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Doctor Ernesto Jaime Graña (1933-2006)

ernesto-jaime-grañaNació el 11 de noviembre de 1933 en Santiago de Cuba, cursó sus primeros estudios en Manzanillo, donde también cursó el Bachillerato, previo examen de ingreso en el Instituto de la misma ciudad, obteniendo el título de Bachiller en Ciencias y Letras.

Inició los estudios universitarios en la Escuela de Medicina de la Habana en 1952 graduándose con Honores en Madrid, España (la Universidad de la Habana había sido cerrada por el gobierno de Fulgencio Batista) y posteriormente también en La Habana en 1960.

Comenzó el Servicio Médico Rural en la Sierra Maestra, en el poblado de Mota, Niquero. Fue Coordinador del Servicio Médico Rural de Oriente Norte, Vice Director Provincial de Salud Pública de Oriente Norte, Jefe del Departamento de Hospitales y Policlínicos, Director Nacional de Asistencia Médica, Director de Salud Pública de la Habana y Viceministro de Salud Pública.

En 1969 reanudó sus actividades como médico en el Servicio de Medicina Interna del Hospital Nacional “Enrique Cabrera” bajo el tutelaje de los profesores Dr. Neftalí Taquechel y Dr. Manuel Lombas, pasando luego al Hospital Clínico Quirúrgico “Joaquín Albarrán” con el profesor Dr. Abdón Pire. Durante la estancia en estos Hospitales realizó rotaciones por las Salas de Hematología, Nefrología y Reumatología.

En 1970 comenzó la Especialidad de Cardiología en la Sección 7C del Hospital “Comandante Manuel Fajardo” bajo la dirección del Profesor Dr. Hernández Cañero.

Fue designado en 1971 como Profesor Instructor de Medicina Interna de la Escuela de Medicina de la Universidad de la Habana.

Realizó viajes de estudios de Organización y Administración a los países Socialistas como Jefe de Grupo así como a México y otros.

Mediante Examen de Convalidación obtuvo el título de Especialista de 1er Grado de Cardiología en 1973. A partir de esta fecha y en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular se especializó en Hemodinamia cardiovascular (cateterismo cardíaco) en niños y adultos durante 12 años, además de ocupar la jefatura de ese Departamento.

Fue Asesor Técnico del Servicio de Cardiología del Hospital “Saturnino Lora” de Santiago de Cuba en 1976 con calificación de Excelente. Obtuvo el título de Especialista de 2do. grado de Cardiología en 1986 y categoría de Profesor Consultante del Instituto Superior de Ciencias Médicas en el año 2003.

Dejó innumerables trabajos científicos e investigativos presentados y/o publicados.

Entre sus actividades docentes se destacan los cursos de Hemodinamia impartidos desde 1974 a 1983, el adiestramiento de los residentes, incluido el Programa de estudios para optar por el Título de Especialista de Cardiología. También impartió diversos cursos internos de periodicidad anual y participó regularmente en los Tribunales de Exámenes de Residentes y/o futuros Especialistas.

Fue Miembro numerario de la Sociedad Cubana de Cardiología.

Recibió la Medalla “Manuel Fajardo” por 25 años de Servicio y la Medalla Distinción por la Educación Cubana del Ministerio de Educación Superior.

Falleció en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular el 1° de abril de 2006 a los 72 años de edad, habiendo acumulado 45 años de trabajo ininterrumpidos, y de ellos más de 30 dedicados a la Cardiología, especialidad por la que sentía verdadera pasión. Su amor por la medicina, su proverbial modestia y calidad humana le hicieron acreedor del cariño y respeto de quienes lo conocieron.

Fuente: Cardiología, Especialidad, Infomed.

Disponible en: http://articulos.sld.cu/cardiologia/2013/07/10/biografia-del-doctor-ernesto-jaime-grana/
Revisado: 2 de febrero de 2018

Centenario del natalicio de la Dra. Ada Kourí Barreto (1917-2005)

Dra. Ada Kourí BarretoEl sitio de Cardiología del portal Infomed realiza un homenaje a la insigne Profesora Ada Kourí Barreto en el centenario de su natalicio. La Dra. Kourí fue ejemplo de profesional revolucionaria, comprometida y formadora de generaciones de cardiólogos.

