John Holter (1916-2003) fue un inventor, ingeniero hidráulico estadounidenseo que creó la primera válvula utilizada en el tratamiento de la hidrocefalia con el fin de salvar a su hijo. Podemos suponer que en 1955 John Holter era un hombre feliz. HacÃa poco que se habÃa casado, tenÃa un buen trabajo como técnico hidráulico y su esposa estaba embarazada luego de varios años de espeera. Sin embargo, la dicha terminó muy pronto. El recién nacido, Casey Holter, no nació sano, de inmediato se le diagnosticó una espina bÃfida, una grave enfermedad que provoca hidrocefalia.
En los 50, la enfermedad se trataba, con audacia. Se perforaba la fontanela con una aguja, para después extraer algo del lÃquido sobrante con una jeringuilla. Asà se mantenÃa la presión en unos niveles aceptables, lo que permitÃa al paciente seguir vivo. Este proceder se realizaba, dependiendo de los casos, varias veces al dÃa. En particular, al hijo de Holter, debÃa puncionarse dos veces al dÃa. Asà fue que aprendió de los cirujanos Eugene Spitz y Frank Nulsen que la existencia de una válvula adecuada para drenar el lÃquido del cerebro podrÃa mantenerer normal la presión intracraneal.
La novedosa técnica dio esperanzas a los Holter. Un neurocirujano trató de insertar una válvula que transvasase el lÃquido cefalorraquÃdeo a la sangre. Desgraciadamente, la técnica no estaba bien desarrollada y al insertar el catéter el niño presentó problemas en el corazón y su cerebro quedó gravemente dañado. Tras este fracaso, John, estando familiarizado con la hidráulica, se interesó por el dispositivo usado en la intervención. Se puso a estudiar el problema y en unos meses encontró el mecanismo adecuado para simular el proceso de desalojo del fluido sin peligros, y también los materiales para no dañar el tejido.
Con el propósito de salvar a su hijo, Holter inventó una válvula de silicona que se cierra con la presión, para evitar problemas de taponamiento. Posteriormente el aditamento se refinó y patentó. La válvula, que es de una sóla vÃa, permite que una parte del lÃquido cefalorraquÃdeo sea liberada en la aurÃcula cardÃaca.
Su hijo todavÃa se estaba recuperando de la última operación, asà que la invención se probó en otro niño. La intervención fue un éxito y el paciente sobrevivió. Casey Holter, hijo de John Holter, sin embargo, murió 5 años después. Nunca se recuperó del intento de colocar la primera válvula. Nunca pudo probar lo que su padre habÃa hecho para él. Papá llegó tarde.
Spitz y Holter crearon luego una compañÃa para la producción de las derivaciones utilizando silicona silástica. Con el desarrollo de la silicona, la derivación distal a peritoneo, antes limitada por la reacción al Polivinilo, se impuso hacia 1970, repopularizada por Raimondi y Matzumoto entre otros.
La Válvula de Spitz-Holter ha ayudado a millones en todo el mundo desde finales de la década de los 50. Holter fue también el creador de otros aditamentos médicos, incluyendo las bombas para diálisis, válvulas cardÃacas artificiales y tendones para los dedos.
Fuente:
Today in Science
Una bella venganza
John Holter brain engineer