Marie Maynard Daly

Mary M. DalyMarie Maynard Daly (1921-2003), bioquímica, fue la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en química en Estados Unidos de Norteamérica. Dedicó su vida como investigadora a trabajar en áreas de salud, en particular los efectos sobre el corazón y las arterias de factores tales como el envejecimiento, el tabaquismo, la hipertensión y el colesterol. Además de dedicarse a la investigación, enseñó durante quince años bioquímca en el Colegio Albert Einstein de la Universidad Yeshiva de Medicina.

Marie Maynard Daly nació en Corona, Queens, barrio de la ciudad de Nueva York, el 16 de abril de 1921. Sus padres, Iván C. Daly y Helen (Page), la alentaron en los estudios. Su padre soñó con ser químico y asistió a la Universidad de Cornell, pero no pudo completar su educación por motivos económicos y se convirtió en un empleado de correos. Daly asistió a escuelas públicas locales en Queens y se graduó en el Hunter College High School en Manhattan. Ella atribuye su interés por la ciencia a la formación científica tanto de su padre como a la lectura de libros, como los «cazadores de microbios» de Pablo DeKruif.

Daly matriculó química en la Universidad de Queens graduándose de licenciada en 1942. Al año siguiente recibió su M.S. de la Universidad de Nueva York y luego fue a la Universidad de Columbia, donde entró en el programa de doctorado en bioquímica. En 1948 hizo historia en esa universidad, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en química.

Daly comenzó a impartir clases durante su etapa de estudiante en la universidad. Comenzó su carrera profesoral un año antes de recibir el doctorado, cuando aceptó un puesto en la Universidad Howard en Washington, DC, como instructor en ciencias físicas. En 1951 regresó a Nueva York primero como investigador invitado y luego como asistente de fisiologíael en el Instituto Rockefeller. En 1955 ya era asociado de bioquímica en el Servicio de Investigación de la Universidad de Columbia en el Hospital Memorial de Goldwater. Allí estuvo hasta 1971 en que pasó a profesor asociado de bioquímica y medicina en el Colegio de Medicina Albert Einstein de la Yeshiva University de Nueva York.

Daly llevó a cabo la mayor parte de su investigación en áreas relacionadas con los aspectos bioquímicos del metabolismo humano (cómo el cuerpo procesa la energía que necesita) y el papel de los riñones en ese proceso. Ella también estudió la hipertensión y la aterosclerosis. Su último trabajo posterior se centró en el estudio del cultivo de las células del músculo liso de la arteria aorta.

Durante su carrera, desempeñó varios cargos junto a las actividades docentes, como investigador de la American Heart Association 1958 a 1963 y  científico de carrera para el Consejo de Investigación Médica de Nueva York desde 1962 a 1972. Fue también miembro del Consejo de Aterosclerosis y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, miembro de la American Chemical Society, miembro de la junta de gobernadores de New York Academy of Science desde 1974 a 1976, y miembro de la Sociedad de Harvey, la Sociedad Americana de Químicos Biológicos, la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, la Asociación Nacional de Empresas de Mujeres Profesionales y Negras, y Phi Beta Kappa y Sigma Xi. En 1988, Daly ha contribuido a un fondo de becas establecido en el Queens College para ayudar a los estudiantes afroamericanos interesados ​​en las ciencias. Daly, quien se casó con Vicent Clark en 1961, se retiró de la enseñanza en 1986.

John Holter

John HolterJohn Holter (1916-2003) fue un inventor, ingeniero hidráulico estadounidenseo que creó la primera válvula utilizada en el tratamiento de la hidrocefalia con el fin de salvar a su hijo. Podemos suponer que en 1955 John Holter era un hombre feliz. Hacía poco que se había casado, tenía un buen trabajo como técnico hidráulico y su esposa estaba embarazada luego de varios años de espeera. Sin embargo, la dicha terminó muy pronto. El recién nacido, Casey Holter, no nació sano, de inmediato se le diagnosticó una espina bífida, una grave enfermedad que provoca hidrocefalia.

