Carlos de la Torre y Huerta fue un antropólogo, malacólogo y zoólogo cubano natural de Matanzas. Eminente investigador y profesor universitario, discípulo de Felipe Poey. Llegó a poseer la más completa colección conocida en Cuba de especies terrestres de moluscos.
Carlos de la Torre era hijo de Bernabé de la Torre y Fernández, profesor santiaguero radicado en Matanzas, y de Rosa de la Huerta y Roque, natural de la Atenas de Cuba. Cursó sus primeras letras en el Colegio La Empresa, de Matanzas, donde su padre ejercía la docencia, hasta que dicha escuela fue clausurada por las autoridades españolas al considerarla como un foco independentista, y sería sustituida más adelante por el Colegio Los Normales, fundado por su progenitor.
A los diez años de edad ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Matanzas, hasta que también esta institución fue clausurada como resultado de la situación creada con motivo del estallido de la Guerra de los Diez Años.
Tras iniciarse como maestro en el colegio de su padre, continuó sus estudios en el Instituto de Segunda Enseñanza de La Habana, donde obtuvo el título de bachiller en Artes en 1874. En ese propio año ingresó en el curso preparatorio de Medicina de la Universidad de La Habana, el cual concluyó con notas de sobresaliente.
Incursiones en la Malacología
Durante esta etapa entró en contacto con el afamado catedrático de Zoología y Mineralogía, Felipe Poey Aloy, y realizó sus primeras incursiones en lo que sería su profesión definitiva, la Malacología. Fue así como durante 1876 se vio obligado a regresar a Matanzas, producto de haber adquirido fiebres palúdicas en su búsqueda de caracoles terrestres por los Pantanos de Atarés. De nuevo en su ciudad natal se incorporó como profesor al Colegio San Carlos, fundado por su padre con ese nombre en honor al joven maestro.
A invitación del director del Instituto de Segunda enseñanza de La Habana, se presentó en 1880 al ejercicio de oposición por la plaza de ayudante preparador de Física y Química y conservador del Museo de Historia Natural, la cual obtuvo finalmente. Ese mismo año matriculó en la Universidad de La Habana, y en abril de 1881 alcanzó el título de licenciado en Ciencias, con notas de sobresaliente y el premio extraordinario con matrícula de honor, para realizar el doctorado en la Universidad Central de Madrid. Tras participar en la fundación de la Escuela de Artes y Oficios de La Habana, así como figurar desde enero de 1882 en su claustro, como profesor tecnológico, partió hacia España.
Ya en la península, defendió exitosamente su Tesis: Distribución geográfica de los moluscos terrestres de la Isla de Cuba, en sus relaciones con las tierras vecinas, y recibió el título de doctor en Ciencias Naturales, en 1883.
Labor como profesor
A fines de ese año, ganó por oposición la plaza de profesor de Historia natural,Fisiología e Higiene, en el Instituto de Segunda Enseñanza de Puerto Rico, labor que desempeñó hasta que, tras la defensa de su trabajo titulado Anatomía comparada de la Columna Vertebral, obtuvo con felicitaciones del tribunal y en particular de su maestro, el sabio Felipe Poey, la cátedra de profesor de Anatomía Comparada en la Universidad de La Habana, en 1884, la cual asumiría en abril del siguiente año, cuando comenzó a impartir las asignaturas de Zoografía de moluscos y zoofitos, y de Zoografía de vertebrados y entomología.
En esta última zona, estudió además la enfermedad de los cocoteros que asolaba el territorio, y descubrió la causa que la producía; de igual forma, colaboró con Fermín Valdés Domínguez y otros patriotas cubanos, quienes trabajaban en los preparativos del futuro estallido independentista.
Tras la muerte de Felipe Poey, el 28 de enero de 1891, escribió una nota biográfica sobre la figura de aquel destacado científico, la cual apareció en los anales de la Real Academia de Ciencias de La Habana.
Desde el punto de vista profesional, fue profesor de Geología, Paleontología y Antropología de la Universidad de La Habana, a partir de 1900, así como decano de la Facultad de Letras y Ciencias, en 1920, y rector del propio alto centro docente, a la altura de 1921. Alcanzó también los grados de doctor en Farmacia y de doctor en Medicina, por la propia Universidad de La Habana, en 1921 y 1922 respectivamente. Publicó numerosos libros de texto como el Manual o Guías para los Exámenes de los Maestros, y se considera como uno de los fundadores de la ciencia pedagógica cubana, junto a figuras como Aguayo, Heredia, Vidal Morales y Borrero Echeverría, entre otros.
Su actitud de enfrentamiento a la dictadura de Gerardo Machado, y el Manifiesto que dirige a los graduados universitarios en 1930, incitándolos a enfrentarse al gobierno, le valieron la represión por parte del régimen y la necesidad de un nuevo exilio en los Estados Unidos, etapa donde residió en las ciudades de Miami, Washington y Nueva York, desempeñando por ese entonces la presidencia de la Junta Revolucionaria. Tras la caída de la tiranía regresó a Cuba y a solicitud del gobierno provisional de Carlos Mendieta, ocupó el cargo de presidente del Consejo de Estado, en 1934, responsabilidad a la cual renunció pocos meses más tarde, defraudado por la realidad política del país, reincorporándose nuevamente a la cátedra universitaria. Fue nombrado miembro técnico del Instituto Finlay y director del Departamento de Biología, en 1935.
En su etapa de rector de la Universidad de La Habana (1921-1923) comenzó la Reforma Universitaria liderada por los estudiantes, con Julio Antonio Mella a la cabeza. Es muy real que los acontecimientos lo superaron y que renunció ante la oposición del claustro a los cambios propuestos. Pero también es cierto que jamás defraudó a sus estudiantes, siempre los defendió y acompañó.
Para Mella fue un hombre que respetaba «la verdad» y eso, en aquellos tiempos, y también en estos, no es poca cosa. En la foto aparece Carlos de la Torre, quien ya tenía un prestigio mundial bien consolidado como hombre de ciencia, junto a los alumnos detenidos por el régimen de Machado en el Castillo del Príncipe. Allí está, con otros profesores, acompañando a Pablo de la Torriente, Raúl Roa, Carlos Prío y otros más. Hechos y posturas dignas de nuestra historia que conviene no olvidar.
Fuente: Ecured, Facebook
Referencias:
- «Carlos de la Torre y Huerta, destacado naturalista cubano», artículo publicado el 22 de octubre de 2013 en el sitio web de la revista Juventud Rebelde (La Habana).
- «Torre Huerta, Carlos de la», artículo publicado en García Blanco, Rolando y otros (2002): Cien figuras de la ciencia en Cuba. La Habana: Editorial Científico-Técnica, 2002.
- Secada Cárdenas Eneyda, Cárdenas González Ciria Zulema, Secada Cárdenas Luis, Escobar Blanco Libertad Manuela, Buides Secada Leysa, Fernández Alfonso Odalis Marisela. Un acercamiento a la labor científica de Carlos de la Torre y Huerta. Rev.Med.Electrón. [Internet]. 2015 Jun [citado 2025 Jun 10] ; 37( 3 ): 293-299. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1684-18242015000300013&lng=es.