En nuestra comunidad primitiva el médico o behique ejercÃa las curaciones que sus conocimientos le permitÃan sin que existiera división alguna en sus funciones, más aún ejercÃa las actividades de sacerdote y de consejero del cacique como verdadero sabio de la comunidad.
Al producirse la conquista hispana nos va a llegar la práctica médica europea en la que ya existÃa una división del ejercicio médico en dos grandes ramas: la medicina, que se encargaba del tratamiento de las afecciones internas, de ahà su nombre actual de medicina interna, y la cirugÃa, que se ocupaba de las afecciones externas, por lo que durante mucho tiempo se le llamó también patologÃa externa.
Los cirujanos a su vez se agrupaban en cirujanos latinos, porque eran graduados de bachilleres en artes o filosofÃa y conocÃan el idioma latino, que era entonces la lengua de la cultura y cirujanos romancistas a los más incultos, que sólo poseÃan conocimientos prácticos de la cirugÃa. Pero todos tenÃan que examinarse en el Real Tribunal del Protomedicato, pues sus tÃtulos y no los expedidos por las universidades, eran los únicos que autorizaban el ejercicio legal de la medicina. HabÃa también los graduados de ambas facultades y entonces como médico-cirujanos podÃan ejercer sin limitación alguna todas las funciones inherentes a la profesión.
La AngiologÃa es una especialidad relativamente joven en el mundo pues surgió por los años de la década de 1920 dada por el desarrollo técnico de los métodos radiológicos y en Cuba comenzó a practicarse, agrupadas y sistematizadas las afecciones vasculares periféricas, desde hace medio siglo, primero con un carácter eminentemente clÃnico al que poco a poco se le fue dando una mayor predominancia quirúrgica.
A pesar de reconocer esa juventud relativa de la especialidad, sostenemos que el conocimiento de las afecciones vasculares y su tratamiento quirúrgico, es muy antiguo en nuestro paÃs y está relacionado directamente con grandes figuras de la historia de la medicina cubana.
El doctor Vicente Antonio de Castro Bermúdez, iniciador de la era anestésica en la cirugÃa cubana al aplicar por primera vez en 1847 el método de inspiración del éter, ligó en 1842 la arteria ilÃaca externa a un africano en el Hospital de San Juan de Dios o de San Felipe y Santiago.
El doctor Nicolás José Gutiérrez ligaba la ilÃaca interna o hipogástrica, por primera vez en Cuba, auxiliado entre otros por el doctor José Atanasio Valdés Arango, notable cirujano y primer vicepresidente de la Real Academia de Ciencias Médicas, FÃsicas y Naturales de La Habana.
El doctor José Guillermo DÃaz Marrero, académico, ligó por primera vez en Cuba la arteria carótida interna en 1856 y por esos años el doctor Nicolás José Gutiérrez habÃa ya practicado dos veces la ligadura de la humeral; una, la cubital y la radial por herida del arco palmar; tres la crural y dos la ilÃaca externa. (3)
La bibliografÃa cubana sobre AngiologÃa comienza años más tarde cuando el notable cirujano habanero doctor Ignacio Plasencia Lizaso publicó su folleto «Aneurisma de la arteria ilÃaca externa derecha. Curación por la ligadura».
El doctor Ignacio Plasencia publica en la Revista de Ciencias Médicas en 1889 su artÃculo «Aneurisma óseo», donde describe un caso de tan rara afección, que tres décadas después solo se conocÃan cinco en la literatura mundial. (5) Un año más tarde el doctor Francisco MarÃa Héctor diseñó un original método manual instrumental para combatir la diátesis aneurismática y en 1897 el doctor José A. Presno Bastiony, uno de los inmortales de la cirugÃa cubana, publicó su tesis doctoral «Tratamiento de los aneurismas externos por la compresión digital y consideraciones clÃnicas sobre su tratamiento quirúrgico en general».
El más importante cirujano cubano de su época, el doctor Raimundo GarcÃa Menocal, fue el primero que practicó en Cuba la operación de Mac Ewen o escarificación de la túnica interna de un saco aneurismático. Las observaciones de éste y del doctor Presno Bastiony sobre aneurismas arteriovenosos y poplÃteos, 1891 y 1908 respectivamente, fueron mencionados por los profesores franceses Monod y Vauvertz en su estudio sobre «Tratamiento de los aneurismas arteriovenosos» (1910) (7) y el doctor Presno en 1915 publicó en su Revista de Medicina y CirugÃa de la Habana el artÃculo «Extirpación de un aneurisma de la arteria axilar. Curación», en que describe el décimo quinto paciente de dicha afección reportado en todo el mundo.