En los 50, la enfermedad se trataba, con audacia. Se perforaba la fontanela con una aguja, para después extraer algo del líquido sobrante con una jeringuilla. Así se mantenía la presión en unos niveles aceptables, lo que permitía al paciente seguir vivo. Este proceder se realizaba, dependiendo de los casos, varias veces al día. En particular, al hijo de Holter, debía puncionarse dos veces al día. Así fue que aprendió de los cirujanos Eugene Spitz y Frank Nulsen que la existencia de una válvula adecuada para drenar el líquido del cerebro podría mantenerer normal la presión intracraneal.

La novedosa técnica dio esperanzas a los Holter. Un neurocirujano trató de insertar una válvula que transvasase el líquido cefalorraquídeo a la sangre. Desgraciadamente, la técnica no estaba bien desarrollada y al insertar el catéter el niño presentó problemas en el corazón y su cerebro quedó gravemente dañado. Tras este fracaso, John, estando familiarizado con la hidráulica, se interesó por el dispositivo usado en la intervención. Se puso a estudiar el problema y en unos meses encontró el mecanismo adecuado para simular el proceso de desalojo del fluido sin peligros, y también los materiales para no dañar el tejido.

Con el propósito de salvar a su hijo, Holter inventó una válvula de silicona que se cierra con la presión, para evitar problemas de taponamiento. Posteriormente el aditamento se refinó y patentó. La válvula, que es de una sóla vía, permite que una parte del líquido cefalorraquídeo sea liberada en la aurícula cardíaca.

Su hijo todavía se estaba recuperando de la última operación, así que la invención se probó en otro niño. La intervención fue un éxito y el paciente sobrevivió. Casey Holter, hijo de John Holter, sin embargo, murió 5 años después. Nunca se recuperó del intento de colocar la primera válvula. Nunca pudo probar lo que su padre había hecho para él. Papá llegó tarde.

Spitz y Holter crearon luego una compañía para la producción de las derivaciones utilizando silicona silástica. Con el desarrollo de la silicona, la derivación distal a peritoneo, antes limitada por la reacción al Polivinilo, se impuso hacia 1970, repopularizada por Raimondi y Matzumoto entre otros.

La Válvula de Spitz-Holter ha ayudado a millones en todo el mundo desde finales de la década de los 50. Holter fue también el creador de otros aditamentos médicos, incluyendo las bombas para diálisis, válvulas cardíacas artificiales y tendones para los dedos.

Fuente:
Today in Science
Una bella venganza
John Holter brain engineer

Clemente Inclán Costa

Clemente Inclán CostaClemente Inclán Costa (1879-1965) prestigioso pediatra cubano que fuera, durante 60 años, profesor titular de la asignatura de Patología Experimental. Se desempeñó como Rector de la Universidad de La Habana y fue Presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana.

La familia de Rafael Inclán, rico asturiano radicado en la capital cubana, dio al país dos destacados médicos: Clemente, pediatra, y Alberto (1890-1965), profesor fundador de la Cátedra de Ortopedia. Clemente nació el 19 de marzo de 1879, estudió medicina en la Universidad de La Habana, allí practicó deportes, obtuvo excelentes resultados académicos y se graduó como Doctor en Medicina en 1901.

En 1904 fue nombrado Ayudante graduado en Bacteriología y Patología Experimental, en 1924, obtuvo la cátedra de esta especialidad de la que llegó a ser Profesor Titular durante 60 años.

Fundador, junto a Ángel Arturo Aballí, de la Revista de Pediatría y su director de 1916 a 1919. El 7 de octubre de 1928 se constituyó la Sociedad Cubana de Pediatría, de la de la que fue designado socio de honor.

La principal producción científica del doctor Inclán versó sobre patología médica infantil y bacteriología. Sus trabajos tuvieron gran repercusión nacional por la utilidad que reportaban a los médicos cubanos, especialmente a los pediatras, como lo demuestra el premio que le otorgó el II Congreso Médico Nacional por los resultados de su investigación científica acerca de las enteritis infantiles.

Dados sus méritos científicos y docentes, el doctor Clemente Inclán fue electo, en claustro general, Rector de la Universidad de La Habana, cargo del que tomó posesión el 13 de febrero de 1930. Dos días más tarde se inauguró el Primer Congreso Internacional de Universidades, auspiciado por la Universidad de La Habana, que conjuntamente celebraba el bicentenario de su fundación. Inclán renunció a su puesto de Rector por los crímenes y la represión de la dictadura de Gerardo Machado para no hacerse cómplice de la tiranía.

