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El legado genético de Hitler: lo que realmente revela su ADN

El documental «Hitler’s DNA: Blueprint of a Dictator», que, ochenta años después de la muerte de Adolf Hitler, no solo revela datos médicos sobre el dictador. También intenta explicar su comportamiento a partir del análisis genético, algo altamente cuestionable desde el punto de vista científico.

Síndrome de Kallmann: la rara enfermedad del dictador

Según la secuenciación de ADN, Hitler habría padecido el poco común síndrome de Kallmann, una enfermedad genética que reduce la producción de hormonas sexuales. Sus efectos incluyen ausencia o retraso severo de la pubertad, niveles bajos de testosterona, un sentido del olfato poco desarrollado (anosmia), testículos no descendidos (criptorquidia) y una mayor probabilidad de desarrollar un micropene u otras anomalías genitales.

Como prueba se cita la historia clínica de Hitler en la prisión de Landsberg, donde estuvo encarcelado en 1923 tras el fallido intento de golpe. Allí, el médico de la cárcel le diagnosticó «criptorquidia derecha», es decir, un testículo derecho no descendido.

Además, el médico personal de Hitler, Theodor Morell, le administró inyecciones regulares de testosterona a partir de 1944, lo que también respalda ese diagnóstico.

¿Riesgos psíquicos en el ADN de Hitler?

Según el documental, el análisis genético también mostraría que Hitler tenía un riesgo poligénico muy elevado de padecer trastornos psicológicos, especialmente autismo, esquizofrenia y trastorno bipolar.

Los genetistas y psicólogos que participaron en la producción admiten que no es válido sacar conclusiones solo a partir de un riesgo poligénico elevado, pero aun así especulan sobre posibles diagnósticos o patrones de comportamiento.

Es cierto que estos nuevos hallazgos médicos pueden ayudar a comprender mejor la psicología de Hitler. Y naturalmente es posible que deficiencias físicas y fluctuaciones hormonales influyeran en su conducta. Incluso podría ser que Hitler compensara su fragilidad física con delirios de grandeza. Pero todo esto sigue siendo especulación, porque faltan pruebas concluyentes.

Esto también pone en aprietos a la reconocida Turi King, a quien la productora logró sumar al proyecto. La genetista y arqueóloga canadiense-británica, profesora de Participación Pública y Genética en la Universidad de Leicester, se hizo famosa por el análisis de ADN de los restos de Ricardo III, hallados en un aparcamiento de Leicester.

Turi King tenía previsto enviar sus resultados a una revista médica especializada y someterlos a un proceso de peer review, es decir, a la revisión científica por pares. Pero la productora no quiso esperar ese largo procedimiento académico y King acabó aceptando. Ahora, su prestigio académico está en entredicho.

Un soldado estadounidense visita el búnker de Hitler en 1945 y recoge piezas de recuerdo.
Triunfo en las habitaciones privadas de Hitler: un soldado estadounidense se encuentra junto al sofá en el que Hitler se suicidó y recoge piezas como recuerdo. Imagen: akg-images/picture alliance

Rumor desmentido: Hitler no era judío

Al menos un rumor persistente pudo ser descartado de forma convincente por el análisis genético: la supuesta ascendencia judía de Hitler.

Aún en 2022, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, afirmó que Hitler tenía un abuelo judío. Pero, según el análisis de ADN, ahora existen pruebas genéticas claras de las raíces austríaco-alemanas de Hitler.

Recuerdo del «sofá de la muerte»: el origen de las muestras de ADN

Según el documental, el material genético analizado proviene de un sofá manchado de sangre en el que Hitler se suicidó el 30 de abril de 1945. Hitler se disparó con una pistola mientras su esposa, Eva Braun, ingería veneno. Sus cuerpos fueron luego quemados por sus colaboradores para evitar que fueran exhibidos públicamente, como había ocurrido poco antes con el dictador italiano Mussolini.

Más tarde, el coronel Roswell P. Rosengren, oficial de prensa del Ejército estadounidense, se habría llevado como macabro recuerdo un fragmento de la tapicería estampada del sofá desde el búnker del Führer. Ya en Estados Unidos, el trozo de tela permaneció primero en su caja fuerte y, tiempo después, terminó en el Museo de Historia Militar de Gettysburg, en Pensilvania. La historia es verosímil: existen varias fotos de Hitler sobre ese sofá y de soldados rusos y estadounidenses cortando trozos de la tela.

