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Los primeros juguetes de la prehistoria fueron pequeñas figurillas de animales, canicas o miniaturas de objetos adultos

Los juegos infantiles son fundamentales para el desarrollo de niños y niñas. Sin embargo, poco sabemos de estos objetos en las épocas prehistóricas. Margarita Sánchez Romero ha dedicado parte de su trabajo de investigación a visibilizar el papel de las mujeres y el mundo infantil de la prehistoria reciente, un campo desdibujado en la arqueología.

En los registros arqueológicos es común que los objetos relacionados con los usos que hacían de ellos mujeres, niños y niñas pasase desapercibido por un problema de interpretación. Margarita Sánchez Romero (Madrid, 1971), profesora e investigadora de la Universidad de Granada, de la que actualmente es vicerrectora de Igualdad, Inclusión y Sostenibilidad, dedica parte de su trabajo a ampliar este conocimiento desde una perspectiva de arqueología feminista.

¿Por qué los niños y niñas aparecen poco en los registros arqueológicos?

A lo largo de la historia, la infancia no ha sido considerada como una etapa de la vida que tuviese interés para el estudio de las sociedades del pasado. Esto es debido, en primer lugar, al concepto de niñez en las sociedades occidentales contemporáneas, que raramente los considera como actores en las dinámicas económicas y sociales de las comunidades. Así, se traslada nuestro concepto de infancia (presente y occidental) a cualquier periodo histórico previo. En segundo lugar, se ha argumentado la dificultad de reconocerlos en el registro arqueológico, es decir, no se estudian porque no podemos verlos.

¿A qué se debe esta invisibilidad?

Se relaciona con el hecho de que las prácticas de cuidado, socialización y aprendizaje, muy vinculadas al mundo infantil, se relacionan con los trabajos de las mujeres, y sabemos el escaso reconocimiento que han tenido esas prácticas (y quienes las han realizado) en la explicación del desarrollo de las sociedades. Así, los niños y niñas han sido considerados como miembros pasivos de las sociedades que no influyen en los procesos económicos y sociales. Esto ha perpetuado la idea de que son seres incompletos biológica y socialmente, y han sido percibidos solo con relación al mundo adulto y a sus actividades.

¿Es importante conocer cómo y a qué jugaban?

A través del análisis de la cultura material, es decir, de los objetos que aparecen tanto en los contextos domésticos como en las sepulturas, sabemos que niños y niñas imitan el mundo de los adultos reproduciendo roles biológicos y sociales. En ese contexto, los juguetes y los juegos son el medio perfecto transmitir los comportamientos propios de la edad, del género o de la clase social, y además se utilizan como mecanismos para empezar a introducir determinados trabajos y responsabilidades.

¿Qué tipo de juguetes prehistóricos existen?

Entre ellos podemos encontrar juguetes que fueron fabricados específicamente para ser utilizados como parte de sus juegos. Otros están hechos a partir de objetos desechados por los adultos y que son reutilizados con la misma u otra función —por ejemplo, una taza descascarillada que pasa a formar parte de los juegos infantiles o la cámara de un neumático que se convierte en parte de un columpio—, pero también existen objetos que probablemente fueron realizados por los propios individuos infantiles como parte de su aprendizaje y socialización, al imitar los trabajos y los artefactos de los adultos. Algunos son fácilmente reconocibles y, en otros casos, dependemos del contexto en el que se encuentren para poder identificar su función adecuadamente.

¿Cuáles son los primeros juguetes que se conocen?

Los primeros elementos que podemos considerar juguetes en la prehistoria tienen que ver con pequeñas figurillas de animales en arcilla o hueso (como el león de Isturitz realizado en hueso y de época magdaleniense o los cerditos de arcilla de la Edad del Bronce del yacimiento de Maszkowice), canicas, juegos de tabas o miniaturas de objetos adultos (por ejemplo, pequeños recipientes cerámicos).

¿Qué nos aportan sobre el conocimiento de las sociedades en las que vivían?

Su estudio nos permite acercarnos a un momento de la vida de las personas que es crucial, no solo para el desarrollo personal, sino también para la propia reproducción social del grupo. Es el período en el que se adquieren habilidades y conocimientos, se aprende el uso de la tecnología, se asumen sistemas de creencias, se forma la personalidad y se inculcan valores y actitudes hacia el mundo que nos rodea. Y todo ello deja huellas en los objetos que utilizaron, los espacios en los que desarrollaron sus actividades y en sus propios cuerpos.

