló de cuando el hambre se pegó al estómago de su familia, allá en el barrio donde vivían. Fue entonces que decidió emigrar a estos parajes lejanos, donde al menos pronto pudo resolver el hambre de la familia.
Al poco rato los hombres y el niño que los acompañaba, comieron un plato de malanga y tres trozos de carne grasa de cerdo, que una mujer frió. Los cuerpos se reanimaron y desapareció la huella invisible del camino.
Decidieron regresar a Manajú en compañía de Hermenegildo, quien explicó que este viaje de retorno no sería por el camino por el cual llegaron hasta allí. Los hombres se despidieron del niño guía y ellos siguieron al campesino que marchaba con paso apurado. Pronto dejaron la estancia cultivada y se introdujeron en el monte espeso.
El campesino se abría paso con su machete y así la marcha se hacía aprisa. Ellos sabían que al frente se encontraba el punto inicial de regreso.
El hombre espigado se dijo para sus adentros: ¿Y si nos perdemos y no salimos a nuestro punto? Habremos perdido un gran tiempo.
Entonces recordó que este martes 27 ya habían terminado la labor en la zona y se sintió tranquilo. No les quedaba ni un solo niño por vacunar contra la poliomielitis.
Autor: Wilkie Delgado Correa
Doctor en Ciencias Médicas. Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor Emérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.
Junio/2022

La Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba y su efeméride fundacional

Fundada como Escuela de Medicina la Universidad ha graduado 52 961 profesionales para Cuba y el mundo

Mientras en La Habana se celebraban las sesiones de la edición 13 del Congreso Internacional Universidad 2022, del 7 al 11 de febrero, dedicado a la temática Universidad e innovación por un Desarrollo Sostenible inclusivo, en Santiago de Cuba ocurrían las actividades conmemorativas que tenían como efeméride central el 10 de febrero de 1962, fecha del inicio por primera vez de la docencia médica universitaria fuera de la capital de país.

En el acto central se recalcaron ideas y hechos pertinentes en ocasión del 60 aniversario de la institución, tales como los siguientes:

Estaba presente una pequeña representación de quienes un día llegaron como estudiantes a las aulas para cumplir con el mensaje del Che a las universidades, a nombre del gobierno revolucionario, en que expresaba que el pueblo estaba a las puertas de la universidad, y la universidad debía ser flexible y pintarse de negro, de mulato, no solo entre los alumnos, sino también entre los profesores, que se pintara de obrero, de campesino, que se pintara de pueblo, porque la universidad no es patrimonio de nadie y pertenece al pueblo de Cuba. En fin, la universidad abría sus puertas o se quedaba sin puertas.

Ante esta disyuntiva, y mediante la Ley de la Reforma de la Enseñanza Superior, proclamada el 10 de enero de 1962, la universidad abrió sus puertas. Y aquel proceso inicial tuvo su continuidad en los años siguientes para hacer realidad el pensamiento visionario de José Martí, expresado en 1892, de que Cuba sería la futura Universidad de América.
Fue así que dicha ley estableció la creación de la Escuela de Medicina de Santiago en febrero de 1962 y de la Escuela de Estomatología en agosto de 1963, creándose con ello la Facultad de Ciencias Médicas adscripta a la Universidad de Oriente. En 1967 se produjo la primera graduación de Ciencias Médicas en Santiago de Cuba, con 51 egresados, 32 de Medicina y 19 de Estomatología. Y luego ocurrió el proceso de conversión de la institución independiente: La Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba, teniendo como origen el embrión ya señalado.
Se recalcó que en lo individual cada cual podría recordar sus inicios hasta el día de hoy. Así debía ocurrir con cada oleada de egresados, que ya suman miles, tanto cubanos como extranjeros. Los datos son ilustrativos: 52 961 profesionales entre médicos, estomatólogos, enfermeros y tecnólogos de la salud, de los cuales 4 399 son extranjeros procedentes de 71 países de América Latina y el Caribe, Asia y África.

Los primeros graduados ahora estaban cargados de años y de sueños realizados y de otros muchos que quisieran ver convertidos en realidad en el futuro. Muchas cosas pasaron antes de que se alcanzara este momento de jubileo. Se sabía también que por causas naturales de la fisiología humana o por las circunstancias de la vida y la lucha muchos hoy no estaban presentes.

Se afirmó que afortunados han sido quienes han podido ver este hermoso día de celebración. Quienes han permanecido del lado del honor, cuando miran hacia atrás y cuando contemplan esta obra grandiosa de la Universidad de antes y de ahora, saben que ha significado muchos años de trabajo, de sacrificio y de esperanza. Regocija ver que en algún lugar de la universidad y de otros centros laborales, ya sean facultades, hospitales, policlínicos o clínicas; en fin, en un lugar de Cuba o de otros países, han quedado las huellas, alguna señal indeleble que cada uno de los profesionales dejó en este enorme y bello edificio que un día ya lejano, hace 60 años, empezaron a construir bajo la guía de sus profesores y la ayuda de dirigentes y otros trabajadores. Y esa es la verdadera recompensa.

Así que hoy los egresados pueden patentizar que han sido leales a las tres madres superiores: la patria, la revolución y la universidad. Y, en consecuencia, no hay mayor mérito que éste.

Autor: Wilkie Delgado Correa

*Doctor en Ciencias Médicas y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

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