Más problemática es la atribución de la muestra. Según el documental, la autenticidad del ADN se comprobó comparándolo con muestras conocidas de familiares de Hitler. Pero no se aclara quién es ese pariente cuyo raro cromosoma Y coincide a la perfección con la muestra del sofá. Tampoco queda claro si esos descendientes vivos de Hitler dieron su consentimiento para la comparación.

El ADN aporta indicios, pero no pruebas sobre el comportamiento

Es comprensible intentar buscar las causas del comportamiento inhumano de Hitler en posibles trastornos físicos o psicológicos. Pero establecer esa conexión es arriesgado y científicamente cuestionable.

Según el documental, el ADN de Hitler mostraría una probabilidad superior a la media de TDAH, una alta probabilidad de rasgos autistas, esquizofrenia y una tendencia al comportamiento antisocial. Esto puede ser cierto, pero no demuestra que Hitler padeciera realmente estos trastornos ni que influyeran en su conducta. De hecho, una atribución individual tan específica no es válida con los llamados polygenic risk score tests (PRS), que solo permiten comparaciones con la población general.

El comportamiento no puede explicarse únicamente mediante la genética. La aparición de trastornos psicológicos resulta siempre de una interacción compleja entre genética, entorno, historia de vida y experiencias personales. Los test genéticos no permiten diagnosticar enfermedades mentales; para ello se requiere una evaluación clínica basada en síntomas y entrevistas con la persona y su entorno.

Esto también lo sabían los responsables del documental. «El salto de la biología al comportamiento es enorme», admitió el psicólogo británico Simon Baron-Cohen, que participó en la producción, para luego dar igualmente ese enorme salto hacia la especulación.

Eva Braun observa a Adolf Hitler en sus habitaciones privadas.
Adolf Hitler con su esposa, Eva Braun, en el conjunto de sofás con motivos decorativos: se dice que el dictador tenía una relación problemática con las mujeres.Imagen: kpa Keystone/United Archives/picture alliance

Peligrosas conclusiones sobre el comportamiento

Tener una predisposición a trastornos psicológicos -o incluso padecer uno- no permite extraer conclusiones directas sobre el comportamiento de una persona. Esto también lo muestra el libro «A First-Rate Madness», del psiquiatra Nassir Ghaemi, profesor de Psiquiatría en la Tufts University School of Medicine y docente en la Harvard Medical School de Boston. En su obra, analizó la «inestabilidad mental» de figuras históricas, desde Abraham Lincoln hasta el principal adversario democrático de Hitler, Winston Churchill. Hitler fue el único caso negativo en su estudio.

Ghaemi también está convencido de que Hitler padecía un trastorno maniacodepresivo. Los hallazgos genéticos, afirma el psiquiatra iraní en declaraciones a DW, son «científicamente sólidos y pueden ayudarnos a comprender mejor sus cualidades de liderazgo».

«Los rasgos maníacos potencian la creatividad y la capacidad de resistencia; los síntomas depresivos aumentan la empatía y el realismo: todos ellos son puntos fuertes para un líder. Estas cualidades pueden emplearse en cualquier dirección política, ya sea de forma autocrática y tiránica, como en el caso de Hitler, o democrática, como en el de Churchill».

Según Ghaemi, la «inestabilidad psicológica» de Hitler se agravó a partir de 1937 debido a la administración diaria de anfetaminas por vía intravenosa para tratar su depresión, algo que también respaldan diversas fuentes históricas.

Que Hitler -como menciona el documental- pudiera haber padecido síndrome de Kallmann, podría «explicar por qué, a diferencia de la mayoría de las personas con rasgos maníacos, aparentemente no tenía una libido elevada, pese a presentar muchos otros rasgos maníacos (verborrea, alta energía física, poco sueño, autoestima inflada)». Pero todos esos son indicios, no pruebas.

Soldado soviético en el sofá de Hitler en el búnker del Führer.
En aquel entonces aún unidos en la lucha contra la Alemania nazi: la fotografía de un soldado estadounidense muestra a un soldado soviético en el «búnker del Führer», en el sofá en el que Hitler se quitó la vida.Imagen: SZ Photo/picture alliance

Riesgo de estigmatización y de trivialización

Los investigadores que participaron en el documental eran conscientes de que vincular el autismo o el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) con Hitler -considerado el epítome del mal- es extremadamente problemático. «Existe un alto riesgo de estigmatización», advierte el psicólogo Simon Baron-Cohen en el documental. Una asociación así podría llevar a que personas con enfermedades mentales sean injustamente relacionadas con un asesino en masa.

