Uno de los múltiples avances de la medicina, derivado de las investigaciones y trabajos de médicos y cirujanos, es el conocimiento de la diabetes mellitus

 

La diabetes mellitus es una enfermedad milenaria. Desde 1,500 años antes de nuestra era se conocía su lenta y penosa evolución en un individuo que perdía peso, estaba sediento todo el día, orinaba sin cesar y moría pronto. De ahí su nombre, diabetes, de la necesidad exagerada de emisión de orina o poliruria. Siglos después, en 1673 Thomas Willis añadió el nombre de mellitus (semejante a la miel) por el sabor que tenía la orina de estos enfermos.

Durante siglos no hubo avance en el manejo de esta enfermedad y a finales del siglo XIX el papel del páncreas en el proceso fue conociéndose cada vez más. El célebre doctor Claude Bernard participó en estos estudios y muchos investigadores trataron de desarrollar técnicas para extraer las sustancias del páncreas que pudieran aliviar la diabetes.

Fueron dos investigadores Frederick G. Banting y Charles Best quienes en su laboratorio de Toronto aislaron la sustancia que llamaron isletina (por proceder de los islotes de Langerhans) y en 1922 la aplicaron por primera vez a un joven diabético, Leonard Thompson. Los resultados fueron alentadores y poco después la hija del Gobernador de Nueva York, Elizabeth Huges recibió el tratamiento con un éxito rotundo. Los investigadores publicaron su trabajo, por el que recibieron el premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1923.

El estudio del funcionamiento del páncreas y de las sustancias que podrían aliviar la diabetes mellitus continuó, en 1959 apareció la metformina, en 1958 la sulfonilurea y a partir de entonces se han diseñado nuevos fármacos que permiten que el individuo con diabetes tenga un control adecuado de su enfermedad.

Fuente: SciELO

Referencia Bibliográfica: Álvarez-Cordero, R. (abril/junio, 2017). Del descubrimiento de la insulina a la cirugía metabólica de la diabetes. SciELO, 15(2).