Con este predominio quirúrgico llegará la AngiologÃa en Cuba hasta los años de la década de 1940, sin que constituyera una especialidad independiente.
Era ya una realidad la especialidad de enfermedades vasculares periféricas en paÃses de alto desarrollo médico como Estados Unidos de Norteamérica, Francia, Italia, Gran Bretaña y otros, cuando se graduó de doctor en medicina en la Universidad de La Habana, en octubre de 1941, el doctor Bernardo Milanés López.
El doctor Milanés de sólida formación clÃnica que lo llevó a ser adscripto de la cátedra de ClÃnica Médica No. 8 de la Facultad de Medicina de su Alma Mater habanera en abril de 1944 y años después instructor de la misma, siempre en la sala «Landeta» del Hospital Universitario «General Calixto GarcÃa», va a abrazar esta especialidad pero con un enfoque fundamentalmente clÃnico. Sobre ello dirÃa: «Jamás me he apartado de la clÃnica: mi especialidad es eminentemente clÃnica». (9)
En el III Congreso Interamericano de RadiologÃa, en Chile, presentó su «Estudio radiológico de la aorta abdominal», donde aporta el método de la aortografÃa por vÃa directa. Otros trabajos suyos aparecieron en importantes revistas extranjeras como el Journal of the American Medical Association y Angiology o nacionales como la Revista Cubana de CardiologÃa y Archivos del Hospital Universitario, y son citados en obras de autores tan importantes en la angiologÃa como Martorell, Pratt, Wright y Haimovici. (10)
Al producirse el golpe de estado militar del 10 de marzo de 1952 y nombrar el dictador mayor general Fulgencio Batista como nuevo Ministro de Salubridad y Asistencia Social al doctor Enrique Saladrigas Zayas, profesor auxiliar de una de las cátedras de ClÃnica Médica de las que era instructor el doctor Milanés, quien trataba en esos momentos de una tromboflebitis al nuevo Ministro, éste nombró al doctor Milanés director del Hospital «Lila Hidalgo», de Rancho Boyeros. (11)
En este pequeño hospital es que va a tomar asiento la nueva especialidad de enfermedades vasculares periféricas en Cuba. A impulsos del doctor Milanés se crea a finales de 1952 la Unidad de Enfermedades Vasculares «Doctor Enrique Saladrigas Lunar», que, si bien su nombre es el del padre del Ministro, también lo es de una de las figuras más eminentes de la clÃnica médica en Cuba de todos los tiempos. Esta unidad fue la primera de su clase no solo en nuestro paÃs sino en América Latina.
A mediados de 1960 al negarse una gran parte del profesorado de la Facultad de Medicina a aceptar la forma de cogobierno universitario, ni la creación de la Junta Superior de Gobierno de la Universidad, ni las juntas de gobierno en las Facultades, en evidente maniobra contrarrevolucionaria, y ser separada finalmente de sus cargos por la Junta Superior de Gobierno, ingresa oficialmente el doctor Mc Cook en el profesorado universitario y en 1961 se le nombra profesor titular del Departamento de CirugÃa.
Ese mismo año logra que el Ministerio de Salud Pública reconozca oficialmente la especialidad de AngiologÃa y comience el perÃodo de residencia como enseñanza de posgrado en la formaciónde los Especialistas de I Grado. Esto representó un paso de avance cuantitativo de tal magnitud que dos décadas después existÃan cinco veces más angiólogos en Cuba que los que habÃaen 1959. Otro paso de avance, de igual magnitud, pero esta vez cualitativo, fue la creación en 1966 del Instituto Nacional de AngiologÃa y CirugÃa Vascular en un pabellón del Hospital General Universitario «General Calixto GarcÃa».
El doctor Mc Cook veÃa asà convertido su pequeño servicio, primero en la sala «Fortún» y después en el pabellón «27 de Noviembre» del Hospital Universitario «General Calixto GarcÃa», de cuya institución fue director, en un centro de investigaciones y docencia al frente del cual se mantendrÃa hasta su fallecimiento.
Fragmentos de la conferencia presentada por el Prof. Pedro Vilorio Barrera en la Jornada Occidental de AngiologÃa y CirugÃa Vascular, Centenario del Hospital Docente «General Calixto GarcÃa», celebrada en le Salón de Actos de dicho hospital el 22 de junio de 1995. Publicado en Cuadernos de Historia de la Salud Pública. No. 84, 1998
Descargue la Conferencia y una amplia actualización sobre el desarrollo de la especialidad en Cuba, por el Profesor Dr. Carlos Durán Llobera.