El primer caso de muerte por cáncer registrado en Cuba, ocurrió el 4 de marzo de 1637. Se trataba de un ciudadano portugués, Antonio Hernández, fallecido a consecuencia de una úlcera maligna de la región facial. Los registros parroquiales del suceso se conservaron en los archivos de la Santa Iglesia Metropolitana, de San Cristóbal de La Habana. Asà quedó registrado el hecho como Noli me tangere, es decir, ¨no tocar¨, que era como se definÃa el cáncer en aquella época. El europeo que venÃa a América sufrÃa más que nadie el efecto dañino de los rayos solares del trópico, para los cuales no tenÃa ninguna defensa o adaptación antropológica.
Nicolás J. Gutiérrez Hernández (1800-1890), fundó en 1840 el ¨Repertorio Médico Habanero¨, publicación en la que los médicos cubanos expusieron por primera vez los resultados de sus observaciones y opiniones cientÃficas. Precisamente en esta revista se publicó en 1843 el primer trabajo sobre la cirugÃa del cáncer en Cuba, como recurso de intervención utilizado para esta enfermedad en aquella época. Se trataba de la extirpación del maxilar superior, realizado por el ilustre profesor Dr. Fernando González del Valle y Cañizo, a una joven de raza negra de 18 años dedicada a labores del campo y tareas domésticas que fue ingresada en el hospital ¨San Francisco de Paula¨con una tumoración que ocupaba toda la parte lateral izquierda del rostro.
En aquel momento se calificó como tumor escirro, probablemente un osteosarcoma del seno maxilar.
Años después, en el VI Congreso Médico Nacional, celebrado en 1925, se crea la Liga Contra el Cáncer para organizar todo lo relacionado con la práctica de la OncologÃa en la mayor de las Antillas.
Por iniciativa de la junta directiva de la Liga, el gobierno de turno dió luz verde al proyecto de construir, dentro del hospital ¨Calixto GarcÃa¨, un local donde pudieran ser atendidos los pacientes aquejados por esa enfermedad.
El 19 de mayo de 1929 queda inaugurado el flamante Instituto del Cáncer, dirigido por el doctor Emilio MartÃnez. Asà nació el primer centro médico que existió en el paÃs para tratar las neoplasias malignas.
Según refiere el doctor Antonio Fernández Mirabal, profesor de Mérito del Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, en 1945 tiene lugar la apertura del dispensario de la Liga Contra el Cáncer, ubicado en la calle F entre 29 y la entrada del Castillo del PrÃncipe, el cual acoge las consultas, el departamento de Radioterapia del Instituto, y las oficinas de la citada organización.
Para el doctor Fernández Mirabal, es imposible hablar de la historia de la oncologÃa en Cuba sin mencionar la obra de Zoilo Marinello.
«Él fue un entusiasta impulsor de las investigaciones cientÃficas y siempre abogó por introducir los avances mundiales en la especialidad. Cuando en 1966 el Hospital Oncológico de La Habana se convierte en el Instituto Nacional de OncologÃa y RadiobiologÃa (INOR), Marinello, que era su director, plantea de inmediato hacer un departamento de estudios experimentales».
Se proyectan entonces siete lÃneas básicas de trabajo, entre las cuales figuran la quimioterapia citostática a partir del empleo de plantas de la flora cubana, y el uso de los radioisótopos en el diagnóstico y la terapia oncológica.
Edición: Lic. Tania izquierdo Pamias y Dra. Mirta Núñez Gudás
Referencias:
– El don de la perseverancia. Orfilio Peláez. Periódico Granma. Ciencia y técnia 05/11/2009