También existe el riesgo de que, al patologizar a Hitler como un «loco», su comportamiento inhumano se atribuya a una predisposición genética y, en consecuencia, se trivialicen sus crímenes. Según Ghaemi, esta es «una preocupación constante de algunos científicos y activistas alemanes». Las afirmaciones sobre la salud de Hitler «no afectan en absoluto su responsabilidad moral por sus crímenes», subraya el psiquiatra en declaraciones a DW.

«La presencia o ausencia de una enfermedad mental no determina si alguien es moral o legalmente responsable de sus actos. El criterio moral y jurídico es si una persona podía haber actuado de otra manera.»

El ADN de Hitler y el mito de la «raza aria superior»

La ironía de la historia: según las propias leyes nazis, Hitler habría sido considerado «enfermo hereditario» e «indigno de vivir», y por tanto víctima de sus propios programas de eutanasia.

Según la llamada «doctrina racial» nazi, el destino humano residía en la sangre. «La capacidad de tomar decisiones positivas o negativas es un rasgo determinado por la sangre», escribió en su libro Mein Kampf, comenzado en la prisión de Landsberg.

La pureza de la sangre, sostenía, permitiría al individuo tomar «decisiones correctas» y reforzaría la cohesión de una nación. En cambio, la mezcla de sangre -la «mezcla racial»- conduciría a un comportamiento «ilógico» y arrastraría a las civilizaciones a la ruina.

Justamente a la ruina fue donde Hitler, durante sus doce años de dictadura violenta, llevó a gran parte del mundo.

Fuente: DW. Disponible en: El legado genético de Hitler: lo que realmente revela su ADN – DW – 14/11/2025

Hallan, por estudios de ADN, a seis parientes vivos de Leonardo da Vinci

Leonardo da VinciUn equipo internacional ha logrado algo extraordinario: seguir el rastro genético de Leonardo da Vinci hasta el presente.

Leonardo da Vinci (1452-1519), el extraordinario genio del Renacimiento que revolucionó el arte y la ciencia hace más de 500 años, sigue sorprendiendo al mundo desde la tumba, ahora gracias a la genética.

Tras 30 años de intensa investigación genealógica, un equipo internacional conocido como «Proyecto ADN Leonardo» acaba de publicar un libro titulado Genìa da Vinci. Genealogía y genética del ADN de Leonardo con revelaciones fascinantes sobre el árbol genealógico del genio renacentista, que se remontaría hasta 1331, abarcando 21 generaciones y más de 400 individuos, según un comunicado de prensa del proyecto.

Aunque Leonardo nunca tuvo hijos, sus numerosos hermanastros –hasta 22, según reportan algunos medios– han permitido seguir el rastro de su linaje hasta nuestros días.

Descendientes de Leonardo da Vinci: cromosoma Y intacto

El hallazgo más sorprendente es la identificación de 15 descendientes por línea masculina de la familia Da Vinci, relacionados con su padre y su hermanastro Domenico Benedetto. Aunque el comunicado del proyecto no especifica si todos estos descendientes están vivos, sí aclara que seis de ellos, aún vivos, fueron sometidos a análisis genéticos. Lo verdaderamente revolucionario es que estos seis comparten segmentos idénticos del cromosoma Y, el que se transmite de padres a hijos.

Según David Caramelli, director del proyecto desde la Universidad de Florencia, esto sugiere que la línea masculina de los da Vinci ha permanecido genéticamente intacta durante al menos 15 generaciones.

Los investigadores confirmaron por otra parte la existencia de una tumba familiar en la iglesia de Santa Croce de Vinci, donde podrían estar enterrados el abuelo de Leonardo, Antonio, su tío Francesco y varios hermanastros. Los antropólogos de la Universidad de Florencia han recuperado fragmentos óseos que están siendo analizados. Según Caramelli, uno de los especímenes corresponde a un varón cuya edad coincide con la de los presuntos parientes del artista.

«Nuestro objetivo al reconstruir el linaje de la familia da Vinci hasta nuestros días es permitir la investigación científica de su ADN», explica Alessandro Vezzosi, coautor del libro, en el comunicado. «Esperamos comprender las raíces biológicas de su extraordinaria agudeza visual, creatividad y posiblemente incluso aspectos de su salud y causas de muerte», agrega.

