Destacado salubrista cubano encargado por años del Programa Nacional de Inmunización, destino al que verdaderamente se ha consagrado como higienista social.
Nació el 29 de septiembre de 1932, en la Finca Tínima, del barrio Céspedes, en el municipio Manguito de la provincia Matanzas. Por azares de la vida, en 1852, también un 29 de septiembre, nació un gran salubrista cubano, el doctor Diego Tamayo Figueredo, eminente discípulo de Luis Pasteur, a quien se reconoce como el “padre de la microbiología cubana”. Tamayo Figueredo tuvo a su cargo la organización de los servicios sanitarios de Cuba y, entre otras importantes responsabilidades, fue Presidente de la Cruz Roja y de la Academia de Ciencias Médicas Físicas y Naturales de La Habana y Fundador de la Sociedad Cubana de Medicina Tropical.
Gracias al Dr. Gregorio Delgado García, Presidente de la Sociedad Cubana de Historia de la Medicina, que tuviera la encomienda de hacer el Elogio al Dr. Miguel Galindo Sardiñas, cuando fue propuesto como Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Salud Pública, en septiembre del año 1999, hemos podido conformar esta semblanza biográfica.
Desde muy pequeño, Galindo dio muestras de su amor al estudio y cursó la primera enseñanza en las escuelas públicas de la finca Tínima y del central azucarero Washington; la enseñanza primaria superior en la Academia Mederos del poblado de Santo Domingo, en la antigua provincia de Las Villas; el bachillerato en el Instituto de Segunda Enseñanza de Santa Clara, dirigido entonces por el destacado pedagogo doctor Pedro Monteagudo, donde se graduó en 1951 y la carrera de medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, donde finalmente se graduó después del Triunfo de la Revolución, en 1960, con la calificación de excelente.
Cumplió el Servicio Médico Social Rural en el Hospital “Héroes del Baire”, en Isla de Pinos, actual municipio especial Isla de la Juventud, donde comenzó su larga y provechosa carrera como salubrista. Allí, donde supuestamente estaría un año, permaneció durante algo más de ocho, primero como médico y director del Hospital “Héroes del Baire” y después como Director Regional de Salud Pública.
Ya con cinco años de práctica en el primer escalón del Sistema Nacional de Salud, tomó el Curso de Administración de Salud en la Escuela de Salud Pública de La Habana -fundada en 1965 y dirigida entonces por su fundador, el inolvidable doctor Carlos Martínez Reyes- donde se graduó con el trabajo “Información básica del Área de Salud de Isla de Pinos”, lo que unido a sus años de experiencia, le permitieron alcanzar el título de Especialista de Primer Grado en Epidemiología, y regresar a su puesto de Director Regional de Isla de Pinos por otros tres años.
En agosto de 1969 es nombrado Jefe del Departamento de Epidemiología de la Dirección Regional de Salud Pública de Guanabacoa y algo más de un año después pasa, con igual cargo, a la Dirección Regional de Salud Pública de Marianao donde llega a desempeñar el cargo de Subdirector de Higiene y Epidemiología.
Comienza en 1971 su labor como profesor de Epidemiología en la Facultad de Medicina No. 3 (luego, Facultad “Finlay-Albarrán”) del entonces Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, labor que desempeñó hasta 1984.
Entre tanto, a sabiendas de la necesidad de ampliar y profundizar conocimientos, así como su actualización, recibe dos cursos: “Epidemiología de las enfermedades crónicas” (1972) en Cuba y “Aseguramiento higiénico epidemiológico a eventos masivos” (1976) en Berlín, capital de la entonces República Democrática Alemana.
Ya con una sólida formación teórico-práctica en epidemiología, lograda en más de una década de intenso trabajo en la dirección y de estudio y enseñanza de tan valiosa rama de la medicina social, asciende en enero de 1977 a Jefe del Departamento de Epidemiología del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología de la capital.
Al año siguiente es seleccionado como Jefe de la Delegación Médica en Guinea Bissau, África Occidental, a sólo cuatro años de su liberación del colonialismo portugués. En ese país desarrolló una notable labor, no sólo como jefe de la misión médica cubana, sino también como Asesor del Viceministro de Higiene y Epidemiología, como profesor de Epidemiología en el Hospital Simao Méndez y como ponente en la V Asamblea Nacional de Asuntos Sociales con el tema “Cuadro Epidemiológico Nacional”. Allí estaba cuando en noviembre de 1980 se produce la violenta deposición del Presidente Luis Cabral.
De regreso a Cuba en diciembre de ese año, se incorpora como Jefe del Departamento de Desinfección, Desratización y Desinsectación del Centro Provincial de Higiene y Epidemiología de la capital, donde luego de cinco meses de labor fue llamado al Viceministerio de Higiene y Epidemiología para ocupar la plaza de epidemiólogo a cargo del Programa Nacional de Inmunización, destino al que verdaderamente se ha consagrado como higienista social.
El doctor Galindo ha sido fiel a la tradición histórica de la medicina cubana en este campo. Baste recordar que el 4 de febrero de 1802 la Real Sociedad Patriótica de La Habana encargó al doctor Romay, su más relevante figura científica entonces, que emitiera opinión sobre el inmortal trabajo en el que Edward Jenner, en 1798, anunció al mundo el descubrimiento de la eficaz inoculación preventiva contra la viruela. El informe favorable de Romay dio inicio a activas acciones que permitieron, en febrero de 1804, comenzar su aplicación en La Habana y su distribución a distintas poblaciones de la colonia.