En 1931 fundó la revista científica Archivos de Medicina Infantil, órgano del servicio de pediatría del Hospital Universitario «General Calixto García» que se publicó hasta 1960. También dirigió, junto con los profesores Pedro Castillo Martínez y Luis Ortega Bolaños, la revista Archivos de Medicina Interna (1935-1958).

El 14 de septiembre de 1944, es reelecto Rector de la Universidad de La Habana. En esta etapa auspicia la creación de la colección de la Biblioteca de Autores Cubanaos de la Universidad de La Habana (1944-1966). Desde entonces fue reelecto rector de forma ininterrumpida.

Casi una década después, en febrero de 1952, toma nuevamente posesión del cargo de Rector, en esta oportunidad para el trienio 1952-55, al término del es reelecto para el trienio 1955-58.

El 30 de marzo de 1956, en Sesión Solemne de la recién fundada Sociedad Cubana de Historia de la Medicina, su Presidente fundador, el Dr. Horacio Abascal, anunció la designación como Presidentes de Honor a los doctores Clemente Inclán Costa, Octavio Montoro Saladrigas y José Martínez-Fortún Foyo.

En 1959, el Rector Inclán fue uno de los 23 profesores de medicina que no abandonaron el país y fue ratificado como Rector, siendo ya Rector Magnífico, respetado y admirado por su magnífico ejemplo de hombre de ciencia y gran compromiso social. El 11 de enero de 1962 fue designado Rector Consultante, cargo en el que se mantuvo hasta su fallecimiento en 1965.

Colaboración de: Lic. María del Carmen Amaro Cano
Fuente: EnCaribe.org  http://www.encaribe.org/index.php?option=com_content&view=article&id=2619:clemente-inclan-costa&catid=88:pedagogia&Itemid=102
– Expediente Estudiante 7179. Archivo Histórico de la Universidad de La Habana.
– Expediente Administrativo 5774. Archivo Histórico de la Universidad de La Habana.
– Abascal H. “Entrega de títulos de Presidentes de Honor a los doctores Clemente Inclán Costa, Octavio Montoro Saladrigas y José A. Martínez Fortún Foyo. Palabras de apertura”, en: Revista de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina.  La Habana, 1958. Vol. 1 Número 1 enero-marzo.
– Delgado García G. “Presencia de los asturianos en la historia de la medicina cubana”, en: Cuadernos de Historia de la Salud Pública. No.99 La Habana Enero-Junio 2006.

Dr. Gerabel Roca Soler

Profesor Gerabel Roca SolerDr. Gerabel Roca Soler (1923- ) fisiólogo cubano, es Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, nació en Trinidad, actual provincia de Sancti Spíritus. Comenzó a estudiar medicina en 1942 y se graduó en 1950. En 1959 se desempeñó como gastroenterólogo en los hospitales de Moa y Topes de Collantes. En 1960 se incorpora al claustro de profesores de la Facultad de Medicina como profesor interino de Fisiología.

En 1962 alcanza la categoría de Profesor Titular de Fisiología y es uno de los fundadores del Instituto de Ciencias Básicas y Preclínicas «Victoria de Girón». En la actualidad, luego de 50 años de magisterio, aún forma parte del claustro de esta emblemática Institución a la que ha dedicado la mayor parte de su vida profesional.

Ha desarrollado una incesante labor docente, educativa e investigativa. Participó en más de 60 eventos científicos nacionales e internacionales y como miembro o presidente en numerosos tribunales de especialidad, categorías docentes y otros.

El profesor Gerabel Roca ha sabido unir su profesionalidad y humanismo como médico a la noble misión de enseñar y formar a múltiples generaciones de profesionales del sector, a quienes ha inculcado el sentido de la dignidad y el respeto por la vida humana, contribuyendo así, de manera modesta y callada, a los grandes logros y avances de la Salud Pública cubana en el ámbito nacional e internacional.

Fuente: Moré Cuesta Cosme. Profesor Doctor Gerabel Roca Soler, modelo de dedicación a las ciencias de la salud. Rev haban cienc méd  [revista en la Internet]. 2011;10(4):424-426.