Los investigadores analizaron fragmentos óseos recuperados de la tumba familiar en Santa Croce de Vinci para identificar el ADN de los parientes de Leonardo.
Los investigadores analizaron fragmentos óseos recuperados de la tumba familiar en Santa Croce de Vinci para identificar el ADN de los parientes de Leonardo.

El libro va mucho más allá de la genética, revelando aspectos desconocidos de la vida del genio florentino. Por ejemplo, mediante el análisis de antiguos registros catastrales, los autores identificaron siete casas de la familia Da Vinci en el pueblo y castillo de Vinci, así como dos propiedades del propio Leonardo, heredadas de su tío Francesco.

Entre los hallazgos más intrigantes destaca un misterioso dibujo al carboncillo descubierto en la repisa de una chimenea de un antiguo edificio de Vinci. La obra, bautizada como el «Dragón Unicornio», representa una criatura fantástica con un cuerno en espiral, hocico alargado, dientes ganchudos, lengua flamígera, escamas pronunciadas y una gran ala membranosa. Los expertos sugieren que la obra, de «rara intensidad expresiva», podría ser del propio Leonardo.

¿Leonardo, pionero de la epigenética?

Quizás uno de los aspectos más fascinantes del libro es la sugerencia de que Leonardo fue uno de los primeros pioneros de lo que hoy llamamos epigenética. Según explican, sus escritos sobre la herencia apuntan a la posible influencia de la dieta, la sangre y el comportamiento de los padres en la descendencia, anticipándose siglos a los descubrimientos modernos sobre cómo los factores externos pueden modificar la expresión de los genes.

«En sus estudios sobre la generación, la concepción se convierte en un acto complejo en el que se entrecruzan la naturaleza, la emoción y el destino», señala Agnese Sabato, coautora del trabajo.

Los investigadores sugirieron que Leonardo da Vinci anticipó conceptos de epigenética al estudiar cómo la dieta y el comportamiento de los padres influían en la descendencia.
Los investigadores sugirieron que Leonardo da Vinci anticipó conceptos de epigenética al estudiar cómo la dieta y el comportamiento de los padres influían en la descendencia.

Jesse H. Ausubel, director del proyecto desde la Universidad Rockefeller, es optimista sobre las posibilidades: «Incluso una diminuta huella dactilar en una página podría contener células para secuenciar. La biología del siglo XXI está moviendo la frontera entre lo incognoscible y lo desconocido».

Limitaciones y futuro de la investigación genética de Leonardo

Sin embargo, los investigadores se mantienen cautos. Caramelli recuerda que todavía deben hacerse más análisis detallados para verificar si el ADN recuperado de restos óseos familiares está lo suficientemente bien conservado para confirmar plenamente estos hallazgos.

Es importante señalar también que el trabajo no es una investigación revisada por pares, como indica IFL Science. Además, según la misma fuente, nunca se ha identificado el ADN confirmado del propio Leonardo da Vinci. En el caso del proyecto, además de la investigación genealógica, se analizaron fragmentos óseos recuperados de la tumba de la iglesia de Santa Croce de Vinci, donde se cree que se encontraban algunos familiares de Leonardo.

El proyecto, iniciado en 2016 y coordinado desde la Universidad Rockefeller con la participación del Instituto J. Craig Venter y la Universidad de Florencia, representa un hito en la intersección entre ciencia, historia y cultura. Si los investigadores logran secuenciar suficientes fragmentos de ADN, podríamos estar ante una nueva era en nuestra comprensión del hombre que pintó la Mona Lisa y diseñó máquinas voladoras siglos antes de su tiempo.

Fuente: Deutsche Welle.

Un enorme árbol genealógico para comprender la familia humana

Combinar miles de genomas modernos y antiguos para construir la mayor genealogía humana hasta la fecha es lo que ha logrado un equipo internacional de científicos.

El estudio, publicado en la revista Science, muestra los principales acontecimientos de la historia de la humanidad, así como su cronología y localización geográfica.

La secuenciación del genoma humano en las dos últimas décadas ha dado lugar a un conocimiento más profundo de nuestro pasado evolutivo. De esta forma, se han generado datos genómicos de cientos de miles de individuos, incluidos los de miles de personas prehistóricas.

Un equipo de científicos ha aplicado un nuevo método no paramétrico que combina datos de registro en árbol de genomas humanos antiguos y modernos, lo que les ha permitido deducir una genealogía completa humana.