¿Por qué desde la arqueología?

Aproximarnos con metodología arqueológica a cómo han pasado por los procesos de crecimiento biológico y social, conocer con qué objetos y espacios se relacionaban o analizar los mecanismos de socialización y aprendizaje utilizados por las distintas sociedades, supone un acercamiento a los individuos infantiles y a las sociedades en las que viven. Esto abre enormes posibilidades de entender cómo cada sociedad articula las distintas estrategias que le servirán para poder mantener sus dinámicas sociales, culturales, políticas o identitarias.

¿Cuándo empieza a haber un estudio sistemático de los juegos infantiles?

Desde la primera toma de conciencia de la presencia arqueológica de niños y niñas y su influencia en la formación del registro arqueológico, pasando por la primera vez que son considerados como sujetos activos de las sociedades en el artículo de Grete Lilehammer de 1989 A child is born. The child’s world in an archaeological perspective , hasta la actualidad, son muchos los avances que se han producido en el conocimiento sobre la infancia.

Aunque su estudio en las sociedades prehistóricas es relativamente reciente, está ofreciendo resultados que demuestran la pertinencia de prestar atención a estos grupos sociales; desde la propia concepción de lo que significa la infancia, al estudio de sus cuerpos desde una perspectiva bioarqueológica, al análisis de los espacios que ocuparon o intervención en la ritualidad de sus comunidades entre otras temáticas.

En España, ¿cómo comienzan este tipo de trabajos?

En España, la denominada ‘arqueología de la infancia’ debe, en buena parte, su desarrollo a investigadoras procedentes de la arqueología feminista y de género que han entendido la importancia de la relación (más o menos construida) entre las mujeres y los individuos infantiles, la invisibilización que ambos grupos han sufrido y las posibilidades que su estudio puede proporcionar al discurso histórico.

Este interés por la infancia queda patente además en la proliferación de congresos como los primeros celebrados en la Humboldt- Universidad de Berlín (2004), en la Universidad de Kent (2005), en el Bergen Museum (2006) o los congresos anuales organizados en el marco de la Society for the Study of Childhood in the Past.

Este último es un grupo de trabajo de carácter internacional y multidisciplinar que promueve el estudio de la infancia en el pasado y tiene su origen en el trabajo y la reflexión de investigadoras e investigadores que, tanto a nivel teórico como metodológico, comenzaron a examinar todos aquellos elementos a través de los cuales era posible acercarse a la infancia y a la edad en el registro arqueológico.

En su caso, ¿por qué decidieron crear el proyecto Pastwomen?

Pastwomen es proyecto colectivo, un espacio colaborativo entre investigadoras, gestoras, profesoras y otras profesionales vinculadas al patrimonio prehistórico y protohistórico cuyo objetivo principal es promover la visibilización de las perspectivas feministas en arqueología e historia.
Un proyecto y una red de investigación que, apoyándose desde un primer momento en proyectos de investigación obtenidos en convocatorias competitivas, tiene una doble misión. Por un lado, generar conocimiento a través de investigación específica que permita conocer aspectos concretos de la vida de las mujeres —y de otros grupos, como la infancia o la senectud— en el pasado; por otro, y partiendo de esa investigación, generar los recursos de divulgación correspondientes a través de diferentes estrategias.
Pretendemos corregir el enorme vacío en el conocimiento histórico sobre las mujeres desde el conocimiento científico de excelencia y la divulgación de calidad, usando el trabajo en red como herramienta básica.

¿Cuáles son los últimos estudios que han desarrollado?

Se han realizado seminarios, congresos, reuniones científicas y varias publicaciones. Pero sin duda una de las consecuencias más significativas del trabajo es la página web que pretende dotar de visibilidad a las líneas de investigación en arqueología e historia que se vinculan al estudio de la cultura material de las mujeres, al tiempo que pretende proporcionar recursos actualizados desde las perspectivas feministas a todos los sectores involucrados en la divulgación histórica.

Los contenidos de la web derivan del análisis de la cultura material realizada por cada una de las componentes del equipo en sus diferentes líneas de investigación. Contiene además una mediateca, una base de datos bibliográfica, un mapa de investigación y una base de datos de grupos de investigación. Dedicamos también un apartado a ofrecer recursos con enlaces a webs, documentos, artículos online, un canal de YouTube y descargas directas de contenidos para su uso en el ámbito educativo.

Fuente:SINC