El Dr. Keith Campbell nació en Edimburgo, Escocia, el 23 de mayo de 1954. Fue biólogo y embriólogo celular con 26 años de experiencia cientÃfica, de los cuales 17 los hizo en el campo del crecimiento y diferenciación celular y los pequeños embriones. Luego de trabajar como jefe técnico de laboratorio en Yemen y responsable de un programa de erradicación de la enfermedad del Olmo Holandés en Inglaterra, se unió al Instituto Marie Curie para investigar las causas subyacentes de los mecanismos del cáncer. Campbell obtuvo un doctorado en FilosofÃa por su tesis titulada: «Aspectos del control del ciclo celular Yeast y Xenopus». En 1991 se unió al Instituto Roslin de Escocia, donde condujo el nacimiento de Megan y Morag, dos corderos galeses de montaña. Fueron los primeros mamÃferos clonados a partir de células diferenciadas. En 1996, los experimentos fueron repetidos y extendidos, lo que dio como resultado a Dolly, el primer mamÃfero clonado a partir de una célula somática adulta.
Fue contratado en julio de 1997 por el célebre laboratorio PPL Therapeutics (empresa productora de proteÃnas humanas terapéuticas en la leche de animales transgenéticos de granja). Tras abandonar el Instituto Roslin fue designado como director de EmbriologÃa de PPL.
El 66% es el porcentaje que se le atribuye al biólogo Keith Campbell en el proceso de creación de la oveja Dolly, el primer mamÃfero clonado a través de células adultas. Y esa cifra no es arbitraria ni simbólica, la aportó Ian Wilmut, el cientÃfico británico que encabezó la investigación y el que figuró como el lÃder del equipo en el artÃculo que se publicó en la prestigiosa revista Nature tras la creación de la oveja clónica. Campbell, siempre discreto, apareció como uno más de los cuatro firmantes. Fue más tarde, en 2006, cuando Wilmut cuantificó el mérito de su colega.
Los dos cientÃficos pertenecÃan al equipo de investigadores del instituto Roslin de Edimburgo (Escocia) que en 1996 crearon a Dolly. Fue a partir de la célula de otra oveja adulta a la que se le extrajo el núcleo y se insertó en un óvulo al que previamente se le privó de su propio núcleo. Ese óvulo fue inseminado a otro animal y el resultado fue la oveja más famosa de la historia y un terremoto cientÃfico que se extendió a otros ámbitos como el derecho, la polÃtica y la religión.
Inevitablemente, el siguiente paso era pensar en la clonación humana. Si se habÃa conseguido reproducir una oveja, ¿Por qué no un hombre o una mujer? Keith Campbell y el resto de sus colegas de Roslin se mostraron contrarios a la clonación de seres humanos desde el principio, aunque apoyaron la investigación de las células embrionarias para fines terapéuticos.
El debate sobre los peligros de la clonación creció cuando en 2003 murió Dolly, tan solo seis años y medio después de su nacimiento. Vivió la mitad de la vida media de una oveja y eso sembró de dudas las investigaciones sobre la creación de vida en los laboratorios. El animal falleció por un cáncer pulmonar y la comunidad cientÃfica pensó que Dolly habÃa pagado con una muerte prematura la osadÃa de sus creadores. La minuciosa autopsia desveló, sin embargo, que murió por un cáncer de origen vÃrico muy común entre los ovinos.
La carrera profesional de Campbell, que falleció a los 58 años, estuvo marcada por Dolly, pero dos años antes lideró el proyecto que clonó a dos terneros a través de células de cultivo embrionarias. Antes, en la década de los ochenta, obtuvo una beca para investigar sobre los mecanismos de crecimiento y diferenciación celular relacionados con el cáncer en el Marie Curie Institute. Desde 1999, investigaba e impartÃa clases de Desarrollo Animal en la Universidad de Nottingham (Reino Unido).