“Un método no paramétrico significa que tuvimos que hacer muy pocas suposiciones sobre la naturaleza de las migraciones humanas. Por ejemplo, no necesitamos conjeturar si hubo una, o solo unas, pocas migraciones fuera de África, o que ocurrieron de una manera determinada, en un momento concreto.

Nuestro objetivo es dejar que los datos hablen por sí mismos”, dice Yan Wong, del Centro Li Ka Shing para la Información y el Descubrimiento de la Salud en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y coautor del estudio que publica la revista Science.

Con esta técnica, el ancestro de dos individuos se asigna geográficamente al punto medio entre la localización geográfica de sus dos descendientes y se van determinando sus ancestros en el pasado. “Aunque sabemos que este método es imperfecto, parece recapitular bien muchos de los movimientos humanos conocidos. Quizás la sorpresa es, de hecho, que funciona razonablemente bien”, declara Aida Andres, del Instituto de Genética del University College de Londres y autora de un artículo en la misma revista, como comentario a este trabajo.

Hasta la fecha, se habían recogido miles de genomas humanos, que contienen segmentos de diferentes y múltiples ancestros de distintas edades. En consecuencia, la elaboración de una imagen completa de la genealogía y la variación genómica a lo largo de la historia humana representa un reto técnico.

Ahora, Wong y su equipo han logrado construir un enorme árbol genealógico para toda la humanidad. “Al tratar toda nuestra ascendencia como una sola red, podemos estimar características generales de los antepasados comunes en el árbol genealógico humano, como su edad e incluso potencialmente su ubicación. Nuestro método se podrá escalar potencialmente a millones de genomas”, asegura Wong.

La historia que generó toda nuestra variación genética

Dado que las regiones genómicas individuales solamente se heredan de un progenitor, la ascendencia de cada punto del genoma puede considerarse como un árbol. El conjunto de árboles, conocido como ‘secuencia arbórea’ o ‘gráfico de recombinación ancestral’, enlaza las regiones genéticas a través del tiempo con los ancestros en los que apareció por primera vez la variación genética.

En total, se usaron ocho bases de datos diferentes que incluyeron un total de 3 609 secuencias genómicas individuales de 215 poblaciones. Los genomas antiguos incluían muestras halladas en todo el mundo, con edades comprendidas entre 1 000 y más de 100 000 años. Los algoritmos predijeron dónde debían estar presentes los ancestros comunes en los árboles evolutivos para explicar los patrones de variación genética. La red resultante contenía casi 27 millones de ancestros.

Anthony Wilder Wohns, que llevó a cabo la investigación en la Universidad de Oxford y que ahora es investigador postdoctoral en el Instituto Broad del MIT y Harvard (Estados Unidos), explica que: “Aunque en esta genealogía se incluye una enorme cantidad de detalles, observar la edad media y la ubicación de los antepasados proporciona una gran visión de las características generales de la historia humana. A veces, podemos incluso mostrar todos estos datos para revelar patrones importantes”.

Tras añadir los datos de localización de estos genomas de muestra, los autores utilizaron la red para estimar dónde habían vivido los ancestros comunes. Los resultados recapitularon con éxito acontecimientos clave de la historia evolutiva humana, incluida la migración fuera de África.

“Hace tiempo que se sabe que hubo una dispersión fuera de este continente, quizá hace unos 100 000 años. Las señales de este acontecimiento se encuentran en partes del genoma como el mitocondrial, el cromosoma. Y varios otros genes. Sin embargo, nuestra genealogía muestra, por primera vez, que la señal de este acontecimiento está claramente presente en todo el genoma”, señala Wong.

Los investigadores observaron señales de linajes ancestrales muy profundos en África, el evento fuera de África, y la introgresión o incorporación arcaica de genes en Oceanía.

Las mutaciones que nos dan las pistas

Este método también tiene en cuenta los datos que faltan y los erróneos, y usa genomas antiguos fragmentados para ayudar a identificar el momento de la aparición de los alelos.
“Estos son variantes genéticas. Aparecen por mutación en algún momento, y si se establecen a partir de ese instante, esa posición genómica será variable en la población. Unos cromosomas tendrán un alelo, otros el otro. Podemos inferir la edad de esos alelos usando genomas modernos, pero es un problema difícil y lo hacemos con poca resolución”, revela Andres.

Lo que han hecho en este estudio es usar genomas antiguos de baja calidad para ayudar a determinar su edad. Para cada alelo se han preguntado cuándo lo ven por primera vez. Si, por ejemplo, se observa en un genoma de hace 5 000 años, sabrán con certeza que esa mutación tiene más de esa edad.