El trabajo realizado por Bárbara González Mejides tiene la colaboración de  pacientes, compañeros, colegas, familiares así como con el criterio y reconocimiento de cardiólogos que sin haber sido sus alumnos directos fueron alcanzados por la luz de su obra de la vida.

Para conocer más de la vida y obra de la Dra. Kourí replicamos el testimonio de su hijo, Raúl Roa Kourí, escritor y diplomático, que ha sido publicado por el trovador Silvio Rodríguez Domínguez en su blog Segunda Cita bajo el título Mi Madre:

Ada Kourí Barreto no era simplemente “la esposa de Raúl Roa”, aunque vivía orgullosa de serlo.

Desde los 16 años militó en las filas del Ala Izquierda Estudiantil, en el Instituto de segunda enseñanza de La Habana; luchaba por la matrícula gratuita para los estudiantes pobres y medios, por una sociedad más justa, sin explotadores ni explotados. Desde muy pequeña evidenció un gran sentido de la responsabilidad y actuaba siempre en función de ser la mayor de los siete hermanitos Kourí: una suerte de gallinita rodeada de sus polluelos.

De sus años de primaria guardo una nota evaluativa de su maestra, María Corominas, educadora cubana de renombre:

«Ada Kourí Barreto Ingresó en el aula de primer grado en septiembre de 1923, y cada curso aprobó con notas de Sobresaliente los grados sucesivos, hasta el séptimo y último de que consta el plan de estudios del colegio. Esta nota le valió medalla de oro todos los años.
Ada posee una gran inteligencia, es muy aplicada y siente por el estudio el placer del que asimila rápidamente los conocimientos, y del que ve en ellos la liberación económica y el camino de ansiados triunfos.
Tiene una fisonomía moral perfectamente definida y desde muy pequeña alcanzaba gran relieve su responsabilidad. Se caracteriza por la facultad de dominio propio: no acepta lo que considera injusto y lo demuestra o declara inmediatamente.
Posee la rebeldía característica de la superioridad mental, de aquí que responde al poder de la convicción no al de la fuerza.
Despliega un gran espíritu de dirección y de amor maternal, excelentes cualidades que practica de modo admirable con sus hermanitas, de quienes es una evidente protectora; pero con un marcado sello de confianza en sí misma.
La medicina, carrera a la cual encamina sus pasos, hará de Ada una notabilidad cubana, tanto más, cuanto que ya cuenta con las cualidades que deben ser peculiares en todo médico: amor y protección para sus semejantes y desinterés material.

Ada es así: superior, modesta, desinteresada y amorosa.

(fdo) Dra. María Corominas de Hernández.
En la Graduación de Ada del Colegio “María Corominas”

La insigne maestra caló bien en la personalidad de mi madre que, en efecto, fue así toda la vida. Leer más…

 

Cardiopatía isquémica y cardiopatía coronaria: ¿son lo mismo?

Cardiopatía isquémicaLeyendo u hojeando nuestras revistas y publicaciones especializadas, observo con frecuencia que muchos médicos emplean de forma intercambiable -como si fueran sinónimos- términos como ‘coronariopatía arterioesclerótica’, ‘cardiopatía arterioesclerótica’, ‘arteriopatía coronaria ateroesclerótica’, ‘arterioesclerosis coronaria’, ‘enfermedad arterial coronaria’, ‘cardiopatía coronaria’ y ‘cardiopatía isquémica’.

Y me parece una lástima que, por costumbre o comodidad, no aprovechemos al máximo la claridad de expresión que nos brinda nuestro lenguaje especializado, de extraordinaria precisión. Porque, en sentido estricto, creo que deberíamos distinguir claramente entre:

a) arteriopatía coronaria o coronariopatía (en inglés, coronary artery disease), para referirnos a cualquier enfermedad de las coronarias, con o sin repercusión cardíaca;
b) ateroesclerosis coronaria (en inglés, atherosclerotic coronary artery disease o coronary atherosclerosis), para referirnos a cualquier arteriopatía coronaria de origen ateroesclerótico, con o sin repercusión cardíaca;
c) cardiopatía coronaria (en inglés, coronary heart disease), para referirnos a la cardiopatía isquémica secundaria a arteriopatía coronaria;
d) cardiopatía ateroesclerótica (en inglés, atherosclerotic coronary heart disease o atherosclerotic heart disease), para referirnos a la cardiopatía isquémica secundaria a ateroesclerosis coronaria, y
e) cardiopatía isquémica (en inglés, ischemic heart disease), para referirnos a cualquier cardiopatía secundaria a isquemia cardíaca, sea esta o no de origen coronario.

