Michael Ellis de Bakey (1908-2008)
Médico y cirujano cardiovascular de Estados Unidos. El mismo año de su graduación como médico, en la Universidad de Tulane (1932), diseñó un aparato de bombeo que luego fue crucial en las operaciones a corazón abierto, como instrumento para mantener el flujo sanguÃneo entre dicho órgano y los pulmones. Tres años más tarde se doctoró por la misma institución, trasladándose a Texas para ocupar la cátedra de cirugÃa de la Universidad Baylor. Ya en su nuevo puesto, desarrolló un método eficaz para el tratamiento de los aneurismas aórticos mediante la sustitución de los vasos sanguÃneos dañados por injertos de otros conservados en congelación. En 1956 perfeccionó este último método al sustituir la técnica del injerto por la introducción de pequeños conductos de plástico. En 1963 anunció el primer implante con éxito de un mecanismo de asistencia cardÃaca a un ser humano. Ese mismo año recibió el Premio Lasker, galardón médico más importante de Estados Unidos. En principio fue reacio a los trasplantes de corazón, más tarde, se convenció de su utilidad.
Denton A. Cooley (1920) cirujano nacido en Houston, Texas, se considera pionero del trasplante cardÃaco, pues fue el primero en implantar un corazón artificial a un humano. En la década del 60, Cooley realizaba delicadas cirugÃas cardÃacas en corazones de niños con cardiopatÃas congénitas, y fue el primer cirujano que logró éxitos en la eliminación de embolismos pulmonares. El 3 de mayo de 1968 realizó el primer trasplante cardÃaco humano. El 4 de abril de 1969, en el St. Luke’s Hospital de Houston, Arthur Denton Cooley, junto a Michael DeBakey y otros colegas, al no disponer de un corazón para trasplantarle a una mujer de 47 años con una enfermedad del músculo cardÃaco, implantó temporalmente un corazón mecánico construido con silicona. Este corazón artificial experimental se utilizó durante 65 horas, y se retiró cuando se dispuso de un corazón humano. Aunque la paciente murió poco después a consecuencia de una neumonÃa, la intervención de Cooley se considera un éxito completo.