Robert Edwards (1925), fisiólogo inglés, acaba de recibir el Premio Nobel de Fisiología o Medicina 2010, a los 85 años de edad, por su contribución a la medicina y la revolución en el tratamiento de la fertilidad humana. En 1968 junto al Dr. Patrick Steptoe (fallecido en 1988), desarrollaron la terapia de fertilización in vitro (FIV). Cuarenta y dos años después, millones de personas han nacido gracias a esta técnica.
Fue el 25 de julio de 1978 que nació el primer bebé, Louise Brown, por el empleo de la técnica desarrollada por Robert Edwards y Patrick Steptoe. Se le llamó “bebé probeta” aludiendo al tipo de fertilización en laboratorio.
Louise Brown ya tiene 32 años y es madre de un precioso niño de 3 años, concebido de forma natural. Su nacimiento abrió el debate ético sobre la técnica de reproducción asistida.
Hoy los nacimientos por la técnica de fertilización in vitro ya no son noticia sino una técnica relativamente corriente para superar la infertilidad. La probabilidad de que una pareja con problemas de fertilidad conciba un bebé tras un ciclo de fecundación in vitro es de una sobre cinco. Casi la misma probabilidad que tiene una pareja sana de conseguir un embarazo sin ayuda de la ciencia. Se calcula que la incidencia de infertilidad es de un 10%. La técnica de fertilización asistida se desarrollo inicialmente para las mujeres que debido a problemas en las trompas de Falopio no podía lograr un embarazo de forma natural. El uso de la técnica se fue ampliando a otros tipos de infertilidad femenina y también a infertilidad masculina con inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI). En total se calcula que hay más de cuatro millones de niños y niñas nacidas por este método.
El Dr. Edwards y el fallecido Dr. Steptoe recibieron el premio de Investigación médica Albert Lasker en el 2001 y ahora el Premio Nobel 2010 por su gran contribución a la reproducción humana.