El 12 de enero de 1726, Thomas de Linares, Prior del Convento de San Juan de Letrán de La Habana, con motivo de la concesión otorgada desde el 12 de septiembre de 1721 a la Orden de Predicadores por el Papa Inocencio XIII para fundar una universidad, autorizó la apertura de cursos de Medicina, que se comenzaron a impartir ese mismo día por el Dr. González del Álamo.
Y desde el 20 de octubre de 1722, se unió el Dr. Hernández Catategui. Los primeros alumnos de la universidad fueron José Arango Barrios, Esteban de los Ángeles Vázquez Rodríguez y José Melquíades Aparicio de la Cruz, tres miembros del convento, que abandonaron la carrera eclesiástica para comenzar a estudiar medicina.
En esa época no existían todavía universidades en Cuba y, por tanto, los cubanos solo podían aspirar a entrar en la milicia o a practicar el sacerdocio. Al terminar los estudios, estos jóvenes, junto a su profesor González del Álamo, el Dr. Ambrosio Medrano, que se formó en México, y el médico francés Louis Fontaine Cullembourg, constituyeron el primer claustro médico de la Real y Pontificia Universidad de La Habana, al inaugurarse el 5 de enero de 1728.
El el mundo, las escuelas propiamente de medicina van a surgir fuera de las universidades o como una de sus facultades o se incorporarán a ellas. Como ejemplo de las primeras está la más antigua, la Escuela de Salerno, con la cual la medicina medieval comenzó a tener carácter laico y una formación anatómica y clínica más científica. Le siguió la escuela de Montpellier.
Más tarde fueron las Universidades las que asumieron los estudios médicos teóricos. Las más antiguas que se conoce fueron la de París (1111), la de Bolonia (1158) y la de Oxford (1167).
En el Nuevo Mundo las primeras Universidades fueron la de Santo Domingo, autorizada por la bula de Pablo III del 28 de octubre de 1538, y la de San Marcos de Lima, por Real Cédula de Carlos I del 12 de mayo de 1551.
Edición: Lic. Tania izquierdo Pamias y Dra. Mirta Núñez Gudás
Fuentes bibliográficas:
– Síntesis histórica de la Universidad de La Habana. Luis F. Leroy Gálvez. La villa en 500 años