Tiempo después, en 1886, a sólo dos años de que Louis Pasteur probara la vacunación antirrábica en el perro, el Gobernador General de Cuba designó una comisión de médicos cubanos, integrada por los doctores Diego Tamayo Figueredo y Pedro Albarrán Domínguez, entre otros, para que estudiaran la vacunación antirrábica con Pasteur en París y la aplicaran en Cuba.
A inicios del siglo XX, en 1911, el doctor Juan Guiteras, entonces Director Nacional de Sanidad, envió al doctor Recio a los Estados Unidos a que estudiara con Russell la vacuna preparada por éste y el 9 de febrero del año siguiente comenzaba la vacunación en el Ejército Nacional, dirigida por el doctor Ferrer, entonces alto oficial de la Sanidad Militar.
Al triunfo de la Revolución, se hizo realidad la vacunación contra la poliomielitis, la tuberculosis, el tétanos, la difteria, la tosferina, la fiebre tifoidea, el sarampión, la rubéola, la parotiditis, la hepatitis B, la meningoencefalitis por meningococos B y C, materializando el sueño de los salubristas cubanos, del pasado y del presente, entre los que se encuentra el doctor Miguel A. Galindo Sardiñas, quien al frente del Programa Nacional de Inmunización ha realizado una destacada labor durante las últimas tres décadas, cuyo valor ha sido reconocido nacional e internacionalmente.
Con gran sentido de responsabilidad y compromiso social ha expuesto lo que Cuba ha logrado en este campo en sus informes y ponencias presentadas en más de un centenar de eventos científicos en Cuba y una veintena de otros países. Algunas de esas ponencias en eventos han aparecido luego en publicaciones nacionales e internacionales, que no sólo tienen valor científico y social, sino también –como bien ha expresado el Historiador Oficial de Salud Pública- como documentos primarios para la historiografía de la salud pública cubana, entre los cuales destacan: “Antecedentes del Programa Nacional de Inmunización en Cuba” (1984); “Impacto del Programa Nacional de Inmunización sobre las enfermedades prevenibles por vacunas desde 1959 hasta 1987” (1989); “Informe preliminar del MINSAP de Cuba para optar por el Certificado de Erradicación de la Poliomielitis” (1994); “La inmunización en Cuba. Sus estrategias” (1997); “Programa Nacional de Control del Sarampión, Rubéola y Parotiditis. Logros alcanzados” (1986); “Estrategia cubana para el control de la Hepatitis B” (1998) y “Experiencia nacional e internacional en el empleo de la vacuna cubana antimeningocóccica B y C” (1993), entre otras.
El profesor Galindo ha llevado sus conocimientos a todo el sistema nacional de enseñanza médica superior, impartiendo cursos de posgrado sobre actualización en inmunología y en vacunación en las Facultades de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba, Guantánamo y en Centros Provinciales de Higiene y Epidemiología de Pinar del Río, La Habana, Matanzas y Guantánamo, en el Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” y otros.
Por su prestigio profesional y profesoral, la Organización Panamericana de Salud (OPS) lo nombró Asesor Temporero en los Estados Unidos en 1981; se le otorgó por concurso el título de Especialista de Segundo Grado en Epidemiología en 1985; la Academia de Ciencias de Cuba evaluó los informes finales de investigaciones suyas, en 1991, 1994 y 1997, como resultados científico-técnicos destacados y lo nombró Miembro del Grupo de Expertos de Vacuna; el Ministerio de Salud Pública de Cuba lo nombró Presidente del Grupo Técnico Asesor y lo declaró Trabajador de Mérito de la Salud Pública en 1997 y la Organización Panamericana de Salud (OPS) reconoció su notable labor al otorgarle su Premio de Inmunización 1999.
Por su parte, la Sociedad Dominicana de Pediatría lo designó Miembro Honorari; la Sociedad Cubana de Higiene y Epidemiología le entregó su Diploma de Mérito Profesional por más de treinta años de labor en la especialidad con relevante dedicación a la docencia, investigación y administración y la Sociedad Cubana de Salud Pública, con el co-auspicio de la Sección de Medicina Social del Ateneo “Juan César García”, del Hospital Universitario “General Calixto García” y de la Representación en Cuba de la OPS/OMS testimoniaron su alto reconocimiento a tan representativa personalidad de la epidemiología de nuestro país otorgándole la categoría de Miembro de Honor, el 16 de septiembre de 1999.
Hasta hoy, el infatigable médico, profesor e investigador Miguel Galindo Sardiñas, continúa su obra a favor de la salud de los cubanos y otros ciudadanos del mundo. ¡Gracias por estar con nosotros!
Colaboración: María del Carmen Amaro Cano
Vice-Presidenta Sociedad Cubana Historia de la Medicina
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Delgado García, G. Elogio al Dr. Miguel Galindo Sardiñas, propuesto como Miembro de Honor de la Sociedad Cubana de Salud Pública. Conferencia en la Sesión extraordinaria, 16 septiembre 1999.
Galindo Sardiñas, Miguel. C-Vitae. FCM “Finlay-Albarrán. UCM-H.
Galindo Sardiñas, Miguel. Expediente Estudiante No. 72598 Archivo Histórico UH.
García Mayo M. La introducción de la vacuna en Cuba. La Habana. Ed. Alfa, 1938.
Quintana Rodríguez J. Louis Pasteur y los médicos cubanos. Revista Bohemia. La Habana. 1949; 40: 116-119 y 123.
Roig de Leuchsenring Emilio. Juan Guiteras Gener: uno de los higienistas más notables del mundo. La Habana: Editorial Alfa. 1938. pp 12-4.