Archivos Mensuales abril 2012

Marie Maynard Daly

Mary M. DalyMarie Maynard Daly (1921-2003), bioquímica, fue la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en química en Estados Unidos de Norteamérica. Dedicó su vida como investigadora a trabajar en áreas de salud, en particular los efectos sobre el corazón y las arterias de factores tales como el envejecimiento, el tabaquismo, la hipertensión y el colesterol. Además de dedicarse a la investigación, enseñó durante quince años bioquímca en el Colegio Albert Einstein de la Universidad Yeshiva de Medicina.

Marie Maynard Daly nació en Corona, Queens, barrio de la ciudad de Nueva York, el 16 de abril de 1921. Sus padres, Iván C. Daly y Helen (Page), la alentaron en los estudios. Su padre soñó con ser químico y asistió a la Universidad de Cornell, pero no pudo completar su educación por motivos económicos y se convirtió en un empleado de correos. Daly asistió a escuelas públicas locales en Queens y se graduó en el Hunter College High School en Manhattan. Ella atribuye su interés por la ciencia a la formación científica tanto de su padre como a la lectura de libros, como los «cazadores de microbios» de Pablo DeKruif.

Daly matriculó química en la Universidad de Queens graduándose de licenciada en 1942. Al año siguiente recibió su M.S. de la Universidad de Nueva York y luego fue a la Universidad de Columbia, donde entró en el programa de doctorado en bioquímica. En 1948 hizo historia en esa universidad, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana en obtener un doctorado en química.

Daly comenzó a impartir clases durante su etapa de estudiante en la universidad. Comenzó su carrera profesoral un año antes de recibir el doctorado, cuando aceptó un puesto en la Universidad Howard en Washington, DC, como instructor en ciencias físicas. En 1951 regresó a Nueva York primero como investigador invitado y luego como asistente de fisiologíael en el Instituto Rockefeller. En 1955 ya era asociado de bioquímica en el Servicio de Investigación de la Universidad de Columbia en el Hospital Memorial de Goldwater. Allí estuvo hasta 1971 en que pasó a profesor asociado de bioquímica y medicina en el Colegio de Medicina Albert Einstein de la Yeshiva University de Nueva York.

Daly llevó a cabo la mayor parte de su investigación en áreas relacionadas con los aspectos bioquímicos del metabolismo humano (cómo el cuerpo procesa la energía que necesita) y el papel de los riñones en ese proceso. Ella también estudió la hipertensión y la aterosclerosis. Su último trabajo posterior se centró en el estudio del cultivo de las células del músculo liso de la arteria aorta.

Durante su carrera, desempeñó varios cargos junto a las actividades docentes, como investigador de la American Heart Association 1958 a 1963 y  científico de carrera para el Consejo de Investigación Médica de Nueva York desde 1962 a 1972. Fue también miembro del Consejo de Aterosclerosis y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, miembro de la American Chemical Society, miembro de la junta de gobernadores de New York Academy of Science desde 1974 a 1976, y miembro de la Sociedad de Harvey, la Sociedad Americana de Químicos Biológicos, la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color, la Asociación Nacional de Empresas de Mujeres Profesionales y Negras, y Phi Beta Kappa y Sigma Xi. En 1988, Daly ha contribuido a un fondo de becas establecido en el Queens College para ayudar a los estudiantes afroamericanos interesados ​​en las ciencias. Daly, quien se casó con Vicent Clark en 1961, se retiró de la enseñanza en 1986.

John Holter

John HolterJohn Holter (1916-2003) fue un inventor, ingeniero hidráulico estadounidenseo que creó la primera válvula utilizada en el tratamiento de la hidrocefalia con el fin de salvar a su hijo. Podemos suponer que en 1955 John Holter era un hombre feliz. Hacía poco que se había casado, tenía un buen trabajo como técnico hidráulico y su esposa estaba embarazada luego de varios años de espeera. Sin embargo, la dicha terminó muy pronto. El recién nacido, Casey Holter, no nació sano, de inmediato se le diagnosticó una espina bífida, una grave enfermedad que provoca hidrocefalia.

En los 50, la enfermedad se trataba, con audacia. Se perforaba la fontanela con una aguja, para después extraer algo del líquido sobrante con una jeringuilla. Así se mantenía la presión en unos niveles aceptables, lo que permitía al paciente seguir vivo. Este proceder se realizaba, dependiendo de los casos, varias veces al día. En particular, al hijo de Holter, debía puncionarse dos veces al día. Así fue que aprendió de los cirujanos Eugene Spitz y Frank Nulsen que la existencia de una válvula adecuada para drenar el líquido del cerebro podría mantenerer normal la presión intracraneal.

La novedosa técnica dio esperanzas a los Holter. Un neurocirujano trató de insertar una válvula que transvasase el líquido cefalorraquídeo a la sangre. Desgraciadamente, la técnica no estaba bien desarrollada y al insertar el catéter el niño presentó problemas en el corazón y su cerebro quedó gravemente dañado. Tras este fracaso, John, estando familiarizado con la hidráulica, se interesó por el dispositivo usado en la intervención. Se puso a estudiar el problema y en unos meses encontró el mecanismo adecuado para simular el proceso de desalojo del fluido sin peligros, y también los materiales para no dañar el tejido.

Con el propósito de salvar a su hijo, Holter inventó una válvula de silicona que se cierra con la presión, para evitar problemas de taponamiento. Posteriormente el aditamento se refinó y patentó. La válvula, que es de una sóla vía, permite que una parte del líquido cefalorraquídeo sea liberada en la aurícula cardíaca.

Su hijo todavía se estaba recuperando de la última operación, así que la invención se probó en otro niño. La intervención fue un éxito y el paciente sobrevivió. Casey Holter, hijo de John Holter, sin embargo, murió 5 años después. Nunca se recuperó del intento de colocar la primera válvula. Nunca pudo probar lo que su padre había hecho para él. Papá llegó tarde.

Spitz y Holter crearon luego una compañía para la producción de las derivaciones utilizando silicona silástica. Con el desarrollo de la silicona, la derivación distal a peritoneo, antes limitada por la reacción al Polivinilo, se impuso hacia 1970, repopularizada por Raimondi y Matzumoto entre otros.

La Válvula de Spitz-Holter ha ayudado a millones en todo el mundo desde finales de la década de los 50. Holter fue también el creador de otros aditamentos médicos, incluyendo las bombas para diálisis, válvulas cardíacas artificiales y tendones para los dedos.

Fuente:
Today in Science
Una bella venganza
John Holter brain engineer