“Esto ayuda a mejorar los modelos que nos permiten inferir la historia demográfica humana. Pero, además, si ese alelo tiene efectos importantes —por ejemplo, si nos permite digerir la lactosa, o si aumenta el riesgo de una enfermedad—, mejorar la inferencia de la edad del alelo nos ayuda a entender la historia de ese fenotipo o de esa enfermedad”, continúa la investigadora del University College.

Gil McVean, otro de los coautores de la Universidad de Oxford, recalca: “Los conjuntos de datos genómicos que utilizamos se han construido a partir de muchas fuentes diferentes y utilizando distintos métodos. Inevitablemente, se producen ciertos tipos de error. Nuestro enfoque ayuda a identificarlos. Estimamos que la tasa es pequeña, menos del 0,5 % de los lugares de variantes en el genoma, pero su eliminación crea una imagen más precisa y completa de la variación genómica humana”.

Aunque el estudio se centra en los seres humanos, el método es válido para la mayoría de los seres vivos.

Limitaciones del estudio

Wilder Wohns, por su parte, explica que una de las principales limitaciones de este trabajo es que utilizan un método muy simple para estimar la ubicación de nuestros antepasados.
“Se podría trabajar mucho más en este campo. Además, nuestras estimaciones de la ubicación de los ancestros están limitadas en última instancia por las de las secuencias genómicas. Por ejemplo, la precisión de nuestra reconstrucción de las migraciones de los pueblos indígenas a las Américas se ve dificultada por la relativa escasez de muestras del noreste de Siberia y el noroeste de Norteamérica”, añade.
Además, si se produjeran grandes migraciones históricas que no dejaran descendientes locales, la precisión de dichas estimaciones de la ubicación de los ancestros se vería disminuida.
Por último, el método tiene en cuenta los errores de los conjuntos de datos genéticos utilizados, pero no lo hace a la perfección. Esto también puede afectar a las estimaciones de la edad y la ubicación de nuestros antepasados.

“Desde mi punto de vista, una de las mayores limitaciones de todo estudio que utiliza las grandes bases de datos de genomas existentes —incluido este— es que no tenemos una representación adecuada de todas las poblaciones humanas. Las bases de datos están sesgadas hacia poblaciones muy estudiadas. Por ejemplo, las europeas. Pero esto ocurre, no solo en esta investigación, sino en la mayoría del trabajo genómico actual, y se solucionará solo secuenciando más genomas de más poblaciones mundiales”, concluye Andres.

SINC

Referencia:
Wilder Wohns A. et al. «A unified genealogy of modern and ancient genomes».Science

Célula con genoma artificial

J. Craig VenterLa primera célula con genoma artificial fue creada por el equipo liderado por John Craig Venter, biólogo y empresario estadounidense, presidente fundador de Celera Genomics, cuyos trabajos contribuyeron a descifrar la secuencia de bases nitrogenadas de nuestro ADN durante sus investigaciones sobre el genoma humano.

La capacidad de producir células sintéticas es esencial para los investigadores dedicados a la producción de ADN sintético pues estas células portan una marca que permite distinguir entre el ADN producido por ellas de aquel producido por células naturales. Si estos métodos pueden generalizarse, el diseño, la síntesis, el ensamblaje y el trasplante de cromosomas sintéticos ya no serán una barrera para el progreso de la biología sintética y sus aplicaciones. Sigue leyendo «Célula con genoma artificial»

Kary Banks Mullis

Kary Banks MullisKary Banks Mullis (1944- ) bioquímico estadounidense inventor en el año 1983 de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR), por este logro compartió con Michael Smith el Premio Nobel de Química en 1993.
La técnica de PCR es simple, y en pocas horas puede hacer billones de copias de un fragmento específico de ADN. Es una gran ayuda para el diagnóstico de infecciones bacterianas y virales, capaz de usar una muestra muy pequeña de material genético para identificar el agente causal. La PCR es valiosa en la genética y en ciencias forenses, permite identificar enfermedades genéticas a partir de muestras de ADN. Usando pequeños fragmentos de tejidos, la PCR puede generar suficiente cantidad de ADN para identificar padres y familiares, sospechosos de crímenes, cuerpos, restos antropológicos o fósiles. La PCR es también una herramienta básica en la secuenciación de los genes.

Fuente: Today in Science