Sé bien, desde luego, que en la mayor parte de los casos la cardiopatía isquémica obedece a una arteriopatía coronaria, pero corresponde en realidad a un concepto más amplio, que engloba también los casos, infrecuentes pero reales, de cardiopatía isquémica secundaria a estenosis valvular aórtica o a anemia. Y nuestro tecnolecto debe reflejar tal distinción con claridad; precisión y claridad, de hecho, se consideran dos de los rasgos más destacados de cualquier lenguaje científico que se precie.

Autor: Fernando Navarro
Fuente: Rev Esp Cardiol. 2017;70:231 – Vol. 70 Núm.04 DOI: 10.1016/j.recesp.2016.11.009

Disponible en: http://www.revespcardiol.org/es/cardiopatia-isquemica-cardiopatia-coronaria-son/articulo/90460750/

Werner Forssmann

Werner FrossmannWerner Forssmann (1904-1979) fue un cirujano alemán que compartió, junto a André F. Cournand y Dickinson W. Richards el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en el año 1956.
Forssmann fue pionero en la investigación cardiaca y en el desarrollo del cateterismo cardiaco, procedimiento en el que se introduce un tubo en una vena del codo y se pasa desde allí hasta el corazón. Estudió medicina en la Universidad de Berlín y obtuvo su titulación en 1929. Su formación continuó con estudios de anatomía y cirugía en la Clínica Médica de dicha Universidad y en el August Victoria Home de Eberswalde, cerca de Berlín.
En 1929, mientras se desempeñaba como residente de cirugía en dicho hospital, Forssman anestesió su propio codo, insertó un catéter urinario de 65 cms. en su vena antecubital y, al ascender el catéter por su brazo e inyectar una sustancia de contraste, fue a un cuarto de rayos X que estaba en el sótano del hospital y allí pudo observar que la punta del catéter estaba en su aurícula derecha y ver el funcionamiento del corazón, probó de esta forma, que podía insertarse de forma segura un catéter en un corazón humano. En esa época se creía que cualquier entrada al corazón podría ser fatal.
Su trabajo fue considerado como imprudente y peligroso, y la presión ejercida sobre él le llevó a cambiar la cardiología por la urología.

La principal contribución de Forssmann está descrita en su trabajo “Die Sondierung des rechten Herzens”, que se publicó en la revista Klinische Wochenschrift (1929; 8: 2085-87).

Una versión más meditada así como su aplicación a la práctica médica la ofreció en el estudio que redactó cuando le fue concedido el Nobel. Lo tituló Die Rolle der Herzkatherung und Angiocardiagraphie in der Entwicklung der modernen Medizin. En realidad Forssmann buscaba un modo de llegar al corazón para aplicar medicación en situaciones graves en las que la inyección cardiaca era muy peligrosa. Esto le llevó a realizar pruebas de cateterismo en cadáveres introduciendo una sonda por una vena del codo. El éxito que logró le animó a llevarla a cabo en un ser vivo. Se utilizó a sí mismo como hemos dicho. La primera vez fue un ayudante quien le introdujo la sonda, pero cuando ésta penetró 35 cm. se interrumpió el experimento porque el ayudante lo consideró peligroso. Unos días después fue el propio Forssmann quien se introdujo la sonda con éxito, con la ayuda de una enfermera que le proporcionó instrumental esterilizado. En su narración de los hechos describe minuciosamente las sensaciones que iba experimentando.

Forssmann probó de nuevo en un enfermo de peritonitis grave. Su fallecimiento y posterior autopsia le permitió comprobar el trayecto de catéter. Sin embargo, las posibles ventajas de esta técnica fueron silenciadas por críticas que se basaban en criterios científicos y en criterios de tipo ético. Estos hechos se produjeron durante una corta estancia en la Charité. Su superior no aprobó este tipo de técnicas, por lo que Forssmann regresó a Eberswalde. Fue en América, de la mano de quienes compartieron el Nobel con Forssmann, los que rehabilitaron la técnica.

A pesar de que fue despedido de otro hospital por este hecho, Forssmann recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1956, por sus estudios pioneros en cardiología. El premio fue compartido con André Frédéric Cournand, Dickinson W. Richards.